En la gran Historia de la Ciudad de París, de dom Filibien, completada por dom Lobineau, célebres benedictinos, se encuentra la narración siguiente, relativa a la Congregación de la Misión:
«El Instituto de los Sacerdotes de la Misión nació en el Colegio de los Buenos Hijos. hacia principios del año 1625.
El santo Sacerdote Vicente de Paúl, que fue el fundador, conociendo por experiencia la necesidad extrema en que se encontraban las personas del campo, más aun que las de las ciudades, de ser socorridas y ayudadas en las prácticas de la Religión, misionó un pueblo de la diócesis de Amiens, el día de la Conversión de San Pablo del año 1617. Dios bendijo su trabajo, convirtiendo gran número de personas, y la Condesa de Joigny, Francisca Silly, que había movido a Vicente de Paúl a predicar esta misión en sus tierras, concibió la idea de dar 6.000 libras a la Comunidad que se comprometiera a misionar cada cinco años todas sus posesiones.
No habiendo aceptado la propuesta ni los Jesuítas ni los Padres del Oratorio, la piadosa señora de Joigny pensó fundar una Congregación particular, cuya principal obligación fuese misionar los pueblos del campo. Le pareció que Vicente de Paúl era tanto más a propósito para realizar el proyecto, cuanto que hacía algunos años que trabajaba sin interrupción, juntamente con varios Sacerdotes en la noble tarea de misionar las campiñas. El Conde de Joigny, Manuel de Gondi, General de las galeras de Francia, no sólo aprobó el celo de la Condesa su esposa, que quiso ser él también fundador con ella de la proyectada Congregación. Ambos comunicaron sus piadosos designios al Arzobispo de París, su hermano Juan Francisco de Gondi, quien asimismo quiso tomar parte en la fundación y destinó el Colegio de los Buenos Hijos para habitación de los nuevos misioneros.
Le propusieron la idea a Vicente de Paúl y éste la aceptó, recibiendo la provisión de Rector del Colegio el día 17 de Abril de 1625: los Condes de Joigny le dieron al mismo tiempo una suma de 40.000 libras para comenzar la fundación, con poder de escoger los eclesiásticos que juzgara a propósito, y que estarían bajo su dirección mientras durase su vida: con la condición de que, a pesar de dirigir la. Congregación, Vicente de Paúl permanecería en casa de los Condes para asistir espiritualmente a la familia, como lo había efectuado el año 1608 o 1609, en calidad de preceptor de sus hijos.
La Condesa sobrevivió pocos días; murió la víspera de San Juan Bautista del mismo año 1625. Vicente de Paúl tomó ocasión de esta sensible desgracia, para pedir permiso al Conde y retirarse al Colegio de los Buenos Hijos, lo que le fue concedido. Trabajó mucho en el establecimiento de su Congregación, que fue aprobada por el Arzobispo de París el 14 de Abril de 1626, componiéndose entonces la Comunidad de cuatro miembros a los que, poco después, se juntaron cuatro más.
Pero su número creció tan rápida y tan considerablemente que, en el mes de Enero del año 1632, el Papa Urbano erigió, por Bula expresa, en Congregación la reciente Compañía, con el título de Congregación de la Misión, dando facultad a su fundador para formular los reglamentos por los que se había de regir. El Rey Luis XIII, legalizó este Instituto en cartas patentes del mes de Mayo 1642, registradas en el Parlamento de París en el mes de Septiembre del mismo año.
Al mismo tiempo que se expedía en Roma la Bula que hemos mencionado, los Misioneros tomaron posesión del Priorato de San Lázaro de París, hasta entonces bajo la dirección de los Canónigos regulares de San Víctor, que lo cedieron a los Misioneros con las condiciones expresadas en el convenio celebrado entre ellos el 7 de Enero de 1632. En consecuencia de este convenio y de la dimisión del Prior, el Obispo de París unió el Priorato, la Leprosería y la Administración de San Lázaro a la Congregación de la Misión el 31 de Diciembre de 1632, lo que fue confirmado por cartas patentes del Rey, en Enero de 1633 y registrado en el Parlamento el 21 de Marzo del mismo año: después el Rey Luis XIV, confirmó la misma unión en sus cartas del mes de Marzo de 1660, aprobadas el 18 de Mayo de 1662 en el Parlamento de París. También han obtenido los Misioneros sobre el mismo asunto dos Bulas, una del mes de Marzo de 1633 y la otra del 18 de Abril de 1633.
Esta casa de San Lázaro, por su vasta extensión, por el gran número de Sacerdotes y seminaristas que la habitan, por ser la residencia del Superior General ha llegado a ser la Casa-Madre de la Congregación de la Misión, que con admirables progresos ha hecho, tanto en la ciudad de donde posee el Seminario de San Carlos, como en restante del reino y en los países extranjeros.
Vicente de Paul no se limitó sólo a fundar su Congregación; además de las Cofradías de la Caridad en cada Parroquia, que le deben su origen, fundó las Hijas de la Caridad, y contribuyó a establecer las de la Cruz, como lo diremos más tarde. Él fue quien dio el ser a las Compañías de Señoras para el servicio del Hotel Dieu de París, a los Ejercicios espirituales de los Ordenandos primero y después a toda clase de personas, que deseaban elegir estado ó hacer una confesión general; a las Conferencias eclesiásticas; a muchos Seminarios; en fin, a multitud de hospitales como el de los Niños abandonados, el de los Ancianos pobres, y el de los Galeotes de Marsella. Asistió a Luis XIII en su última hora, y fue elegido por la Reina Regente para formar parte del Real Consejo de Negocios eclesiásticos, del cual fue miembro durante diez años; lo que no le impidió dirigir su Congregación de la que era General y Fundador. Dio la última mano a sus Reglas y Constituciones, dando en 1658 un ejemplar impreso a todos los Misioneros que componían la Comunidad de San Lázaro.
Dos años después, esto es, el 27 de Septiembre de 1660, dejó de existir, a los ochenta y cinco años de edad, y fue sepultado en el coro de la Iglesia de San Lázaro, con la asistencia de muchas personas distinguidas, particularmente el Príncipe de Conti, el Nuncio del Papa, y la Duquesa de Aiguillón. El Obispo de Puy pronunció, algunos días después, su oración fúnebre en la Iglesia de San Germán de Auxerre, y después se han llevado a cabo informaciones sobre su vida, para el proceso de su Beatificación.
Los Sacerdotes de la Misión se establecieron por insinuación del Rey, Luis XIV, en la Real Casa de los Inválidos de París, como lo habían sido ya en Fontainebleau, y en Versalles, y lo fueron después en San Claudio y en San Ciro: hacen, después de dos años de aprobación ó de Seminario, como ellos dicen, cuatro votos simples de pobreza, castidad, obediencia y estabilidad».
ANALES 1909