Historia de los PAÚLES en Cuba: Capítulo IX (C)

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Autor: Justo Moro - Salvador Larrua · Año publicación original: 2012 · Fuente: Mecanografiado.
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3. 1955. La Escuela Apostólica de Matanzas.

Desde el momento en que la Comunidad de los Paúles se decidió ceder el colegio del Sagrado Corazón de Jesús a los Hermanos Maristas, los misioneros se dedicaron a atender el culto de la capilla, así como otros servicios religiosos, incluyendo la ayuda que se prestaba a la Catedral matancera. En aquella época cuidaban además de la capellanía de las Siervas de María y de la del Colegio La Milagrosa, que regían las Hijas de la Caridad, En ella atendían el culto divino y además del catecismo en las aulas del colegio, confesaban a las trescientas alumnas y atendían espiritualmente también a la Hijas de la Caridad. La Comunidad de Matanzas estaba integrada por cuatro Padres que vivían en el tercer piso, el segundo lo dedicaron a salón de actos y en él sesionaban los Caballeros de Colón, El segundo piso albergó también, por algún tiempo, las oficinas de la Juventud Católica.

Volviendo a la fundación de la Escuela Apostólica, nos dice el P. Chaurrondo que el tema de las vocaciones nativas no siempre fue una preocupación e incluso algunos misioneros no estaban a favor de esta empresa:

Había un grupo de misioneros preocupados por este problema. Llevábamos casi 100 años en Cuba y en tantos años apenas habían surgido vocaciones nativas, pero tenemos la gloria de que el primer cubano, aunque de origen español, fuera el primer Visitador de la Provincia.

Algunos Padres tenían en mente y estaban al tanto de la necesidad de organizar las vocaciones de la Congregación de la Misión en Cuba, a base de muchachos cubanos. Después de tantos años de trabajo de la Congregación de la Misión en la Isla, apenas habían surgido vocaciones. Cuenta al respecto el P. Chaurrondo que:

Como nativos, el primero fue un tal Groso Jerónimo, que siendo yo estudiante, era Superior de Paredes de Nava y que creo se hizo cartujo en Zaragoza. Conocí también al P. Mezquida, que era nativo de Cuba y a cuya familia conocí después, ambos debieron ser hijos de españoles… pero llevados luego a España por sus padres, que serían oficiales o empleados del estado español.

Según Chaurrondo, los verdaderamente cubanos, en todos los sentidos, fueron los Padres Florencio García y Carlos Roqueta. Ya había comenzado la Segunda Guerra de Independencia de Cuba cuando fueron juntos a España, donde permanecieron hasta el final de la contienda, y entonces regresaron a Cuba, donde realizaron un buen trabajo. También el Hno. José Martí, que entró en la Casa de Matanzas a principios del siglo XX y realizó su noviciado, junto con el Hno. Luis Bequería, bajo la dirección del P. Pedro Pastor. Estas fueron las personas que Cuba había dado a la. Congregación de la Misión hasta el año 1947, cuando llevaba 84 años de establecida en Cuba.

A partir del año 1947 Dios ha bendecido a la Provincia con nuevas vocaciones cubanas. Después de mucho consultar los catálogos y diversas listas, hemos podido encontrar un número significativo de Padres y de Hermanos Cubanos. Damos a continuación la lista de todos los miembros de la Provincia de origen cubano. No creemos que sea definitiva porque es posible que en los primeros años hubiera algún otro. No seguimos ni el orden cronológico ni el alfabético.

1. Jerónimo Francisco Grosso 11. Jorge Luis Comas Segura
2. Carlos Caballero Hernández 12. Carlos Bruno Bernal Soto
3. Juan Florencio García 13. Yosbel Lazo Cordero
4. Carlos Roqueta Bello 14. Aner Romero Arcia (Hermano)
5. Antonio Manzano Paredes. 15. José Martí (Hermano)
6. José Carlos Sánchez Valdés 16. Roberto Betancourt Castro
7. Raúl Núñez Lloret 17. Luis Bequería
8. Valentín Sanz González 18. Guillermo Rodríguez
Juan Campos Muiñas 19. Matteu Mesquida
Arturo Niño Fernández

 

Quedan por aclarar algunos nombres. Hubo otros que terminaron sus estudios de filosofía o teología, pero que no llegaron a ser ordenados como Paúles, como por ejemplo, el P. Franklin Vega, ordenado para la diócesis de Holguín o el P. Luis Alberto, para la diócesis de La Habana

