¿Estudió Vicente de Paúl en Zaragoza? (Primera parte)

Francisco Javier Fernández ChentoVicente de PaúlLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Bernard Koch, C.M. .
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Las fuentes de esta información

Mons. Luis ABELLY es el primero en escribir que el joven Vicente habría hecho una parte de sus estudios de teología en Zaragoza. No lo inventó, tal no es su género; reprodujo testimonios recogidos sin duda entre los misioneros, que habrían oído hablar de ello al señor Vicente; o éste mismo quizá, que era amigo suyo, se lo habría contado. Está en el Libro I, cap. III, (p. 35 ed. de CEME):

se marchó a Toulouse para dedicarse a los estudios de teología durante unos siete años. Es cierto que durante este tiempo, fue a España y que residió durante algún tiempo en Zaragoza para realizar algunos estudios.

Sabemos cómo el señor Vicente, de palabra y por escrito, comunicó a particulares otros recuerdos, o hechos recientes, de los que nada manifestó en público, o los atribuía a «una persona digna de crédito». Tal es el caso de su paso por Mâcon y de su visión de los tres globos tras la muerte de la Madre Juana de Chantal. De lo expuesto en público, sólo una ínfima parte nos resta. Casi semanalmente pronunciaba conferencias, las que podrían sumar un mínimo de 1000 en el espacio de 30 años, no contadas las repeticiones de oración. Para los 10 años últimos, entre septiembre de 1650 y julio de 1660, dos misioneros tomaron nota de los temas tratados; combinando las listas, el señor Coste llegó a un total de 340 Conferencias, sin contar las Repeticiones de oración. Nos quedan para los años 1632 a 1659, apenas 224 pláticas, que incluyen Conferencias y Repeticiones de oración, si bien de entre unas y otras, 84 son apenas extractos muy cortos. Nunca sabremos qué dijo en las alocuciones que no nos han llegado, y hemos de confiar en lo referido por Abelly y los Cuadernos del Hnº Robineau, para lo no registrado por los textos que subsisten: una confianza menos segura que la merecida por textos directos, pero relativamente fundada aun así. Y ello tanto más, cuanto que veremos cómo, lo referente a Zaragoza fue dicho y completado al menos por un testigo en el proceso de beatificación en 1706 ò 1707.

El segundo biógrafo, Pedro COLLET, disponía aún de otras fuentes, en particular de las declaraciones de testigos en el proceso de beatificación, años 1705-1706 – testigos que todavía conocieron a Vicente -, en el resumen de las referidas declaraciones, el Ristretto cronologico della Vita, Virtù e Miracoli del beato Vincenzo de Paoli, fondatore della Congregazione della Missione e delle Serve de’ Poveri, dette le Figlie della Carità. Torino, MDCCXXX, traducción italiana del Restrictus, o Resumen de las declaraciones de los testigos, en francés. En el t. I, p. 9, Collet añade a Abelly, que Vicente no estuvo mucho tiempo en Zaragoza, repelido por las querellas teológicas sobre la gracia y la predestinación, y cita el Ristretto, pp. 4-5:

Comenzó por dejar su tierra; con el consentimiento del padre, quien hizo otro esfuerzo por secundar las intenciones de un hijo para él tan querido, marchó a Toulouse, para allí hacer su currículo de teología. No podemos determinar, si el viaje que efectuó a Aragón fue previo a sus estudios en Toulouse. Sí es seguro que estudió algún tiempo en Zaragoza; mas no fue larga allí su estancia. El enfrentamiento que había entre los profesores de esta famosa universidad, en punto a la ciencia media y a los decretos predeterminantes, tras haber dividido los espíritus, amargaba los corazones, como sucede demasiado a menudo. Vicente, que tenía horror natural a tan enconadas disputas, donde pierde la caridad mucho más de cuanto la verdad gana, volvió a Francia, y comenzó o continuó sus estudios teológicos en Toulouse.

Nada descuidó en orden a coronar éstos con el éxito; éxito empero que, aun siendo grande, hemos de confesar no obtuvo sin fatiga. Era pobre, y así, en vez de aflojar un poco durante las vacaciones, se tuvo que retirar a la ciudad de Buzet y hacerse cargo de la instrucción de un número considerable de niños nobles.

