VI. Éxito de las funciones de la CM, en particular de las misiones extranjeras.
Estando gobernada la CM por un excelente superior general para muy buenos súbditos, no podía dejar de obrar bien en sus diferentes oficios. El sr. Almerás creyó que para animar a los misioneros a la continuación en el fervor de sus funciones, había que informar al principio de los años nuevos a cada casa de las gracias que Dios derramaba sobre los trabajos de la CM y sobre todo en las misiones extranjeras emprendidas en tiempos del sr. Vicente. Esta costumbre se continuó en lo sucesivo. Escribió una carta circular sobre ello al inicio del año de 1664 que comienza así: Como ya les informamos de las noticias tristes de la muerte de varios de los nuestros durante el año pasado, no quiero tampoco privarles de algunas que no dejarán de consolarles, agradeciendo con ello las bendiciones que ha sido del agrado de Dios derramar sobre la CM desde hace algún tiempo, y también para que nos ayuden a darle las gracias; hace saber en primer lugar que Dios sigue bendiciendo la casa de Roma en las ordenaciones, conferencias de sacerdotes externos, ejercicios de prelados antes de su consagración, misiones, etc: que la familia de San Lázaro seguía bien en la observancia de las reglas y el ejercicio de las funciones, en equipos diferentes de misiones donde se encontraban los Srs. Toulard, Serre y Dubois, todos conocidos en la CM por su celo y talento para estos empleos, con algunos sacerdotes externos del seminario de Bons-Enfants habiendo trabajado con gran éxito en dos misiones en la diócesis de Beauvais y por las tierras del S(u) A(lteza) el príncipe de Conty, que el seminario interno crecía en buenos súbditos bajo la dirección del sr. Grégoire y que los alumnos estaban bien, tanto en teología que enseñaba el sr. Lestang, hombre hábil, pero valetudinario, como en filosofía, de la que el sr. Pierron, sacerdote joven y más tarde superior general, era profesor.
Señala más al detalle lo que pasaba en las misiones extranjeras y en particular en las Islas Hébridas donde varios misioneros trabajaban aún. Hemos recibido, sigue diciendo, hace poco noticias del sr. Le Blanc, a quien Dios ha preservado dos veces de la muerte en tres enfermedades peligrosas, por las oraciones, como así lo pienso, de estos pobres isleños, para la salvación de los cuales trabaja tan útilmente. Sus cartas dicen que en la actualidad hay más de 14 parroquias totalmente convertidas, y que ha recibido durante el año pasado a más de 200 personas en nuestra santa religión que hasta entonces habían permanecido obstinadas. Los srs. Brin y Vater trabajaban cada uno por su lado en diferentes lugares de Irlanda bien en mantener a los católicos en la fe de la iglesia romana como en atraer a los herejes y que éste último había hecho saber por cartas escritas que mucha gente se había convertido, y entre otros dos Ingleses de distinción educados en el error.
El sr. Brin había sido encarcelado a su llegada; había estado un mes y había enfermado gravemente. Pero recobró la salud y libertad para trabajar en la salvación de sus compatriotas. Era irlandés de origen. El sr. Lunsden había estado diez años en Escocia donde había animado a los católicos a perseverar en la fe y convertido a varios herejes, pero había regresado a San Lázaro hacía más o menos un mes; y los otros se quedaron todavía algún tiempo en el lugar de su misión.