Si las palabras hubieran de expresar en toda su realidad la verdad de los hechos, fuera tarea ardua la que a mi cargo he tomado. La magnitud del hecho que voy a narrar, supera en grandiosidad y excelencia a cuanto se puede manifestar por vocablos; son éstos insuficientes para trasladar al papel y dar a conocer las grandes emociones del rito, Diré, pues, con toda la sencillez posible, las solemnes funciones que, con motivo de la inauguración de este nuestro Colegio é Iglesia, se celebraron, en esta villa de Limpias los días 25, 26 y 27 de Enero de este año de 1901. Llegó por fin el día suspirado! Grandes han sido nuestra zozobra y ansiedad, pero al fin y al cabo vamos a tener la dicha de inaugurar el ya famoso Colegio de Limpias y su Iglesia. ¡Cuántos anhelarán esta felicidad! Estos días, aunque pocos y breves, formarán época en los fastos de la historia de este Colegio, de la Congregación, de la villa de Limpias, de Santander, y en la vida de los que hemos loado verlos y tomar parte en su solemnidad y grandeza. Estos y otros sentimientos animaban a los 13 individuos que formamos esta Comunidad, y todos estábamos dispuestos y llenos de ánimo para contribuir con todas nuestras facultades al feliz éxito de la inauguración.
La inauguración académica de este Colegio se había echo sin ruido ni aparato el 1.° de Octubre de 1900; era de extrema necesidad recibir a los alumnos en este nuevo edificio, pues el que habíamos tenido hasta entonces no merecía el honor ni aun de llamarse casa decente. Si nos hemos sostenido allí por espacio de siete años, con buen número de colegiales y sin enfermedades, más que a cualquiera causa humana, débese a la providencia de Dios, que siempre mira por los suyos.
Hacía ya unos meses que habitábamos en esta gran Casa, como queda susodicho, y esperábamos con ansia la terminación de la Iglesia que en medio del Colegio se levanta–, era la feliz coronación de las obras de esta fundación, que tantas congojas, apuros, angustias, pesares y penas de todos géneros ha hecho pasar a los que hemos presenciado su construcción, y en especial a nuestro Superior el Sr. Martínez, que, con viva fe y esperanza firme en Dios ha trabajado hasta ver felizmente logrado su objeto y nuestras aspiraciones.
Se había pensado hacer el Triduo de inauguración en el verano de 1900, ya en la fiesta de San Vicente, ya fuese el 27 de Septiembre, en que se conmemora su muerte; pero no se pudo realizar a causa de no estar terminada la Iglesia. Desesperanzados al ver fallidos nuestros deseos, creímos, y así pensábamos todos, que no se haría la inauguración hasta el verano de 1901, pues no se veía fácil solución a algunas dificultades; pero con la ayuda de Dios fueron éstas superadas, y cuando en las Navidades fue el Sr. Martínez a Madrid, resolvió el Sr. Arnáiz que se celebrase el Triduo de inauguración del Colegio é Iglesia con toda la pompa y aparato que tal suceso y fundación requería, los ya antedichos días 25, 26 y 27, por ser el primer día la conversión de San Pablo, fecha memorable para la Congregación, como por todos es sabido. No hubo que hablar más; apenas el Superior nos comunicó la noticia, todos los brazos de este cuerpo tan bien regulado y unido, gracias a Dios, nos pusimos en movimiento, movidos por el único resorte de la voluntad del Superior, obrando cada uno en la esfera de su actividad. El trabajo fue ímprobo, pues amén de las mil zarandajas que en un Colegió lleva el tiempo, como lo saben bien cuantos en ellos han estado, teníamos encima las clases, que (sea dicho de paso) abundan por la gracia de Dios; el que menos tiene tres diarias: si alguien cree que exagero, venga y véalo. Pues como iba diciendo, merced al dón de la ubicuidad que plugo a Dios concedernos en dichos días, logramos tener bien preparado el terreno para salir airosos del paso en que íbamos a entrar, y no volvernos poco menos que locos en la balumba de cosas a que teníamos que atender.
Para que no parezca hiperbólico lo que dejo dicho, copio a renglón seguido el programa de las fiestas del Triduo:
TRIDUO SOLEMNE QUE CON MOTIVO DE LA INAUGURACIÓN LA IGLESIA y COLEGIO DE SAN VICENTE DE PAÚL, SE LEBRARÁ EN LA VILLA DE LIMPIAS EN LOS DÍAS 25, 26 DE ENERO DE 1901.