Por estas razones fue tomando cuerpo la idea de fundar una Escuela Apostólica. Uno de los más convencidos de esta necesidad y de sus más ardientes partidarios, fue el P. Hilario Chaurrondo. Escuchemos sus palabras:

Hemos perdido cien años sin fomentar las vocaciones en Cuba. Nos queda el tonto consuelo de que los han perdido también otros. Pero alguien, venido muy después, ha despertado a Jesuitas y Franciscanos, quienes ya hoy cuentan, unos y otros, sobre todo los primeros, con un buen número de cubanos. No digamos nada de los Salesianos, que llegados a Cuba en 1920, pueden ofrecerle a San Juan Bosco un ramillete de 17 sacerdotes y un Noviciado y Estudiantado numeroso. Al igual los Maristas y Lasallistas.

La verdad es ésta. En los cien primeros años hemos podido jugar al ajedrez sólo los españoles, pero en la segunda centuria, el que no tenga jugadores cubanos le quitan el tablero. Así es de claro este problema.

En las novenas de las iglesias, como en las novenas de» béisbol», la gente quiere jugadores del país. Así lo quiere también la Santa Sede, que tan rudas derrotas sufrió en Méjico, en China y en otros países, por no preparar con tiempo jugadores nativos. Claro que este problema no es solo cubano. Para nosotros existe igualmente en Méjico, Filipinas, Puerto Rico y Casas de habla española en Estados Unidos. Para hacer frente a esta deficiencia, que no se subsanaba colocando las manos debajo del sobaco como el avestruz, bajo sus alas, el P. Aquilino Sánchez, mirando a lo largo, planteó este problema a la Provincia buscando una solución.

Primeramente abrió la Escuela Apostólica en Matanzas, (con el P. Amo de Superior y Director,) en parte del antiguo Colegio, pues lo mejor del edificio está alquilado al Obispo para el Colegio del Sagrado Corazón, que continúa después de los Hermanos Maristas el doctor Trujillo. Pero la antigua Casa de los Padres no reunía condiciones de higiene para que pudieran vivir los niños, sin sol, sin patios, y en entrepisos.

El P. Aquilino Sánchez y su Consejo abordaron el problema de fabricación de una Escuela de nueva planta en lugar acomodado. Interesado el señor Obispo de matanzas, Mons. Alberto Martín Villaverde, en que la Escuela quedase en Matanzas, para disponer de mayor número de Sacerdotes, ofreció la creación de una Parroquia nueva para los Padres Paúles, si éstos se situaban en el barrio de la Playa. Así se hizo, adquiriendo un palacio colonial, ubicado a la salida de la ciudad, por la parte que va a Varadero, y del cual tan sólo se han aprovechado las hermosas columnas de su frente. Todo lo demás es nuevo, siendo su coste de 120.000 pesos o dólares, que unidos a los 42.000 del solar y de los 10.00 del equipo ascienden en su totalidad a 160.000 dólares.

La idea de la Escuela Apostólica fue comunicada al Obispo de Matanzas y Mons. Alberto Martín Villaverde la acogió con mucho interés. Para nuestros lectores, la Escuela Apostólica equivale a un seminario menor, donde los adolescentes se preparan para los estudios necesarios para la carrera sacerdotal. Entre los Paúles, el P. Lorenzo Elósegui, que era el Superior de la Comunidad de Santiago de Cuba, arguyó que la Escuela Apostólica debía establecerse en esa ciudad, aprovechando la gran amplitud de la huerta anexa a la Iglesia de San Francisco, que tenía suficiente espacio como para que se levantara en su terreno un gran edificio.

Finalmente se tomó la decisión de que la Escuela Apostólica estuviera en la ciudad de Matanzas, porque allí estaría más próxima a la residencia habanera del P. Visitador dada su cercanía a la capital, sería más fácil juntar los recursos necesarios para la fundación. Por su parte, el Obispo Martín Villaverde tenía una propiedad en el barrio de Versalles de sólida construcción y con un patio donde podrían recrearse los muchachos, y la ofreció para que fuera sede de la Escuela.

Cuando llegó el P. Aquilino Sánchez en su carácter de Visitador de la Provincia de las Antillas y estudió el estado de la propiedad ofrecida por el Obispo Villaverde, pudo constatar que resultaba pequeña y que hacía falta una inversión para ampliar su capacidad. Tenía además el inconveniente de que estaba localizada en el área de la Parroquia de Versalles que atendían los Padres Canadienses. Entonces apareció de repente la propiedad de la Playa. Allí se podía construir sin inconvenientes la Escuela Apostólica aprovechando ciertas partes de una construcción anterior, contaba con la facilidad de tener un solar apropiado para edificar la Iglesia, y una superficie extensa que se prestaba para las prácticas deportivas. Ante esta nueva posibilidad, el Obispo Alberto Martín Villaverde propuso crear una Parroquia en la zona de la Playa, que se desglosaría de Pueblo Nuevo, el que era entonces el mejor barrio de la ciudad de Matanzas.

