Historia de los Paúles en Cuba: Capítulo VII (AB)

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Autor: Justo Moro-Salvador Larrua · Año publicación original: 2012 · Fuente: Mecanografiado.
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Baracoa, 1911

La Congregación de la Misión seguía avanzando por tierras de Oriente. El 8 de febrero de 1911 los Padres Paúles llegaron a la antigua ciudad de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, población Primada de Cuba, representados por los PP. Máximo Barquín y Pedro Vargas, que llegaron

para hacerse cargo, a nombre de la Congregación de la Misión, de la Parroquia Principal de Nuestra Señora de la Asunción y de las dos anexas de Santa Eulalia de Boma y de San Juan de Mata de Moa, y también de la Vicaría Foránea, que habían sido entregadas a la Congregación por el Exmo. Ilmo. y Rmo. Sr. Arzobispo de Santiago de Cuba, Dr. D. Francisco de Paula Barnada y Aguilar.

El 28 de Febrero de 1911 escribía el P. Arnáiz al P. Doroteo Gómez:

Muy estimado Sr. Mío de todo mi aprecio y afecto. Son en mi poder sus tres gratas de 8,10, y 12 del presente mes, de todas las cuales quedo enterado y de cuanto en ellas me indica.

Siendo del agrado del H Rdo. P. General con mucho gusto acepto la fundación de Baracoa, así como apruebo lo por V. verificado en enviar los Sacerdotes y Hermano interinamente, pero siento en el alma no poderle ayudar por ahora con personal.

Junto con la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción los Padres Paúles tomaron posesión también de sus dos anexas Santa Eulalia de Boma y de San Juan de Mata de Moa. Baracoa fue la primera villa fundada por el Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar en tierras de Cuba. Fue, por esa misma causa, la primera capital que tuvo la Isla y por seis años la primera sede del Obispado de Cuba, hasta que en 1523 tanto el título de capital como la sede episcopal pasaron a Santiago de Cuba, mucho mejor ubicada y de acceso más fácil que Baracoa, que está como incrustada en un lugar abrupto entre los precipicios de las montañas del norte de Oriente.

La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción es tan antigua como el descubrimiento de Cuba, hace más de cinco siglos. Es posible que el templo primitivo estuviera ubicado al norte de la ciudad, pero luego fue trasladado al sur y reedificado en el lugar donde se encuentra la famosa Cruz de la Parra, plantada por el Gran Almirante en ocasión de su primer viaje según las crónicas:

al encontrarla los primeros pobladores estaba ceñida por un bejuco de parra silvestre, que en su vegetación la arrancó del suelo, en donde había sido plantada, elevándose algunas varas: Se dice como recuerdo tradicional que era de unos siete pies de longitud. Consta de una vara castellana y cinco pulgadas de largo y veinticinco pulgadas de ancho: es de madera fuerte, incorruptible, sonora al toque, ignorándose la clase a que pertenece.

La mencionada Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, destruida en la Guerra de 18681878, fue reconstruida entre 1883 y 1886 tal como se conoce en la actualidad, a un costo de unos 15.000 pesos.

Desde su llegada a la zona, los Paúles se dieron cuenta de los retos que afrontaban. Una de las dificultades era la gran extensión de la parroquia, cuyo perímetro alcanzaba 120 kilómetros de este a oeste y 165 de norte a sur, y que contaba, en 1911 con unos 30,000 habitantes dispersos en pequeños pueblos y caseríos aislados en medio de una topografía hostil de montañas, despeñaderos, rápidas y difíciles corrientes de agua, y en la que caían grandes lluvias desde octubre hasta febrero. Había mucho monte virgen y exuberante y un suelo fértil donde se daban con abundancia el café, el cacao, los plátanos y los cocos. Muy pronto los Paúles se percataron de la lejanía de los lugares habitados y las malas comunicaciones. Nosotros, dice el P. Chaurrondo, la conocimos, cuando solo tenía por comunicación un vapor, que saliendo rumbo a Santo Domingo, hacía escala en Baracoa y era el que ordinariamente tomaban los Padres que desde la Habana iban a esta ciudad.