Día 25. a las siete y media de la mañana se procederá la bendición solemne de la Iglesia por el R. P. D. Eladio Arnáiz, Visitador de la Congregación de la Misión de la Provincia de España.
„A las diez habrá Misa solemne, que celebrará el mismo Rdo. P. D. Eladio Arnáiz, y se cantará por el coro del CoIegio la Misa a cuatro voces de D. Mariano García, llamada de la Vela, con acompañamiento de harmonium y piano. Ocupará la sagrada cátedra el M. Rdo. P. Mendía, Superior de la Residencia de los Padres Jesuitas en Santander.
„Á las cuatro de la tarde habrá exposición del Santísimo Sacramento, rosario y plática, que predicará un Padre Paúl, y reserva.
„Día 26.—A las diez de la mañana, Misa cantada, que celebrará el M. I. Sr. D. Francisco Paja, Chantre de la Catedral de Sigüenza; el coro interpretará la de Gloria, a tres voces, de D. Luis Bordesse, predicando el Dr. D. Mariano Gómez, Párroco de Cabuérniga y Rector del Seminario de Santander.
„Por la tarde, rosario; a continuación se cantarán las solemnes Vísperas del Maestro Asioli, a tres voces, y después plática, por un Padre Paúl, y reserva.
„Día 27.—A las siete y media, Misa de Comunión general; en ella se cantarán algunos cánticos propios de tal acto. a las diez dará principio la Misa Pontifical, que celebrará nuestro Prelado el Excmo. é Ilmo. Sr. D. Vicente Santiago Sánchez de Castro.
„Se cantará la gran Misa, de D. Mariano García, llamada de los Bajos, a cuatro voces y acompañamiento de harmonium y orquesta, predicando el M. I. Sr. D. Alejo Die, Herce, Lectoral de la Santa Iglesia Catedral de Santander,
„A las tres de la tarde se rezará el santo rosario y se cantará un solemnísimo Te Deum a cuatro voces con acompañamiento de harmonium, piano y orquesta, compuesto por D. Víctor R. Díaz, organista de la Catedral de Oviedo; acto continuo dará el Sr. Obispo la bendición con el Santísimo Sacramento.,,
Este rico programa del Triduo de inauguración quedó perfectamente cumplido en todas sus partes, y creo que basta saber esto para que los lectores de los ANALES queden convencidos de la grandiosidad de nuestras funciones, Casi no me atrevo a relatar pormenores, porque el oficio del cronista no es tan sólo referir hechos, sino que por necesidad tiene que emitir su juicio sobre lo que narra; y aquí de mi zozobra y confusión. He tomado parte activa, lo mismo que mis demás compañeros de Comunidad, en los grandes sucesos y trabajos de estas fiestas, y tengo para mí que al referirlas, por modesto que quiera ser, el entusiasmo ó algún otro móvil pueda dirigir mi pluma y convertirme, por ende, de cronista en adulador y panegirista. No atreviéndome a vencer tamaña dificultad, mejor diré, no queriendo caer en la susodicha tentación, voy a trasladar a este papel la relación que La Atalaya, diario católico de Santander, publicó en sus columnas sobre la inauguración del Colegio é Iglesia de San Vicente de Paúl en Limpias. He aquí dicha relación:
«Con gran solemnidad comenzó ayer— día 25 de Enero,- como habíamos anunciado, el solemne Triduo con que los RR. PP. Paúles han acordado celebrar el acto inaugural de su hermoso Colegio é Iglesia, recién construido en la preciosa villa de Limpias.
„Anuncióse la víspera el comienzo de las fiestas con volteo de campanas y disparo de voladores.
„A las ocho de la mañana de ayer el M. R. P. Arnáiz, Visitador de la Congregación de la Misión de la Provincia de España, bendijo en primer término la Casa, y luego la Capilla; acto que se realizó con toda solemnidad, asistiendo él, además de los Padres Paúles y otras muchas personas, todos los alumnos del Colegio, cuyo número asciende 62. Durante la bendición cantáronse, con acompañamiento de órgano, los Salmos y otras preces propias de tal acto, canto llano.
