El padre Nouelly y el hermano Barreau, a quienes la providencia de Dios ha llamado a Argel para asistir espiritual y corporalmente a todos los esclavos cristianos que hay allí, pensarán que esta misión es una de las más caritativas que podrían ejercer en la tierra:
1º Que, para cumplir como es debido, tienen que tener una devoción especial al misterio de la Encarnación, por el que Nuestro Señor bajó a la tierra para asistirnos en nuestra esclavitud, en la que nos tiene cautivos el espíritu maligno.
2º Cumplirán con fidelidad las reglas de la Compañía y sus santas máximas y costumbres, que son las del evangelio, y se esforzarán incesantemente en la adquisición de las virtudes propias de un buen misionero, en el celo, la humildad, la mortificación y la santa obediencia.
3º El padre Nouelly será el director de esta pequeña Misión y se ocupará en el cuidado temporal y espiritual de los enfermos, etc.
4º Cuando lleguen a Argel, se alojarán en una casa alquilada y prepararán en ella una capilla.
5º Procurarán vivir con todas las precauciones que puedan imaginarse ante el virrey, el pachá y el diván, y sufrirán con agrado las injurias que les haga el pueblo.
6º Procurarán ganar con su paciencia a los sacerdotes y religiosos esclavos y harán de forma que se les tenga el honor debido y que gocen de algunas pequeñas ventajas.
7º Harán todo lo que puedan por mantener a los mercaderes en la mayor unión que sea posible.
8º Nos darán noticias suyas en todos los barcos que vengan a Francia, pero no del estado de los asuntos en aquel país, sino de los pobres esclavos y de la obra que Nuestro Señor les ha encomendado.
9º Si pueden ir sin peligro alguno a visitar a los pobres esclavos que están en el campo, los visitarán y procurarán confirmar su fe y consolarles, dándoles algunas limosnas con esta finalidad.
10º Se sujetarán a las leyes del país, fuera de su religión, sobre la cuál no disputarán nunca y no dirán nada en desprecio de ella.
11º Se informarán, por medio de los que llevan viviendo largo tiempo en aquel país, de todas las cosas que puedan molestar a sus gobernantes o darles alguna sospecha, así como también de lo que podría afrentarles, para evitarlo.