También tenía como complemento un barquito semanal de Santiago a Baracoa, no disponiendo de un kilómetro de carretera. Las dificultades de comunicación por falta de carreteras hicieron que la población se quedase en el monte y esta fuese muy escasa y abandonada de cultura y de religión. Hubo un tiempo en que los Padres usaban avioneta que se arrendaba para el interior, lo cual facilitaba mucho el servicio, pero había que pagar ida y vuelta.

Dentro de todas esas dificultades se ha ejercitado nuestro ministerio parroquial, y ha hecho que nuestros hermanos de Congregación hayan soportado sufrimientos, penalidades y peripecias sin cuento.

Nos cuenta el P. Azcárate que

Hace pocos días tuvimos que ir a celebrar la santa misa a una capilla que dista como una legua de camino, con ocasión de la fiesta del Patrón, San Juan de Mata. El decir una misa en una capilla no ofrece generalmente hablando gran dificultad Pues aquí tuvimos necesidad de suspender la misa en los dos domingos siguientes por las constantes lluvias. Al tercer domingo, nuestro Padre Azcárate cogió su caballo y muy campante se dirigía a decir su misa Al llegar al río Cacaguaní lo encontró crecido y revuelto. Preguntó a los vecinos si se podía pasa; .le dicen que sí y entonces el Padre se lanzó a vadear el río …cuando estaba casi todo atravesado el caballo se metió en la profundidad que había hecho la corriente mojándose hasta las orejas y teniendo que nadar caballo y caballero.

Para ir desde Baracoa hasta Santa Eulalia de Boma o a San Juan de Mata de Moa, todavía en la actualidad, hay que andar casi siempre a caballo bajo la lluvia por difíciles senderos de montaña y cruzando ríos crecidos que arrastran con todo a su paso. Muchas veces los Paúles tuvieron que suspender los servicios divinos y en numerosas ocasiones llegaban chorreando agua, calados hasta los huesos o abrumados por el sol.

Muy pronto los misioneros comenzaron a reformar la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa. De 1911 a 1915 se reparó el altar mayor, se construyeron dos nuevos altares y se repellaron las paredes exteriores que comenzaban a deteriorarse por el efecto conjunto de los grandes aguaceros y la cercanía del mar. Entre 1915 y 1920 se colocaron dos hermosas imágenes de San Juan de Mata y Santa Eulalia de Boma, en las capillas de Duaba y del Yamal, se construyeron bancos nuevos y las ventanas de las torres fueron provistas con persianas de cedro. Los Paúles se mudaron para una casa situada cerca de la Iglesia, después de reparar el techo.

Otras mejoras tuvieron lugar entre 1920 y 1925. Se inauguró el altar del Niño Jesús de Praga y se pintaron los techos del templo. Con un legado del Marqués de Casa-Maury, se revocaron las torres con cemento, se colocaron tres pisos de placa en cada una, se arregló el tejado, se colocó la cruz en el frontispicio del templo, se mandó a hacer un trono de cedro para exponer el Santísimo se inauguró el altar de San José. En 1924 se construyó una torre nueva para la Iglesia 5 Y como el pueblo de Baracoa tiene una gran devoción a la Virgen de la Caridad del Cobre, declarada Patrona de Cuba por rescripto de S. Santidad el Papa Benedicto V el 10 de Mayo de 1918, y dado que no había imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre en la Parroquia, Los Paúles encargaron a la casa La Artistica, de Barcelona, tallar una imagen para la Parroquia.

Tanto la imagen como las andas para la procesión quedaron bellísimas. La imagen fue bendecida el día 7 de Septiembre de 1923.

Cuando los PP. Paúles tomaron a su cargo la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción ya funcionaba en ella, desde 1886, la Asociación del Sagrado Corazón de Jesús. Las Hijas de María se fundaron en el año 1909, la Asociación de San José de la Montaña a partir de octubre de 1911, las Conferencias de San Vicente de Paúl en el año 1921 y la Asociación de la Virgen de la Caridad, el 20 de Octubre de 1923.

