1 julio 1630
Señora:
La gracia de Nuestro Señor sea siempre con nosotros
Tras haber contestado ayer a su última carta, me acordé de que no había dado respuesta al consejo que me hace usted el honor de pedir, si debe recibir entre las hermanas de la Caridad, y en lugar de la difunta señora Brunel, a una pariente suya. Pues bien, le diré, señora, que habiéndola nombrado y presentado la difunta antes de morir y teniendo ella las cualidades requeridas para hacer esta buena obra, creo que hará usted bien en recibirla, aún cuando la difunta no la hubiese nombrado. Pero creo que será conveniente que advierta a las hermanas que se acuerden de nombrar a alguna en su lugar cuando Dios quiera disponer de ellas, ya que es el único medio de perpetuar esta santa cofradía. Le ruego, señora, que tenga mano y que inculque bien esto y que salude de mi parte a esas buenas hermanas de la Caridad y a su procurador, y que asegure a su marido, que soy y seré toda mi vida para él y para usted, señora, en el amor de Nuestro Señor, su muy humilde servidor,
VICENTE DEPAUL