Hija de la Caridad Sierva de los Pobres Enfermos. Châteaudun
Hoy. 2 de febrero de 1660
Mi muy querida hermana:
No dudo de que tenga usted muchos asuntos ni tampoco de que pone gran cuidado en ayudar a nuestras Hermanas a que trabajen en su perfección; pero le suplico que no deje de darme noticias de ustedes y que me diga, sobre todo, si mientras trabajan en el servicio exterior, su interior se ocupa, por amor de Nuestro Señor, en velar sobre sí mismas para vencer y dominar sus pasiones, negando a los sentidos lo que puede llevarlas a ofender a Dios. Sin esto, sabe usted muy bien que las acciones exteriores, aun cuando sea para el servicio de los pobres, no pueden agradar mucho a Dios ni merecernos recompensa, puesto que no van unidas a las de Nuestro Señor que siempre trabaja con la mira puesta en Dios su Padre. Usted lo practica así, querida Hermana, por eso experimenta la paz del alma que se apoya en su Amado.
Le ruego me diga si sabe algo de nuestras Hermanas de Varize; espero el regreso del señor Prior para escribirles. Haga el favor de decir a Sor Santa que espero me escriba con más frecuencia que hasta ahora lo ha hecho.
No he oído hablar de la señora de su ciudad, por eso no creo que vuelva a pasar por aquí. Si quiere usted volver a escribir a Le Mans1 puede hacerlo, y si yo llego a saber algo de los Sacerdotes de la Misión de allá, antes de que salga esta carta, se lo diré. Me encomiendo a las oraciones de
nuestras queridas Hermanas y soy en el amor de Jesús Crucificado, mi querida Hermana, su muy humilde hermana y afectísima servidora.
P.D. Redoblen sus oraciones por nuestro muy Honorable Padre, que sufre tanto de las piernas que no puede andar, ni siquiera celebrar la santa Misa sino muy de tarde en tarde a causa de la debilidad en ellas. Den gracias a Dios porque se ha servido preservar al señor Etienne del naufragio a que han estado expuestos durante quince días mientras iban rumbo a Madagascar; todos siguen su camino. ¡Que Dios les conserve por su misericordia!
C. 722 Rc 3 It 656. Carta autógrafa.