1804. En el palacio de Saint-Cloud, Napoleón Bonaparte firma el decreto que restablece la Congregación de la Misión, aunque en lugar de usar esta denominación y para evitar las susceptibilidades revolucionarias y jacobinas el texto se refiere a una asociación de sacerdotes seculares que, bajo el título de Sacerdotes de las Misiones Extranjeras, se encargarán de las misiones fuera de Francia. El artículo según el que el Arzobispo de París propondría el nombramiento del director ha sido tachado por Napoleón, que ha escrito en el margen «el director de las Misiones Extranjeras será nombrado por el Emperador». En la práctica el gobierno se limitará a aprobar la nominación del superior general hecha según las Constituciones. El decreto será revocado por el propio Napoleón el 26 de septiembre de 1809 y puesto de nuevo en vigor por el rey Luis XVIII en 1816.
1862. En Portugal, un barco de guerra, el Orinoco, llega a Lisboa para evacuar a las Hijas de la Caridad que se ocupaban de los enfermos de cólera y la educación de los niños y son expulsadas por la revolución.
1900. En Roma, junto con otros setenta y seis mártires de la Cochinchina, Tonkin y China, es beatificado Francisco Régis Clet. El breve apostólico que se lee en la Basílica de San Pedro utiliza estas palabras para referirse al P. Clet: «La Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl, que abraza todas las obras de caridad, y que se extiende hasta los extremos del mundo, ha asociado a los mártires indicados antes al Venerable Siervo de Dios Francisco Régis Clet».