El que quiera vivir en comunidad tiene que decidirse a vivir como un peregrino en la tierra, a hacerse un loco por Jesucristo, a cambiar de costumbres, a mortificar todas sus pasiones, a buscar puramente a Dios, a servir a todos los demás, como el más pequeño de todos; debe estar convencido de que ha venido a servir y no a gobernar, a sufrir y trabajar y no a vivir entre placeres y en la ociosidad. Tiene que saber que allí se le prueba a uno como al oro en el crisol, que es imposible perseverar si uno no quiere humillarse por Dios; y tiene que estar seguro de que, si obra de ese modo, sentirá una verdadera alegría en este mundo y tendrá la vida eterna en el otro.
Vicente de Paúl, Documento 077: Reflexiones Sobre La Vida De Comunidad







