Tomás Agustín Judge nació el 22 de agosto de 1868, en la ciudad de Boston. Massachusetts, EE.UU. Hijo de padres inmigrantes irlandeses, era el más joven de 5 hermanos, 2 hombres y, 3 mujeres. Su padre era pintor, murió cuando él tenía 19 años. La muerte del señor Judge fue una profunda pérdida para la familia, pero particularmente para el joven Tomás quien había estado muy unido a su padre. El padre y el hijo poseían un amor irlandés por la música, ayudando por sus voces agradables, eran llamados con frecuencia para tomar parte en entretenimiento. Ahora con la muerte de su padre, cambios drásticos eran necesarios en la vida de este joven de 19 años, olvidando temporalmente los pensamientos relacionados con su futuro. Abandonó la escuela para ayudar a su familia.
Era el 1887 y jóvenes trabajadores competían unos con otros para conseguir cualquier precio. Tomás empezó como trabajador en una fábrica de escobas; por un tiempo trabajó como sustituto llevando cartas y por último encontró un trabajo mejor pagado en una compañía que fabricaba instrumentos de cirujanos y dentales.
Su amor por el estudio y sus esperanzas para el futuro persistían, sin embargo, y trabajando en una fábrica durante el día, se matricuIó en la escuela nocturna.
En 1890 el P. Tomás ingresó al seminario de los Padres Vicentinos en Filadelfia, Pennsylvania. Entró al noviciado el 25 de enero de 1894. Escribió que su propósito era: «Que yo me pueda entregar totalmente a Dios». Comenzó entonces a recibir la comunión diaria. Cosa que anteriormente no acostumbraba hacer.
El 27 de mayo de 1899, el Padre Judge se ordenó sacerdote en el seminario de San Carlos. Inicialmente no pudo ejercer su ministerio por padecer gravemente de tuberculosis, al extremo que se temía por su vida. Sus superiores lo mandaron a recuperarse en casa de su familia. Después de unos meses recobró fuerzas suificientes y así recuperado fue asignado a predicar como miembro del equipo misionero.
Los años 1900-1909 trabajó en varias parroquias en Filadelfia y Nuevo York.
Alli quedó profundamente convencido de la seriedad de la problemática de los inmigrantes, los grandes problemas religiosos y sociales con los cuales se enfrentaban y la pérdida de la práctica de su fe por parte del inmigrante. Al mismo tiempo se convenció de la necesidad de un laicado lleno del espíritu apostólico.
En el año de 1909 el P. Judge llegó a la parroquia San Juan Bautista en Brooklyn, Nueva York, donde asumió la responsabilidad de vicario. En sus visitas por el área se dio cuenta que muchos inmigrantes católicos por falta de atención se iban alejando de la iglesia, iban perdiendo su fe. Deseoso de remediar esta situación el sacerdote tuvo la idea de formar unas personas en quienes encontraba interés por atender a esta gente. Y en abril del mismo año se reúne con 5 mujeres profesionales quienes en el futuro formarán el «Apostolado del Cenáculo». A pesar de las críticas motivadas por la novedad de poner a laicos a laborar en la vida pastoral, día a día aumentaba el número de grupos apostólicos que el Padre Judge designaba «Cenáculo Misionero».
El año de 1910, Padre Tomás fue nombrado miembro del equipo de predicadores, con su base en Springfield, Massachusetts. En el transcurso de 1910-1915 se fundaron varios «Cenáculos» en distintos estados de la costa Allántica de los EE.UU. siendo el Padre Judge su director espiritual.
En agosto de 1915, el Padre Tomás fue enviado al sur de los EE.UU. al pueblo de Opelika, Alabama. Parecía un golpe mortal a los inicios de este movimiento apostólico y muchos lamentaban la obediencia impuesta a su mentor. La Iglesia Católica en esa parte de la nación, para ese entonces, padecía dentro de un ambiente de grandes prejuicios y hasta sangrienta persecución contra los católicos.
Firme en su determinación de evangelizar aquel territorio, invitó a unos miembros del Cenáculo a trasladarse a Alabama con el propósito de establecer una escuela.
En enero de 1916, las primeras apóstoles del «Cenáculo» llegan a Opelika. Durante este año muchas más llegaron, comenzaron una escuela católica, un dispensario médico y muchas otras obras apostólicas.
En 1918 con su gran espíritu apostólico funda muchas misiones en varios estados de Los Estados Unidos y Puerto Rico. En este mismo año, se recibió la aprobación de los obispos. Hay más formalidad en la estructura de la vida comunitaria tanto la de las ‘Damas del Cenáculo» como la de los «Caballeros» que comenzaron a llegar del norte también.
En el año 1929 Los Siervos Misioneros de la Santísima Trinidad recibieron aprobación oficial de Roma. Y en el año de 1932 las Siervas Misioneras de la Beatísima Trinidad recibieron también la aprobación de Roma.
Muchos fueron los contratiempos, pero también muchos los proyectos realizados. Exhausto de fuerza el Padre Tomás falleció en Washington, D.C. el 23 de noviembre de 1933.
A partir de este momento relevante, los Misioneros Trinitarios han crecido hasta tener misiones en Los Estados Unidos, Puerto Rico, México, América Central y Sudamérica. Con el gran incremento de obreros y vocaciones, están preparando jóvenes para servir en el futuro entre los pobres de Las Américas.
Hoy día hay más de 150 sacerdotes y Hermanos, 300 Hermanas y miles de laicos misioneros que poseen el mismo espíritu del Padre Tomás Agustín Judge.»La meta es hacer que cada católico sea un apóstol.», Padre Judge, C.M.
Tomado de la página Web de Misioneros Trinitarios de Costa Rica