La evangelización de las tribus Sabaras en India

Francisco Javier Fernández ChentoMisiones «Ad gentes»Leave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Joseph Moolan, C.M. · Año publicación original: 1999?.
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En las grandes áreas montañosas del sur de Orissa, al Norte de Andhra Pradesh, se encuentra una de las tribus más primitivas y atrasadas de la India, los Sabaras, Soras, Soboro o Souras. Son alrededor de 2.200.000, parece ser que emigraron del sud-este de Asia, con otros grupos de tribus los Munda y los Ho. Son los primeros pobladores de esta tierra, por lo que son llamados Adivasis o Aborígenes.  Se les llama tribus porque pertenecen a un grupo de gentes primitivas, que dicen tener antepasados comunes, que comparten la cultura y en sus orígenes vivían bajo el mando de un jefe. La mayoría eran nómadas, errantes en búsqueda de sustento para ellos y para sus rebaños.  Actualmente se han asentado definitivamente en cuatro distritos de Orissa y Andhra Pradesh.A pesar de que los misioneros cristianos, especialmente Baptistas y Luteranos, comenzaron la evangelización de los Sabaras a comienzos de la Raj Británica la evangelización Católica sólo comenzó más recientemente.  Desde el siglo XVII se encuentran vestigios de la Fe católica en esta parte de la India pero la evangelización, como tal, comenzó en 1845 con los Padres M.S.F.S. de Visakhapatanam cuando fue erigida en diócesis.

Los Misioneros de la Congregación de la Misión españoles, provincia de Madrid, a petición de la Santa Sede, tomaron el relevo de los Padres M.S.F.S. en la evangelización de esta área, llamada en aquel entonces Misión de Cuttack.  En 1922 llegaron los cuatro primeros misioneros y comenzaron la evangelización de esta zona. Fueron incluso hasta las zonas del interior y, aún en medio de grandes dificultades y privaciones, evangelizaron a sus gentes con gran entusiasmo y celo misionero. Al principio se dedicaron especialmente a las comunidades de Harijan y Khond.  Evangelizaron un gran número de gentes, especialmente entre los Harijan. La Iglesia se estableció firmemente en estas comunidades así como instituciones educativas, sanitarias y de tipo social. En unas cuantos pueblos de Bodopoda y Gunupur hubo intentos esporádicos de evangelización de los Sabara pero, dadas las diferencias de lenguaje, cultura, estilo de vida y falta de personal, la evangelización no pudo seguir proseguir hasta más recientemente.  Para llegar a una auténtica evangelización y al establecimiento de la Iglesia entre los Sabara fue necesario un enfoque diferente y singular.

La preparación y ordenación de sacerdotes nativos indios ayudó en el progreso de evangelización entre las tribus.  Después de finalizar mis estudios y de mi ordenación en Salamanca, España, regresé con la debida preparación y gran entusiasmo a trabajar en la Misión de Orissa.  A mi llegada, acababa de comenzar a funcionar el departamento de Filosofía de la Congregación de la Misión y se me pidió me dedicará allí a la enseñanza, lo que hice durante tres años. Después, a petición propia, fui enviado al trabajo misionero. Bodopoda fue mi primer campo de acción pastoral y misionera. Esta comunidad era principalmente «baptista-convertida-católica» y tenía sus problemas específicos.  Me puse bajo la guía de un veterano catequista, Bhokthinato. Con la ayuda de su prudencia, gran experiencia y sabiduría, pude ir resolviendo los problemas pastorales que se me presentaban e introducirme gradualmente en las comunidades cristianas y no cristianas.

La pequeña, pero viva comunidad católica Sabara, me proporcionó un buen conocimiento de los Sabaras en general.  Eran un pueblo muy especial con quien yo nunca había tenido relación. Acepté a la comunidad Sabara como era, con sus buenas cualidades y con sus defectos.  Acepté su lengua, su cultura, sus buenas costumbres, su comida y vivienda y me adapté a sus pobres condiciones de vida. Con la ayuda del catequista aprendí su lengua, traduje las oraciones litúrgicas y la Santa Misa y compuse himnos y canciones populares con el ritmo y tono Sabara.  Los Sabaras tienen su música y baile tradicional, que es una parte importante de la vida de la tribu. Traduje también un pequeño catecismo, con algunas preguntas y respuestas adicionales para esta comunidad. Todo este material fue impreso en caracteres Sabara (roman).  La mayoría de los niños y adultos aprendían con facilidad el abecedario, a leer y a escribir, por lo tanto pronto fue posible que todas las oraciones litúrgicas fueran en Sabara con la participación de los fieles.  Cuando pude decir la Santa Misa en Sabara, por primera vez, fue un día memorable para mi y para toda la tribu Sabara. La Misa se celebró con toda solemnidad y pompa y con la total participación de la entera la comunidad. «Naba, kudduben jumba…»  Palabras de Cristo, ahora en lengua sabara, (entre los Sabaras en un pueblo lejano del interior!  Con el correr del tiempo, (esto se repetiría en cientos de pueblos!