Aquella variante era muy buena y no dio lugar a más discusión. Los Padres decidieron pagar una indemnización al dueño de aquella propiedad porque estuvo varios meses sin alquilarla mientras esperaba que las negociaciones se cerraran. Mientras tanto, el Obispo solicitó y tramitó en Roma la erección de la nueva Parroquia, (ad nutum Sanctae Sedis), (hasta que La Santa Sede lo cambie) cuyo primer párroco fue el P. Sergio García.

Ante la nueva situación creada y considerando las posibilidades de la propiedad de la Playa, los Paúles llegaron a la conclusión de que era mejor vender la casa que ocupaba la Comunidad, situada en la calle del Río,y con ese dinero comprar la de la Playa. Este proyecto se materializó finalmente en 1955.

De inmediato el P. Modesto se dio a la tarea de dirigir la construcción del nuevo edificio, tarea que le correspondía puesto que era Director de la Escuela que funcionaba desde hacía dos o tres años en la casa que ocupaban los Padres. Algún tiempo atrás, cuando el P. Aquilino Sánchez se hizo cargo de la Provincia de Las Antillas, se comenzó a aprovechar la casa primitiva para dormitorio, comedor y escuela, mientras se llegaba a una solución satisfactoria.

En esa época, los Superiores de la Comunidad fueron los Padres Modesto Amo y Maximino Vea, quienes contaron con la colaboración de cuatro Padres que trabajaron como profesores en las clases y cuidaban a los jóvenes. La Escuela Apostólica llegó a albergar una veintena de aspirantes.

Así fue tomando fuerza y cuerpo el proyecto de la Escuela Apostólica. Cada día se hacía más necesaria la incorporación de Padres cubanos a la Congregación de la Misión. No todos los Paúles que llegaban procedentes de España podían adaptarse a las características de la Isla y a la de la población, por lo que a veces se dificultaban las comunicaciones entre ellos y los cubanos. Antes, cuando surgía una vocación, los jóvenes debían realizar sus estudios en España, por lo que era mucho más práctico y menos costoso que los realizaran en Cuba. Por estas razones se optó por la idea de fundar la Escuela, tal como lo refirió el P. Raúl Núñez:

La Escuela Apostólica nace formada por las circunstancias, bajo presión y por la urgencia de contar con sacerdotes cubanos. La Escuela surgió como un Pre-Seminario donde los jóvenes recibían la instrucción primaria, la secundaria y luego iban al Seminario Menor. En estos casos, se trataba de los Seminarios de España.

Al referirse específicamente a la Escuela Apostólica, el P. Raúl opinó que:

hubo una toma de conciencia forzada, porque no quedaba más remedio, y por eso nació la Escuela Apostólica.

La Escuela salió de la casa que habitaban los Paúles cuando finalmente se tomó la decisión de adquirir unos terrenos de la Playa y Cuevas de Bellamar, que pertenecían a la familia Tamargo, junto con una gran vivienda. Tanto los terrenos como la casa habían sido alquilados por los Tamargo a un club cuya directiva no puso dificultades para dejar tanto los locales como el terreno, a fin de que se utilizaran para la Escuela Apostólica.

El local y los terrenos fueron comprados a un costo de 45 mil pesos por el P. Aquilino Sánchez, cuando era Visitador Provincial, y con la colaboración del P. Julián Pérez, que desde 1954 se encontraba al frente de la Procura Provincial.

Al fondo del espacioso edificio de dos plantas que originalmente existía en aquella propiedad, se construyeron dos más: otro edificio de dos pisos que tenía en los bajos el salón de actos y las aulas de la Escuela, y en el piso superior los dormitorios de los alumnos, y al fondo otro local donde se ubicaban los comedores, la cocina, el garaje y una dependencia para el desahogo. Se acondicionó además un campo para las prácticas deportivas, que contaba con un terreno de béisbol y una cancha de pelota vasca, además de otro espacio donde se sembró una huerta. Quedó libre un solar paralelo al edificio, destinado a la construcción de una Iglesia en el futuro próximo. La nueva Parroquia fue puesta bajo la advocación de La Milagrosa, y el centro de estudios fue bautizado con el nombre de Escuela Apostólica de San Vicente de Paúl. De aquellos primeros años salieron los Padres José Carlos Sánchez Valdés, Arturo Niño, Juan Campos e Ignacio Delgado. La Comunidad, en sus inicios, estaba formada por los Padres Modesto Amo, Pedro Díaz y Pedro Ortega.

