A los 15 años de la beatificación de Federico Ozanam

Francisco Javier Fernández ChentoFederico OzanamLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: William Sheldom, C.M. .
Tiempo de lectura estimado:
Federico Ozanam

Federico Ozanam

La beatificación de Federico Ozanam el 22 de Agosto de 1997 fue un acontecimiento memorable para la Familia Vicenciana. Para algunos la beatificación pudo parecer un acontecimiento entre otros muchos en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud; sin embargo la beatificación tuvo un lugar muy apropiado en ese acontecimiento.

Cuando Federico tuvo la inspiración de comenzar la fundación de la Sociedad de San Vicente de Paúl para, con sus compañeros estudiantes en la Sorbona, profundizar en su fe, tenía poco más de 20 años.  El Santo Padre aludió a ello durante la homilía pronunciada en la Misa de Beatificación, cuando habló del camino de santidad seguido por Federico. «Que todos estos jóvenes, casi de tu edad, que se han reunido aquí en París de todos los países de Europa y del mundo, reconozcan que este camino es también el suyo».

La beatificación tuvo su ritmo. Hubo una cuidadosa y detallada preparación de la celebración litúrgica del 22 de Agosto y siguientes. El Jueves, 21 de Agosto, la noche anterior a la beatificación, las Conferencias de San Vicente de Paúl organizaron una Vigilia en el salón de la Pinede del Parque Floral de París/Vicennes que ofreció a los Vicencianos la oportunidad de hablar, bailar, cantar, comer, orar y alegrarse unidos. Comenzó a las 3 de la tarde y concluyó justo antes de medianoche. El Presidente, César Augusto Nunes Viana, dirigió una alocución clave a los reunidos dando el tono a la celebración. D. Amin de Tarrazi, que supervisó diligentemente los innumerables detalles de la beatificación, habló de la figura de Ozanám. Cantantes de música folk dirigieron a la audiencia en el bellísimo canto. «Federico» una dramatización de Daniel Facerias, un ballet, presentaron la vida de Federico en diez escenas -excelente espectáculo para una audiencia apreciativa. Lecturas de la Sagrada Escritura y de los escritos de Federico sirvieron para la reflexión y oración. Extractos del film «El Señor Vicente» recordaron el espíritu de San Vicente, patrono de la Conferencias. Un vídeo presentó el trabajo de las Conferencias en diferentes partes del mundo, mostrando este espíritu vivo hoy. Miembros de 100 países diversos llevaron gramos de harina que eran recibidos en el escenario, se mezclaron, amasaron y finalmente fue cocido el  pan. Al final de la tarde, al ir abandonando el salón los participantes, les fue distribuido el pan. Con este gesto se les recordaba la necesidad de dar y compartir el pan con su prójimo. La tarde concluyó con la bendición del señor obispo Mons. Terry J. Steib, SVD, obispo de Memphis, Tennesse y Consejero Episcopal de las Conferencias de San Vicente en los Estados Unidos.

La Misa de la Beatificación fue impresionante, bellísima y seguida con gran devoción por todos los participantes. El lugar era magnífico, la Catedral de Notre Dame, donde San Vicente y Federico Ozanám rezaron, donde el Abbe Lacordaire predicaba los sermones de Cuaresma, para los que Federico preparaba el camino, «con el fin de permitir a los jóvenes el recibir una instrucción religiosa actual sobre cuestiones relativas a su fe» La conmovedora homilía del Santo Padre urgió a los Vicencianos diciendo: «Queridos discípulos de San Vicente de Paúl, os animo a unir vuestras fuerzas a fin de que, los pobres sean amados y mejor servidos, y que Jesucristo sea honrado en sus personas, como siempre deseó aquél en quien vosotros os inspiráis. Conmovedora fue también su revelación, cuando al hablar a las Conferencias de San Vicente les dijo, «Yo también, cuando era estudiante antes de la Segunda Guerra Mundial, fui miembro de una de ellas» – ¡un Vicenciano hablando a Vicencianos! Aunque sólo pudieron entrar en la Catedral entre unas 2.500-3000 personas, las 9.000 que estaban fuera en el atrio participaron en las ceremonias por medio de los monitores de televisión. Los sacerdotes que distribuyeron la comunión pudieron concelebrar, entrando en la catedral para la Oración Eucarística y la comunión.

El lunes, 25 de Agosto, se concelebró una misa de Acción de Gracias en la Iglesia de San Sulpicio, otro lugar muy querido de Federico y de las Conferencias. Concelebraron el Cardenal Jean-Marie Lustiger, el Nuncio Apostólico, Mons. Mario Tagliaferri y otros muchos sacerdotes  así como los Obispos de la Congregación de la Misión que acudieron a la beatificación y a la Jornada Mundial de la Juventud, Mons. Henny Bomers, Vicente Zico, Tadeusz Goclowski, y Benjamín De Palma.

Antes, durante y después de la beatificación, los miembros de la Familia Vicenciana  se reunieron en diferentes lugares de París – Casa Madre, la Rue du Bac, las oficinas internacionales de las Conferencias, la Sorbona, la tumba de Federico en la Iglesia des Carmes y en la  tumba de Sor Rosalía en el cementerio de Montparnasse, en la sección Mouffetard, donde ambos, Federico y Sor Rosalía, encontraron y sirvieron a los pobres. Destacaron entre ellos los 2.500 Jóvenes de la Juventud Mariana Vicenciana, que tuvieron reuniones especiales Vicencianas en Villebón a las afueras de París, animadas por el P. Maloney, la Madre Juana, el P. Lloret y otros muchos  cohermanos, Hijas de la Caridad y laicos. Los jóvenes participaron en las sesiones de la Jornada Mundial de la Juventud y las relacionadas con la beatificación.

Dios bendijo los acontecimientos que rodearon a la beatificación de Federico Ozanám. Que ellos nos inspiren a profundizar en el conocimiento y devoción a Federico, nos ayuden a hacerlo conocer, nos lleven a continuar pidiendo por su canonización y haga que la Familia Vicenciana trabaje unida en el servicio de Jesús en los pobres, como hicieron Federico y Vicente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *