Señorita:
La gracia de Jesucristo Nuestro Señor sea siempre con nosotros.
Recibí su última el sábado pasado, al salir camino de Maubuisson, y pedí al señor de la Salle que la respondiera. La presente será para asegurar directamente a usted de que su hijo se encuentra bien, habiéndomelo así indicado el señor Bourdoise, Y para manifestarle el consuelo que he recibido con su mejoría, y que deseo mucho su perfecta curación; pero )cómo podrá ser hablando tanto como habla usted, y con un aire tan fresco y su catarro? Ciertamente, si ha recobrado su perfecta salud, menester será decir que Dios la ha curado. Espero tener hoy o mañana nuevas noticias. La señorita du Fay acaba de enviar a su criada para saberlas, y me gustaría tener seguridad de que tendremos buenas nuevas que enviarle.
El sábado pasado le comuniqué lo que me dijo usted para ella, con lo que quedó consolada. ¿No lo está también su corazón, señorita, al ver que ha sido juzgado digno delante de Dios de sufrir en su servicio? Le debe usted ciertamente una gratitud especial y hacer todo lo posible para pedirle la gracia de hacer buen uso de ello.
Desea usted saber si tiene que hablar a la Caridad personalmente. Así me gustaría, ciertamente; pero no sé si será fácil y oportuno.
Eso les haría bien. Hable usted con la señorita Champlin y haga lo que Nuestro Señor le inspire.
Soy, en su amor y en el de su santa Madre, señorita, su muy humilde y obediente servidor,
VICENTE DEPAUL
París, 22 octubre 1630.
Dirección: A la señorita Le Gras, en Montmirail.