Con la ayuda de un catequista, comencé a visitar más y más nuevos pueblos Sabara comunicándoles el mensaje de Cristo de modo comprensible y adecuado a ellos. Los encontrábamos como ovejas sin pastor, en una gran pobreza y miseria, entre el miedo y la explotación, obligados a ir de aquí para allá en la desesperación. Nosotros les acogíamos con gran amor y aprecio, hablábamos con ellos, no les llevábamos otra cosa que el mensaje de Cristo. Por el diálogo, los símbolos o la música les ayudábamos a comprender la «Buena Nueva» y los principios básicos de la Fe Católica. Les comunicábamos, según nuestra capacidad, el «Mensaje, la Buena Nueva» en su integridad y pureza, el resto era obra del Espíritu Santo y a ellos les tocaba responder.  Las reacciones fueron muy variadas.  Algunos lo rehusaron totalmente y nos echaron, otros nos miraban con sospecha y miedo, algunos nos pedían esperar y regresar de nuevo y unos pocos lo aceptaron de todo corazón.  Tuvimos que regresar varias adonde aceptaban el mensaje para ayudarles a fortalecer sus convicciones y encaminarles a la Fe. Para ellos la iniciación a la comunidad Católica no fue la regeneración por el bautismo, sino el abandono y rechazo de los malos espíritus y de toda clase de cosas relacionadas con los mismos.  Se hizo con gran solemnidad y en presencia de testigos. El Bautismo sólo se suministraría después de dos o tres años de preparación. Liberados del pecado y de toda clase de  supersticiones, (encontraron en Cristo la paz, la alegría y el descanso! Esto les ha ayudado a promocionarse en el terreno económico, social y educativo y a formar una sociedad tribal sana, digna y activa.

Hasta el año 1975 trabajé principalmente desde parroquias existentes entre los Sabaras en Bodopoda y Gunupur.  Pronto vi la necesidad de ir a áreas totalmente Sabaras estableciendo pequeños centros que más tarde se han ido convirtiendo en parroquias.  Se pidieron los permisos necesarios que se obtuvieron de los obispos del lugar (Orissa y A.P.). Recuerdo con enorme gratitud y reconocimiento al P. W. James Richardson Cq.e.p.d.C Superior General por aquel tiempo, que me envió los permisos necesarios, animándome con sus cartas y con la ayuda económica para comenzar muchas parroquias y centros.  Mi cariño, aprecio, gratitud y oración son también para los PP. Richard Mc Cullen, anterior Superior General, y Robert P. Maloney, actual Superior General, por su continuo apoyo, oraciones y ayuda económica para este maravilloso trabajo misionero. He de mencionar, con especial gratitud, la ayuda económica que el P. Robert Maloney me envió recientemente para nuestra Misión en Katiki-Sulludi-Ramanagua. Después de completar el trabajo misionero preliminar de evangelización y establecer una buena comunidad Católica en esta área y de encomendarla a uno de nuestros Padres yo me he ido a un nueva zona Parlakhimundo-Narayanapur para evangelizar y establecer allí la Iglesia.

Los comienzos del centro misionero de Christnagar fueron muy sencillos y humildes, así como otros siete centros misioneros que, ahora, son maravillosas parroquias con una floreciente comunidad católica y con las necesarias instituciones educativas, sanitarias y de desarrollo.  En el momento de la visita del P. Kapusciak, algunas eran solo pobres cabañas… pero para nuestros católicos Sabaras, así como para los hindúes, eran sus «CENTROS DE MISIÓN», donde podían venir libremente, sin temor ni vergüenza, a orar y cantar en su propia lengua, tener sus reuniones y fiestas y demostrar sus talentos y habilidades.  Ellos se sienten orgullosos de estas instituciones y preparados a hacer todo lo posible para mantenerlas y mejorarlas, lo mismo que nuestros queridos bienhechores. Estas comunidades tribales recuerdan con cariño y gratitud a todos sus amados benefactores y en estos centros se reza incluso todos los días por todos ellos.  Que el Señor de la Mies les bendiga y les recompense el ciento por uno.

Como preparación para el gran JUBILEO 2000.@KRISTO JOYONTI 2000″ tenemos un plan muy ambicioso, empezar un Centro de Retiro Espiritual, principalmente para las tribus Sabara y proclamar la palabra de Dios a todas las tribus de esta enorme zona y país.

Casi todos los Sabaras han aceptado últimamente la Fe pero no han profundizado en ella.  Saben y practican lo esencial de la fe Católica, ritos y costumbres.  Necesitan, por tanto, aprender los detalles especiales que fortalezcan su fe y su vida católica.  Los Sabaras aprecian mucho las reuniones religiosas y todas clase de encuentros.  Cada año, tenemos varias reuniones de este tipo, en diversos lugares.  Para que las gentes de las tribus profundicen su fe necesitamos un pequeño centro permanente, donde puedan pasar unos días de oración, meditación y renovación.

El mandamiento de Cristo «Id a todo el mundo y predicad el Evangelio a toda creatura», es válido todavía hoy, particularmente para las comunidades tribales.  Hay millones de personas perteneciente a las tribus que no han oído aún el mensaje evangélico.  Esto se da también en miles de Sabaras y Khons que no conocen a Cristo y su mensaje.  Pensamos en los miles, que cuando se les pregunta, dicen que no han oído nunca o conocido nada del Salvador o de la Iglesia.  He aquí el motivo de formar un pequeño grupo de evangelizadores que visiten estos pueblos, particularmente las tribus, y les prediquen la Palabra de Dios.

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