Prefacio
Los que han compuesto la vida del Sr. Vicente creyeron complacer a la Compañía incluyendo en un libro particular una especie de historia de todo lo que había ocurrido en la Congregación en relación con los diferentes empleos que le habían sido confiados durante el generalato de su fundados; y los misioneros leen en ella todavía con satisfacción los éxitos de las primeras casas y otras funciones de la Compañía en las diferentes diócesis donde se estableció primeramente. Ven incluso este segundo libro de la Vida de su Fundador como un comienzo de historia general o de crónica de su Congregación, y se ha creído que se prestaría un servicio a aquellos que en lo sucesivo acudieran a ella ofreciéndoles la continuación de este trabajo hasta el tiempo en que nos encontramos, siguiendo las memorias, las cartas y otros escritos que se tienen en esta casa, una de las más antiguas de la Compañía a fin de que lo que se halla disperso aquí y allá sin ninguna relación, y que no da ganas de leerlo, reuniéndolo en una secuencia narrativa, se lea no sólo con mas ganas, sino también con más utilidad para perpetuar en las casas el espíritu primitivo del Instituto, que es lo que más se ha tenido presente al entregarnos a este trabajo y a otros parecidos a los que nos hemos aplicado anteriormente.
Se ha añadido a todas estas Memorias cuanto hemos recordado haber oído en las distintas fundaciones y acontecimientos en las casas particulares, asambleas y otras cosas generales que se refieren a toda la Congregación durante más de treinta años que el autor de esta obra se ha dedicado a ello, deseando que este esmero sirva de algo a los que quieran aprovecharse después y no se ha pretendido otra cosa que llevarlos a cuantos lo lean a dar gracias a Dios, autor de todo bien, por todas las bendiciones que su bondad ha derramado hasta el presente sobre la pequeña Congregación en las diferentes casas que la Providencia le ha dado, y luego pedirle que las siga dando, llenando de su espíritu a los misioneros que sucedan a aquellos de quienes se sirvió para realizar el bien que se ve en los diversos empleos de los que se encargarán los que vengan después, como lo hicieron sus predecesores.
No hemos pretendido en este escrito decir algo de lo que se refiere en particular a las diferentes casas de la Congregación, sino tan sólo lo que la concierne en general y hemos dado cabida en el paso de los años a todo cuanto sucedió en las asambleas generales después de la de 1661, en la que el Sr. Almerás fue elegido general anotando todos los decretos y reglamentos que en ellas se dieron con las respuestas que los generales dieron a las peticiones a las que las asambleas les habían pedido que atendieran, y las memorias diferentes que los mismos generales mandaron redactar al comienzo y enviaron a las casas para la perfección de la Compañía en sus súbditos y en sus oficios.
Las cartas circulares que escribieron los superiores generales de igual modo a las casas en las diferentes ocasiones bien para remediar algunas deficiencias que se advertían en las casas o para recomendar algo que parece conveniente y en particular para adherirse inviolablemente a la censura que los Papas hicieron en el correr de los tiempos de algunos libros y proposiciones de diferentes autores, bien para mantener a las familias y a los particulares dentro del buen orden y de la reg a: todas estas cartas aparecerán en esta historia en su lugar formando así una especie de consecuencia
Las diferentes gracias que la Santa Sede otorgó a la Congregación por poderes particulares, indulgencias, etc, se anotarán allí igualmente a su tiempo (p..5), todos como los que se recibieron de los príncipes en los estados en que se hallaban establecidos. Todas las fundaciones que se aceptaron desde la muerte del Sr. Vicente se verán señaladas de la misma forma cada cual en su año y allí se dirá la ocasión y el modo cómo se fundaron, los superiores generales, desde la muerte del fundador informaron a las casas sobre todo lo acontecido de importancia en la Compañía por cartas que se escribieron con ese fin al comienzo del Año Nuevo, cosa que se generalizó a partir del generalato del Sr. Bonnet; nos serviremos de lo que ordenaban, para introducirlo en esta historia. Tales son las fuentes de donde se ha extraído todo cuanto se dice; tal el motivo para escribirlo, tal el plan que se ha propuesto en este trabajo; y se ruega a quienes lo lean luego que tengan a bien acordarse del autor en sus oraciones.