6. Otras relaciones
Relaciones ecuménicas y entre distintas religiones.
6.1 Todos los miembros deben fomentar el ecumenismo
Cada Vicentino busca profundizar en su propio compromiso hacia el Ecumenismo y hacia la cooperación en trabajos de caridad y justicia, como una contribución hacia la consecución de la unidad plena y visible de la Iglesia tal y como el mismo Cristo suplicó, «para que todos sean uno. Como Tu, Padre, en mi y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros para que el mundo crea que Tu me has enviado. » (Jn 17:21).
Comentario.- La Sociedad, cada Conferencia, cada vicentino que forma parte de ella, no olvida las exigencias del ecumenismo tal y como señala la Santa Iglesia. No es posible convertir esta exigencia en un deber siguiendo una «norma». No hay ecumenismo digno de serlo sin cambiar el corazón.
Porque es desde el cambio de actitudes (ver Eph 4:23), desde el desprendimiento y el amor sin límites, como el empeño en la unidad comienza y crece hacia la madurez. Es la acción del Espíritu Santo la que nos abre a este cambio en nuestros corazones que solicitamos en la oración (ver C.Vaticano II Ec 7″ y CIC 1108/1109).
«para que el mundo crea que Tú me has enviado».
Las divisiones contradicen claramente la voluntad de Cristo, pone barreras en el mundo y provoca daños a la más santa de las causas que es proclamar la Buena Nueva a cada ser humano» (C.Vaticano II Ec. 1″). «En este movimiento de unidad, llamado ecuménico, participan los que invocan al Dios Trino y confiesan a Jesucristo como Señor y Salvador, y esto lo hacen no solo por separado, sino también reunidos en asambleas…» (C. Vaticano II Ec 1).
6.2 La Sociedad está comprometida con la cooperación ecuménica y entre las distintas religiones
Siguiendo el Magisterio de la Iglesia Católica, la Sociedad de San Vicente de Paúl reconoce, acepta y alienta la llamada hacia el diálogo y cooperación ecuménicos y entre las distintas creencias, que surjan de su actividad caritativa. Participa en las iniciativas católico-ecuménicas y la colaboración con otras creencias dentro de cada país, y en armonía con el Obispo de cada Diócesis.
Comentario.- Siendo conscientes de esta exigencia eclesial, la Sociedad en cada lugar en el mundo, se somete a las directrices de cada Diócesis. Entiende cada Conferencia, que la respuesta católica en cada lugar, debe estar presidida por la armonía y por ello, antes de cualquier actuación en este delicado terreno, escucha y actúa de acuerdo a lo indicado por el Ordinario del lugar.
En esta cooperación fundamentalmente con las otras denominaciones cristianas, se trata de actuar como testigo cara a una sociedad en muchos casos incrédula. Es importante que quien nos vea, observe una amistad fluida, un amor y una confianza tal, que intente reflejar la propia unidad de la Santísima Trinidad.
6.3 Adoptar iniciativas prácticas
Las Conferencias y los Consejos establecerán un diálogo sobre la cooperación en el trabajo caritativo con sus socios homólogos de otras iglesias cristianas, de comunidades ecuménicas y entre otras creencias, cuando sea apropiado.
Comentario.- Son múltiples las circunstancias en las que pueden encontrarse las Conferencias establecidas en tantos lugares en el mundo. El principio de subsidiariedad del que habla el artículo 3.9 de esta Regla, (cuya lectura recomendamos), facilitará a las diversas Conferencias, el buen criterio para saber con quien han de contar en cada ocasión para encontrar la colaboración necesaria para su servicio a los más pobres. La prudencia, aconsejará en cada ocasión, que opiniones han de recabar antes de iniciar estas colaboraciones, que siempre deberán respetar el espíritu de la Sociedad (Regla artículo 6.7)
6.4 Asociación ecuménica y entre distintas creencias religiosas
En algunos países, las circunstancias pueden hacer deseable la aceptación, como consocios, de cristianos de otras confesiones o de personas de otras creencias que respeten y acepten sinceramente la identidad y los principios de la Sociedad, en cuanto las diferencias de fe lo permitan. La Conferencia Episcopal debe ser consultada.
