23 de diciembre de 1650
Debemos tener como principio no ir a ninguna casa de la ciudad o del campo en donde no tengamos nada que hacer, y abstenernos de toda clase de visitas, aun cuando sirvan para conservar la amistad con ciertas personas, a no ser que sea necesario, o se trate de visitar a algún enfermo o haya que consolar a algún afligido, y nos hayan llamado a ello.