En Baracoa se trabajó mucho y bien. Los Padres Paúles dejaron escritas páginas gloriosas con su dedicación y entrega. Hablamos en tiempo pasado porque debido a las circunstancias actuales y a la falta de personal no hubo otra opción que abandonar la Parroquia. Durante muchos años el Padre Maximino Bea trabajó solo y no digamos el P. Valentín Sanz quien estuvo al frente de la Parroquia desde 23 de Abril de 1982, que llegó a Baracoa, hasta el 21 de Agosto de 2000. Durante esos 18 años estuvo solo.

Santiago de Cuba se encuentra a una distancia considerable de Baracoa y el transporte no era fácil para ir de un lado a otro para poder tener un mínimo de vida de Comunidad con el Padre de Santiago o el de San Luís. Debido a las distancias, a la soledad, a la falta de comunicaciones y sobre todo al no ver posibilidades de futuro en cuanto al personal, el Consejo Provincial, junto con el P. Visitador, en aquel entonces Noel Mojica, decidió entregar la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción a Monseñor Carlos Baladrón, Obispo de la Diócesis. La decisión final se tomó en el consejo provincial, según consta en el Libro de Consejos, el día 1 de Marzo de 2002. En ese Consejo estuvieron presentes el Vicario General, José Ignacio de Mendoza, entonces en Cuba con ocasión de los ejercicios espirituales que dio a la Comunidad, el P. Justo Moro, el P. Jesús María Lusarreta y el Visitador, Noel Mojica.

Se da el caso que aún hoy en día, estamos hablando del año 2010, desde Baracoa se nos ha hecho una pregunta muy curiosa. Parece que algunos parroquianos del muy querido P. Maximino Bea, quien ejerció su ministerio en Baracoa durante muchos años, con el consentimiento del Señor Obispo, nos han pedido información para ver la posibilidad de que sus restos mortales sean traídos a Cuba para que descansen en la Iglesia que él tanto quiso y por la que tanto trabajó, hasta que la Revolución lo repatrió a España donde murió. En estos momentos no sabemos en qué quedará esta petición. Incluimos los nombres de los párrocos de Baracoa desde sus inicios hasta el cierre de la parroquia.

  • …: Máximo Barquín
  • 1913: Teodoro Gómez
  • 1915: Serafín Rodríguez
  • 1921: Vicente Joaquín
  • 1928: Lucas Salón
  • 1933: Salomón Sáenz
  • 1938: Pedro López
  • 1941: No hay Catálogos
  • 1947: Amo Modesto
  • 1951: Félix Bravo
  • 1958: Jesús Redín
  • 1961: Maximino Bea
  • 1977: Lázaro Ibáñez
  • 1978: Maximino Bea
  • 1982: Valentín Sanz
  • 2000: José Gerardo Pérez

Parroquia de San Joaquín, San Luis: 1917.

En febrero de 1917, los misioneros tomaron a su cargo las Parroquias de San Luís y San Nicolás de Bari. Después de algunos contratiempos motivados por la gran extensión de la parroquia primitiva, que era muy difícil de atender por un solo párroco, la situación comenzó a cambiar a partir de 1911 cuando el. Arzobispo Francisco Barnada creó las Parroquias de San Luís y de San Nicolás antes citadas, desglosándolas de la antigua Parroquia de San Nicolás de Bari. Como la falta de personal eclesiástico dificultaba su atención,

finalmente Mons. Guerra ofreció las dos Parroquias a la Congregación de la Misión y fueron aceptadas provisionalmente por el Sr. Visitador de Cuba y Puerto Rico, Rvdo. P. Juan B. Alvarez. En consecuencia salieron de La Habana los Sres. Julio Vega y J. Florencio García, y de Santiago de Cuba el Sr. Lucas Salon y el Hermano Basilio García, ay se constituyó la primera comunidad en San Luís en febrero de 1917.

El territorio de la Parroquia de San Luís cuenta 60 kilómetros de norte a sur y 40 de este a oeste. Cuando los Paúles comenzaron a regir esta jurisdicción eclesiástica, la población debía alcanzar unas 65,000 personas, en gran parte campesinos dispersos por aquellas vastas extensiones y el resto concentrado en pequeños pueblos como Alto Songo, San Luís, El Cristo, Dos Caminos y Palmarito. En lo alto de la montaña, dominándolo todo, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora María, la Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba.

