1660. Carta de Vicente de Paúl al superior de Roma, P. Edmundo Jolly, en la que se refiere a la misión que san Juan Eudes (1601-1680), acompañado de un grupo de sacerdotes que ha traído de Normandía, está dando en París desde el 1 de mayo con gran fruto. Menciona también como varios sacerdotes, la mayoría de los cuales participan en las conferencias de los martes, han ido a su vez a predicar misiones en otras ciudades. Vicente dice que ellos no tienen parte en estos bienes porque su parte es el pobre pueblo de los campos y añade: «Tenemos solamente el consuelo de ver que nuestros pequeños empleos han producido emulación a muchos buenos obreros, que se ponen a ejercerlos no solo en las misiones, sino también en los seminarios, que se multiplican mucho en Francia. Incluso se hacen los ejercicios de los ordenandos en varias diócesis. Roguemos a Dios que santifique su Iglesia cada vez más».
1922. En Amiens, en el presbiterio de Santa Ana, muere Eugenio Delaporte. Termina su vida en la diócesis que le vio nacer el 5 de diciembre de 1849 y a la que consagró muchos años de su sacerdocio. Entró en la Congregación de la Misión con diecinueve años y, una vez ordenado sacerdote, enseñó en los seminarios menores de Argel, Niza y Evreux. De este último, fue superior a partir de 1890. En 1902, al impedirse legalmente en Francia que las órdenes religiosas se dedicarán a la enseñanza, tuvo que abandonar el seminario y paso a ser párroco de Folleville. Durante la Primera Guerra Mundial, fue detenido como sospechoso por los alemanes y se ofreció como rehén en sustitución de un padre de familia, siendo enviado a Lituania, donde permaneció preso durante ocho meses. Liberado, ejerció su ministerio en Santa Ana de Amiens, donde la muerte le sorprendió sin que viera cumplido su deseo de volver a ser párroco de Folleville.