Comentario.- Grande es el mundo y multitud de personas sienten la vocación de ayudar a los más pobres. Las Conferencias, han de estar abiertas a admitir estas colaboraciones. Dicho esto, la Sociedad no puede olvidar que, además de tratar de ayudar a los que más nos necesitan, a los que sufren, cada Conferencia, es una comunidad católica que se extiende por el mundo. Han de contemplar los consocios que se sientan llamados a admitir a personas de otras creencias, hasta que punto afectan en la comunidad de la Conferencia, a las propias prácticas de piedad comunes al mundo católico. Para preservarnos de este peligro real, la Regla señala la necesidad de consultar con la Conferencia Episcopal de cada lugar. Sometámonos a su criterio que será siempre bueno para la tranquilidad de nuestras almas. (ver Regla artículo 3.1)
6.5 Preservación del credo y de la filosofía católica
El credo y la filosofía católica de la Sociedad de San Vicente de Paúl deben preservarse. El Presidente, Vicepresidente y el Asesor Espiritual deberán por lo tanto, ser católicos romanos. Pueden, en determinadas situaciones dependiendo de las circunstancias nacionales, y tras la consulta con el Obispo diocesano, ser miembros de Iglesias y otras comunidades cristianas, que compartan la creencia católica, entre otros, de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, los siete Sacramentos y la devoción a María.
Comentario.- Aparte del Asesor Espiritual, el Presidente tiene la obligación de promocionar la espiritualidad vicentina y la ética católica (ver artículo 3.11). Idéntica obligación se aplica también al Wice-presidente que cuando es necesario asume el servicio del Presidente. La intención de la Asamblea General de la Sociedad en 1999, fue permitir al menos a los Ortodoxos y a los Anglicanos-católicos, asumir estas responsabilidades. La Jerarquía católica en cada país sabrá si hay otras iglesias o comunidades eclesiales que corresponden a estos criterios. Ya que otros puestos no conllevan la obligación específica de promocionar la espiritualidad vicentina, estas responsabilidades como Secretario, Tesorero, etc… quedan abiertas a cualquier miembro.
6.6 Los grupos afiliados pueden trabajar muy estrechamente con nosotros
La Sociedad acepta el principio de grupos afiliados. Estos grupos estarán formados principalmente por personas de otras iglesias cristianas y comunidades ecuménicas que se sientan atraídos por el trabajo de la Sociedad y/o por su espiritualidad. Serán bienvenidos a participar en el trabajo caritativo de la Sociedad, en los debates adecuados de los Consejos y en la vida fraternal de la Sociedad, pero no serán elegibles para cargos dentro de la Sociedad.
Grupos de laicos pertenecientes a religiones no cristianas también pueden ser tratados de una forma similar.
Comentario.- En algunos lugares, puede ser conveniente la aceptación, con las limitaciones que señala el artículo, de grupos afiliados de otras confesiones o creencias. La Sociedad puede admitirlos en su seno pero, en su deseo de permanecer católica, impide su elegibilidad para cargos de representación.
6.7 Relaciones con agencias estatales y otras entidades caritativas
Cuando los problemas que se encuentran van más allá de su competencia o capacidad y siempre que ayude a la Sociedad en su preocupación de combatir la injusticia, los Vicentinos deben establecer constantes vínculos y relaciones, con las Agencias Estatales y con otras entidades caritativas más especializadas dispuestas a trabajar con ellas, siempre y cuando sea respetado el espíritu de la Sociedad.
Comentario.- Un mundo cada vez más globalizado, es también un mundo más complicado. Las Conferencias, a través de los Consejos oportunos, pueden y deben acudir a la colaboración puntual con otras Entidades que puedan favorecer su trabajo a favor de los más necesitados. Una actitud prudente, observadora, nos alejara del escándalo que supondría el trabajo en común con grupos o personas que mantuvieran planteamientos contrarios a la Doctrina de la Santa Iglesia.[«….es preciso evitar hasta las apariencias del mal y cuanto pudiera escandalizar a los débiles.» (Consideraciones Preliminares al Reglamento S.S.V.P. 1.835)]