Cuando llegaron los misioneros Paúles, existían allí cuatro templos: la Iglesia de San Pedro de Dos Caminos, casi en ruinas por aquel entonces, la Iglesia del Cristo de la Salud en el poblado de El Cristo, una capilla bajo la advocación de la Virgen de la Caridad en Alto Songo, y la Iglesia Parroquial de San Luís, aparte de la de San Nicolás de Bari de Morón.

Precisamente el mismo día en que los misioneros se establecieron en San Luís (17 de Marzo de 1917), se alzaron en armas contra el gobierno los miembros del Partido Liberal y el pueblo de San Luís cayó en poder de los rebeldes. Al quedar cortadas las vías de comunicación los Padres quedaron desconectados del mundo durante tres meses.

Por otra parte, el cura del lugar, que no podía soportar la presencia de los Paúles, no quiso abandonar la casa ni entregó los archivos parroquiales, dedicándose a hacer propaganda contra los misioneros en el pueblo.

Ante tantas contrariedades, la Comunidad de San Vicente se disolvió. El P. Vega y el Hno. Basilio regresaron a Santiago de Cuba, pero los Padres Salón y García permanecieron en San Luís. Allí se encontraban cuando el pueblo fue asaltado por los rebeldes el 17 de marzo. Poco tiempo después, cuando se hizo la paz, el Superior de Santiago de Cuba, P. Tobar, les prestó 600 dólares para que compraran alimentos y algunos muebles pues eran muchas las necesidades que tenían a causa de la guerra.

Enseguida comenzaron los arreglos de la casa en los que participaron activamente los Padres trabajando como albañiles, jardineros, carpinteros, etc. Por fin, el 1 de julio de 1917 se inauguró solemnemente la Iglesia de San Luís en una celebración presidida por el Arzobispo Félix Ambrosio Guerra, el Canónigo P. Villalonga, el P. Maurilio Tobar, Superior de la Comunidad de los Paúles de Santiago de Cuba, y los PP. Gabriel García y Julio Vega. La ceremonia finalizó en horas de la tarde con «Salve» y «Te Deum».

Después del prometedor comienzo, los Misioneros se enfrentaron al arduo trabajo que los esperaba, porque el culto había permanecido abandonado durante mucho tiempo. Poco a poco consiguieron que aumentara la asistencia a los actos religiosos.

En marzo (de 1917) tuvo lugar la Visita Pastoral, con una buena Misión preparatoria, predicada por los PP. Gabriel García y Santiago Rodríguez, que produjo magníficos resultados. En Mayo fuimos visitados por el Rvdo. P. Álvarez, Visitador de Cuba, quien envió a San Luís al P. Gonzalo de la Guerra, quedando definitivamente constituida la Casa de San Luís de Oriente. La casa, la Iglesia y toda la Parroquia van poco a poco progresando, a pesar de las dificultades… y es de esperar que la Parroquia de San Luís será dentro de poco tiempo un poderoso foco de propaganda religiosa en estas regiones.

En 1919 los Paúles dieron misiones en los pueblos de El Cristo y en Dos Caminos, y el 29 de junio de ese año inauguraron las obras realizadas para la reconstrucción de la Iglesia de este pueblo con una solemne Eucaristía. En abril el P. García fue designado para trabajar en la casa de Ponce, en Puerto Rico, y fue sustituido por el P. Teodoro Ansótegui. El 18 de abril de 1920 el P. Carlos Roqueta se hizo cargo simultáneamente de las Parroquias de San Luís y la de San Nicolás de Morón.

Años más tarde, 1945, Monseñor Valentín Zubizarreta y Unamansaga, Arzobispo de Santiago de Cuba, escribió el siguiente documento:

Por las presentes vengo en declarar y declaro que el día 9 de Junio de 1941 firmé una escritura ante el Notario Dr. José Valls y Tamayo, por la que compré a la Compañía Azucarera Bio, S. A. reprensada por el Dr. Federico Almeida una casa con su solar propio señalada con el número seis A, de la calle de General García, Oeste, en el poblado de San Luis, Oriente, que hoy es casa parroquial de dicho lugar.

