Hoy, 13 de enero de 1660
Señor:
El bien que el señor Ratier me ha dicho se puede esperar de las nuevas Hermanas enviadas, me ha servido de gran consuelo y me ha animado a tomarme la libertad de escribir a usted, con la confianza que tengo de que su caridad no lo llevará a mal. Si las cartas que tuve el honor de escribirle por medio de dichas Hermanas no se han encontrado, es un poderoso motivo para asegurarle, señor, que yo no había faltado a ese deber. En mi última, rogaba al señor Ratier me dijera si le parecía debía tomarme de nuevo la libertad de escribir al señor Obispo de Angers, en caso de que, efectivamente, se hubieran perdido las cartas. Iba asimismo una para los señores Administradores y también las Reglas y Avisos de las Prácticas de nuestras Hermanas. Es de lamentar que ninguna de ellas tenga facilidad para escribir.
Permítame, señor, que encomiende a sus oraciones la conservación de la salud del señor Vicente que está recluido en su habitación desde hace un mes por haber ido en aumento los dolores y debilidad de sus piernas, aunque no deja de trabajar tanto o más que nunca por el prójimo; y también que me diga, en el amor de Nuestro Señor, su muy humilde, obediente y agradecida hija y servidora.
C. 719 Rc 4 It 410. Carta autógrafa.