Los trabajos de construcción y las adaptaciones indispensables para poner la Escuela Apostólica en condiciones de funcionamiento demoraron un año y acumularon un costo de 104 mil pesos, con lo que los gastos totales alcanzaron la cifra de 149 mil pesos, sin incluir el equipamiento y otros desembolsos.

La solemne inauguración del nuevo centro de estudios preparatorios de la Congregación de la Misión, se llevó a cabo el 28 de Enero de 1955. El Visitador, P. Aquilino Sánchez, se encontraba en España en esos momentos, por lo que el P. Gregorio Subiñas estuvo a cargo de la celebración. A la bendición solemne del nuevo centro acudió el Cardenal de la Habana, Emmo. Cardenal Arteaga acompañado del Obispo de Matanzas. Los acompañaban la Visitadora de las Hijas de la Caridad y muchas Hermanas de las casas de Matanzas y La Habana. También estaban presentes las autoridades civiles. El Obispo de Matanzas, Monseñor Alberto Martín Villaverde, no podía ocultar su alegría, porque los Padres Paúles inauguraban uno de sus principales centros, el que estaba destinado a formar los nuevos sacerdotes, precisamente en su diócesis.

Poco tiempo después de inaugurada, la matrícula de la Escuela Apostólica ya sumaba 30 jóvenes albergados en el edificio. Poco antes, por una iniciativa de los Paúles se había constituido la que se llamó Obra de los Futuros Apóstoles que tenía por objetivo garantizar tanto el buen funcionamiento como los buenos resultados de la Escuela, a la que la Obra aportó 65.000 pesos entre 1949 y 1961. Además de la ayuda obtenida de la Obra, la Comunidad enviaba periódicamente 500 pesos de la Procura Provincial.

Y sin embargo, los resultados no acompañaron al esfuerzo puesto que fueron muy pocos los graduados de la Escuela Apostólica. Es preciso aclarar que estuvo funcionando durante poco tiempo. Los tremendos cambios que se produjeron en la Isla de Cuba con el triunfo de la Revolución y sobre todo a partir de 1961, dieron buena cuenta de esta hermosa y prometedora idea, que posiblemente y con el tiempo, hubiera podido resolver el grave problema de las vocaciones nativas.

3 Comments on “Historia de los PAÚLES en Cuba: Capítulo IX (C)”

  1. MI NOMBRE ROBERTO ALEJANDRO DIAZ. FUI UNA DE AQUELLAS PROMESAS DE VOCACIONES PAULES NATIVA. VIVI EN AQUEL TIEMPO TODA LA NARRATIVA ARRIBA DESCRITA. FUE REALMENTE EMOCIONANTE. EN 1957 SALI PARA ESPANA AL NOVICIADO, FILOSOFIA Y LLEGUE HASTA EL SEGUNDO ANHO DE TEOLOGIA. TANTOS ANHOS DE ENCIERRO TERMINO CON MI VOCACION. A MI EDAD SENTIA DESEOS DE MAS ACTIVIDAD QUE MERAMENTE ESTUDIAR Y ESTUDIAR. CON EL TIEMPO RESENTI NO HABER TERMINADO MIS ESTUDIOS Y ORDENADO DE MISIONERO PAUL. DE VEZ EN CUANDO VOY POR MADRID Y VISITO EN LA BASILICA A MIS ANTIGUOS MAESTROS. CREO QUE HUBIERA SIDO BUENA IDEA MANTENER RELACION CON LOS SEMINARISTAS FALLIDOS. ESTOY SEGURO COMO LO SIENTO YO QUE SERIAMOS DE INTERESANTE AYUDA PARA LA CONGRAGACION AUN SIN HABERNOS ORDENADO.

  2. Quisiera conocer el destino del Padre José Carlos Sánchez. No sé si partió ya con el Señor, pero desearía averiguarlo. Fui su hijo espiritual en Cuba. Actualmente vivo en Argentina, y nunca más supe de él. Gracias.

    1. Actualmente (2022) no hay en nuestro Catálogo General ningún misionero con tal nombre. Debo suponer que habrá fallecido.
      Atentamente.

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