Triduo para celebrar la beatificación de sor Margarita Rutan (Tercer día)

Francisco Javier Fernández ChentoMargarita RutanLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Desconocido · Año publicación original: 2011 · Fuente: Hijas de la Caridad - Perú.

La Beatificación de Sor Margarita Rután nos invita a conocer su vida de Hija de la Caridad, con su ejemplo, nos enseñará cómo debemos vivir el carisma vicentino siguiendo el camino de la SANTIDAD… y así gastar nuestra vida por el único tesoro: Jesucristo… y merecer el premio eterno.


Tiempo de lectura estimado:
Margarita Rutan, H.C.
Margarita Rutan, H.C.

Tercer día: Oremos para que nuestra Vida comunitaria, sea profecía de amor y camino de esperanza.

SÍMBOLO: La Constituciones de la Compañía describe el camino que recorrieron nuestras Hermanas. Es un camino espiritual, un camino apostólico y misionero, un camino comunitario.

MOTIVACIÓN: «Así no tenemos que ser más que un solo cuerpo en varios personas, unidas entre sí con un mismo fin por amor de Dios». S.V. El testimonio de Margarita nos recuerda que El amor lo puede todo.

Canto: VIVE DIOS

Cuando sientas que se queman tus entrañas por amor
y te entregas al llamado sin temor,
cuando están en armonía voluntad y corazón,
te iluminas y en tu cuerpo vive Dios.

Vive Dios, por siempre vive Dios,
en tu vida y en tu historia vive Dios.
Vive Dios, por siempre vive Dios,
por tu muerte y por tu gloria vive Dios.

Cuando estás en la penumbra aguardando lo peor
y desprecias la existencia y su valor,
si no encuentras un sentido, anda y busca en tu interior
y verás que aún en tu cuerpo vive Dios.

En la pena y la alegría, en el llanto y la canción,
en lo malo y en lo bueno del dolor,
en la duda o la confianza, con la lluvia o con el sol,
en el centro de tu cuerpo vive Dios.

PARA LA REFLEXIÓN:

Cuando Sor Margarita Rutan llegó a Dax tenía ya 43 años de edad y llevaba en la Compañía 22 años. Era una mujer madura, centrada en Dios, con experiencia de vida consagrada, amante de la vida comunitaria, artífice de paz y una verdadera sierva de los pobres enfermos. En el Hospital de Dax asumió por obediencia el servicio de Superiora. La Comunidad estaba integrada por siete Hermanas. Su misión más amplia era el servicio a los enfermos del Hospital, pero éste tenía anexa una Escuela. Ella se sintió sirviente de todas sus Hermanas y responsable de la organización de ambos servicios: sanidad y educación.

Mártir de la fe y la caridad «El que quiera salvar su vida la perderá y el que pierda su vida por mí, la hallará». (Mt 16, 25) Mujer valiente y consecuente con su fe, denunciaba los ataques contra la Iglesia, lo que le puso en el punto de mira del «Comité de Vigilancia». La persecución de Margarita se inicia con acusaciones falsas, que la llevaron al arresto, la condena y el martirio. Durante los difíciles tiempos de la Revolución Francesa, Margarita vivió más intensamente su don a Dios y a los demás, especialmente durante el tiempo de su arresto y condena a muerte. Permaneció fiel a sus convicciones religiosas como una roca en medio de la tormenta. Su muerte es una brillante manifestación de sus deseos de seguir a Cristo hasta el fin. Hoy el testimonio de su vida es como un faro que ilumina nuestro camino y nuestra inquebrantable lealtad a Cristo.

Constitución 9: «Los Fundadores vieron en la vida fraterna unos de los apoyos esenciales de la vocación de las Hijas de la Caridad. Esta vida común y fraterna se vive en la Comunidad local, donde las Hermanas se acogen con fe y sencillez de corazón. Con alegría dan testimonio de Jesucristo y rehacen continuamente sus fuerzas y rehacen con miras a la misión».

Salmo de la Comunidad: Coros

Ant: Qué bueno, qué dulce, habitar los hermanos juntos!

¡Qué dulce es sentirse acompañados de los hermanos!
¡Qué maravilloso, Señor Jesús, es vivir juntos en comunidad!

Tú nos has reunido con la fuerza de tu Espíritu de amor.
Tú eres el Centro y la fuerza de nuestras vidas.

Todos unidos en comunidad somos como una espiga madura.
Todos unidos en comunidad somos como una colmena trabajadora.

Todos unidos en comunidad somos piedras que sostienen la casa.
Tú llamaste a los Doce a juntarse como amigos a tu lado.

Y les diste como norma el servicio y el compartir.
Les diste el reto de olvidarse cada cual de sí mismo.

Tú nos diste una ley para vivir en comunidad y ser hermanos;
Tu ley es para corazones que saben amar sin pedir nada a cambio;

Tú nos diste el mandamiento nuevo para corazones nuevos;
Tú hiciste del amor la norma esencial de tu Reino.

Tú hiciste comunidad, Señor Jesús, en la cruz alzada en alto;
de tu pecho abierto en agua y sangre hemos nacido;

tú nos amaste hasta el extremo de dar tu vida sin medida;
tú nos hiciste de nuevo, en la casa de Dios, hijos.

Tú nos dijiste, Señor Jesús, que nadie tiene amor más fuerte,
que aquel que de verdad da la vida por el amigo;

danos saber buscar fecundidad en nuestras relaciones
y que muramos, como muere para ser fecundado, el grano de trigo.

¡Qué bueno, qué dulce, habitar los hermanos juntos!
¡Qué bueno, Señor Jesús, tenerte a ti como Centro de nuestra Comunidad!

MAGNIFICAT

Proclama mi alma, la grandeza del Señor,
y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador
pues ha visto la humildad de su esclava
y su nombre es santo, santo,
santo es su nombre.

Todas las generaciones me felicitaran
porque el Santo y Poderoso maravillas hizo en mí
su misericordia llega a sus fieles
y su nombre es santo, santo, santo es su nombre.

Con su brazo hace proezas, dispersando a los soberbios
derribando al poderoso y levantando al humilde
al hambriento Dios lo colma de sus bienes
y a los ricos despide vacíos, santo es su nombre.

Como había prometido, a nuestros padres desde antiguo,
a favor de Abraham y de su descendencia,
el Señor viene en auxilio de Israel,
y su misericordia es eterna,
santo es nombre, y su nombre es santo, santo,
santo es su nombre.

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