1656. Conferencia de Vicente de Paúl en San Lázaro sobre la pureza de intención, en la que se trata de los motivos para actuar en todas las cosas con pureza de intención, en qué consiste y las señales para conocer que se actúa así y los medios para conseguirlo. La conferencia proseguirá el 7 de julio.
1955. En París, se abre la XXXII Asamblea General de la Congregación de la Misión, que cuenta con el mayor número de miembros de una asamblea general hasta la fecha: ciento once. En realidad, habrían sido ciento diecinueve si todas las provincias situadas tras el «telón de acero» o de «bambú» hubiesen podido tener el número normal de delegados. En virtud del indulto de la Santa Sede que permitía a los visitadores de Hungría, Eslovaquia, Polonia y Yugoslavia designar a un miembro de la Congregación residente fuera de ellas, todas las provincias, treinta y seis en total, están representadas, confirmándose la vitalidad de la Congregación en todo el mundo. La Asamblea deberá elegir seis asistentes, examinar los postulados de las diversas Asambleas Provinciales y discutir las cuestiones planteadas por las Constituciones revisadas. Para facilitar el trabajo, cada delegado se instalará en una mesita individual. En la mesa de la Asamblea, un micrófono facilitará la audición del latín, que pese a las diferencias de vocabulario y sintaxis de los delegados, será la única lengua verdaderamente internacional. La primera alocución que escucha la Asamblea es pronunciada, a las cuatro de la tarde, por el superior general de la Congregación de la Misión, el P. Guillermo Slattery.