27 de octubre de 18091
Padre y muy querido hermano,
Su última carta con fecha del 5 de septiembre no me llegó hasta mediados del presente octubre. Aprovecho la primera ocasión para contestarla. El portador es Gai lao-se, de cuyo regreso podrá aprovecharse para darme noticias suyas, que siempre son recibidas con placer.
Respondo a su caso que puede sin escrúpulo recibir honorarios de misas por el descanso del alma de un catecúmeno muerto casi inmediatamente después del bautismo. La razón es que puede suceder que su contrición no se haya extendido a muchos pecados veniales: pues bien, estos pecados no detestados no han sido perdonados en cuanto a la culpa, con mayor razón en cuanto a la pena. Sólo se dice del mártir:
Injuriam facit martyri qui orat pro martyre.
Yo no sé quién se complace en difundir noticias falsas. El Padre Tchang, que ha ido a Kiang-nan, no puede estar de regreso hasta el año próximo. Esperamos para dentro de poco los correos de la capital, y con ellos la llegada de un nuevo hermano de comunidad. El Padre Ho está actualmente en Sy-qa-tse-po. Yo salgo mañana para Chang-yuenlao. La necesidad de mandar dentro de poco dos correos a Sze-tchuen para traernos al Padre Dumazel no me permite que me aleje del centro.
Mucho me temo que no pueda ver más a nuestro querido catequista Qon José. Lleva varios meses víctima de una enfermedad que agota la ciencia de nuestros médicos. Es un vómito que no le permite retener los alimentos que toma. Ha tomado los remedios de no sé cuántos médicos sin resultado. Está todavía en pie pero decae notablemente. El médico que está ahora en casa no tiene mejor fortuna que los otros y considera la enfermedad como incurable. Si se muere y no nos viene nadie de Pekín para la escuela, creo que su protegido Gai Jacob podría tal vez reemplazarle.
Le suplico no manifestar aún este proyecto, que no ha madurado todavía. La vuelta de los correos de Pekín me ayudará a resolver este problema, cuya ecuación no puedo plantear por ahora, pues me faltan algunos datos. Así que un poco de paciencia.
No hay noticias recientes del Padre Chen. El Padre Ho es de salud delicada. Tiene siempre algo de tos, que de vez en cuando le obliga a echar mano de remedios.
Nada de nuevo por este país y nada menos nuevo que el afecto y la dedicación en los que soy…
P.S. Envíeme por favor a vuelta de correo la nota de sus operaciones espirituales por Chang-tsin-hien.
El sordo Gai le presenta sus respetos.