En torno al tema de la predestinación y la relación entre la gracia divina y el libre albedrío del hombre, hacía furor en numerosas universidades la querella entre los adictos a la ciencia media, que enseñaba el jesuita Molina, y los partidarios de los decretos predeterminantes, que propugnaban ciertos agustinos, después que, en la década de 1750, se difundieran las tesis de Miguel Bayo, condenadas por la Sorbona y otras universidades, y luego por Roma. Los tomistas mantenían una posición intermedia, pero los jesuitas habían adoptado las tesis de Molina y combatían a tomistas y agustinistas.

Traducimos a continuación el texto del Ristretto, pp. 4-5, que asigna la estancia en Zaragoza a los años 1595-1596, antes de la tonsura, contrariamente al texto de Abelly, más fiable, pues viene de testigos más cercanos a confidencias hechas por Vicente, o quizá por alguno de sus hermanos, o aun por una hermana:

Tras sus estudios en el colegio de Dax, «… pasó de aquí a España y residió en Zaragoza, Ciudad Capital del Reino de Aragón, donde se dice que, proseguidos los Estudios, obtuvo aún algún Grado … Pero como los Profesores de tan célebre Academia estaban por aquellos tiempos en gran discordia sobre las conocidas controversias, entonces surgidas, y disgustaba al manso Siervo de Dios tal altercado, en torno a las opiniones, cual conlleva la turbación de los ánimos, volviose a Francia, conservando aun así, entonces y siempre después, toda su veneración hacia aquellos insignes teólogos.»1

No es este texto la sola fuente de Collet: como él no precisa los puntos controvertidos, ignoramos dónde encontró el que se tratase «de la ciencia media y de los decretos predeterminantes». Yo no he hallado mención de ello en las declaraciones de los testigos, pero ¿tenemos en París todos los documentos, o hay otros aún en Roma? ¿No lo añadiría Collet de cosecha propia, deduciéndolo de lo que él sabía sobre la querella teológica de aquel tiempo?2

Así pues, no podemos considerar como fuentes en sentido pleno los referidos pasajes del Ristretto y de Collet, pero sí en todo caso como indicios plausibles, y ello tanto más efectivamente, cuanto que Vicente sostuvo hasta el fin su adhesión a la ciencia media de Molina, por lo que atañe al tema de la predestinación, si bien manteniéndose tomista en los demás puntos.

El Ristretto sitúa la tonsura en Bidache, el 24 de diciembre de 1596. Tal variante, ¿debilita lo que afirma el testigo? La cronología es una cosa, los hechos son otra, y la divergencia afecta a la cronología, no a los hechos. Nada debería impedir que confiemos en aquel testimonio.

Luego, todos los biógrafos habían admitido la estancia en Zaragoza. Después sobrevinieron las dudas, dudas desde dos lados y sobre dos puntos: algunos españoles negaban que Vicente hubiese nacido en Francia, e inversamente rehusaban admitir algunos franceses el que hubiese estado en Zaragoza.

Intentemos primero esclarecer el currículo de sus estudios.

  1. «… è passato quindi in Ispagna, si trattenne in Saragoza, Città Capitale del Regno de Aragona, ove dicesi che proseguendo gli Stui, vi conseguisse ancora qualche Grado … Ma perchè i Professori di quella celebre Academia erano de que’ tempi in grande iscordia sopra le note controversie, che allora sorgevano, e molto dispiaceva al mansueto Servo di Dio tanta altercazione circa alle opinioni, non disgiunta dal perturbamento degli animi, se ne ritornò in Francia, conservando nondimeno, ed allora et poi sempre, tutta la venerazione a quegl’ insigni Teologi».[No podemos comprobar si las irregularidades ortográficas son del original. Trad.].
  2. De los documentos del proceso de beatificación, una parte está en los archivos del Vaticano, otra en los de la Congregación de la Misión. Desde el traslado de la Curia General a Roma [1964], está aquí una parte de los segundos, otra en la Maison-Mère de París.

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