El precio de la casa fue de cuatro mil pesos. Para pagar esta cantidad el M. R. P. Antonio López, Visitador de los Padres Paúles en Cuba, me dio dos mil pesos y el Arzobispado de Santiago de Cuba aportó otros dos mil pesos.

La casa se puso como propiedad del Arzobispado de Santiago de Cuba, para que sirviera de casa parroquial según se había convenido, y con el fin de que los Padres Paúles la ocuparan siempre, se obtuvo con fecha 12 de Agosto de 1941 un Rescripto de la Sagrada Congregación del Concilio, por el cual se entregó la Parroquia de San Luis a los Padres de la Congregación de la Misión ad nutum Sanctae Sedis.

En el año 1919 la comunidad ocupaba la mitad del actual edificio, que fue edificado por el Cura último secular. Este terminó una buena casa pero el Arzobispo Guerra vendió, la mitad de ella al Doctor Morales, teniendo que atenerse el P. Ansotegui a lo realizado por Mons. Guerra. La casa resultaba muy diminuta para la Comunidad, pero después de varios años en tiempos del P. Simeón Obanos, éste compró la otra mitad cuando el Dr. Morales fabricó una muy hermosa para él. De esta forma ha quedado muy apta y espaciosa, colocando en los bajos la sala de recibidor, despacho, comedor cocina y en los altos las habitaciones para los PP. que nunca fueron más de tres acompañados, con frecuencia, por un Hermano.

San Luis sigue siendo un territorio de misión. En los últimos años, y sobre todo en tiempos de Monseñor Pérez Serantes, se convirtió en un centro oficial de misiones, de tal modo que los Padres Eliseo Castaño y Alfredo Enríquez fueron nombrados misioneros oficiales, con frecuencia acompañados por Monseñor Serantes.

En aquellos primeros años de la Parroquia los medios de locomoción los constituían dos buenos caballos, bien queridos y bien alimentados, según contaba el P. Carlos Roqueta.33 Con el tiempo y antes de la Revolución los caballos fueron sustituidos por «yeeps» más rápidos y más seguros.

Los Padres siempre pusieron gran cuidado en la enseñanza del catecismo, ocupándose no solo los sábados y los domingos, sino principalmente los días de la semana por las tardes puesto que las clases, en la mayor parte de los pueblos, solo había sesión de la mañana. En el informe de la casa de San Luis enviado a La Merced, el P. Barbarin tenía unos 30 centros de catequesis., calculando en unas 350 primeras comuniones anuales.

Aunque solo sea de paso merece la pena mencionar el trabajo realizado por el P. Arturo Niño con el Movimiento Neocatecumenal. Durante casi 20 años este apostolado ha ido formando a numerosos fieles. Ha sido aprobado por los diferentes Obispos que han ocupado la sede de Santiago de Cuba «ad experimentum» siendo por muchos años la única parroquia en Cuba donde ha sido permitido.

Llevadas de la mano de los distintos párrocos crecieron y se mantuvieron las distintas asociaciones, algunas propias de la Congregación, como las Hijas de María, las Conferencias de San Vicente de Paúl, la Obra de las Misiones, la Obra del Preso, además de las tradicionales de la diócesis, como el Apostolado de la Oración, la Acción Católica, etc.

Palmarito: 1925.

Durante ocho días, en el año 1924, se dio una nueva misión cuando el Arzobispo Mons. Félix Ambrosio Guerra realizó la Visita Pastoral a la Parroquia, que fue precedida por el trabajo de los misioneros. Al llegar el año 1925 y con la ayuda del pueblo, se construyó una capilla en Palmarito, a 5 leguas de San Luís. La obra quedó terminada en ese mismo año, aunque faltaba el altar, las pinturas y otros detalles para que fuera bendecida por el nuevo Arzobispo de Santiago de Cuba, Mons. Valentín Zubizarreta y Unamunsaga.

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