„Acto continuo salieron los Padres Paúles y sus alumnos a esperar al Excmo. é Ilmo. Sr. Obispo, a quien fueron también a recibir a la estación varios Sres. Sacerdotes, las Hermanas de la Cruz y sus educandas, y otras distinguidas personas. No fue a recibirle toda la gente de la Villa, como era su deseo, porque no se sabía con certeza si el Prelado llegaría en el tren primero, ó sea el de las nueve y media, que fue en el que llegó procedente de Castro-Urdiales, ó en el de las dos y media de la tarde.
„Así y todo, el recibimiento hecho a Su Ilustrísima fue muy lucido y cariñoso, pues la voz de la llegada del Señor Obispo se difundió muy pronto por los siete barrios de la Villa; y sus habitantes, junto con la muchísima gente forastera que estaba esperando, formaron un inmenso grupo, a cuya cabeza estaba el Ayuntamiento de Limpias. Cuando el Sr. Obispo llegaba a la rampa por la que se sube al Colegio, aquello estaba casi intransitable, por el gentío que llenaba ya la espaciosa Capilla, el amplio pórtico y los alrededores.
„No mucho antes habían llegado a Limpias los Rdos. Padres Arnáiz, de quien antes hemos hablado, y Mendía, de la Compañía de Jesús; el M. I. Sr. D. Francisco Paja, Chantre de la Catedral de Sigüenza; el Presbítero D. Eleuterio Díez Herce, Beneficiado de la Catedral de Santander, y otras varias personas invitadas a la fiesta.
„Todos fueron recibidos con grandes muestras de consideración y afecto por los Padres Paúles, que se multiplicaban por atender y agasajar a todos sus huéspedes.
„Á las diez y media empezó la Misa solemne, con asistencia del Excmo. Sr. Obispo, celebrándola el Muy Rdo. Padre Arnáiz, asistido por los Sres. D. Aquilino Domínguez y D. Manuel Martínez Caro López, que oficiaron de I ha cono y Subdiácono, respectivamente.
„El sermón estuvo a cargo del Rdo. P. Mendia, de la Compañía de Jesús, Superior de esta residencia de Santander, quien empezó su elocuentísimo discurso dirigiéndose a nuestro Excmo. Prelado, é interpretando sus sentimientos, dió gracias a Dios por la apertura de una nueva iglesia en la Diócesis, de un nuevo Colegio de segunda enseñanza en el que los jóvenes de esta villa y de la provincia podrán educarse católicamente, exentos de errores, y por la instalación de la Comunidad de los Padres de la Misión. El Rdo. P. Mendía fue aplicando en el exordio las palabras del Profeta Ageo, que le sirvieran de texto: «Esto dice el Señor, grande será la gloria de esta casa», a la apertura de un nuevo templo y de un Colegio católico, aplicándolas definitivamente a la instalación de la Congregación de la Misión. Proposición oportunísima, por ser ayer el aniversario de la primera Misión de San Vicente de Paúl, y como fundamento de la mencionada Congregación. Empezó su confirmación con el hecho que dió origen a las Misiones y fundamento de la Congregación, confirmando plenamente lo propuesto con las obras que abarca aquélla y con las virtudes que adornan a los hijos del gran Patriarca San Vicente de Paúl. Dio las gracias a los iniciadores del proyecto de construcción del Colegio, a los donantes, tan modestos como espléndidos, que han contribuido a darle cima, é imploró las bendiciones de Dios sobre todos, quedando gratísimamente impresionado el numeroso auditorio que llenaba completamente el nuevo templo.
„La ejecución é interpretación del solemne Tu es Petrus, del maestro D. Hilarión Eslava, y de la brillante Misa del maestro García, llamada de la Vela, fue acabadísima. Formaban nutridísimo coro, tanto este día como los dos siguientes, el Director de canto del Colegio, Rdo. P. Jaro, y los Profesores Sres. Rodríguez y Castañares, más cinco tiples, alumnos del Colegio; este coro del Colegio estaba reforzado por el tenor de esta Santa Iglesia Catedral D. José gaña, el sochantre D. Ismael Gómez, D. Eduardo Pereda, ). Faustino Rascón, D. Daniel Otero, D. Eugenio Aguirre y otros buenos cantores. Era tal el gusto, precisión y brillantez, entusiasmo y maestría con que cada cual interpretaba su papel, y tan sorprendente la belleza harmónica, que estábamos, tanto la apiñada multitud que llenaba la Iglesia como los del Presbiterio y pasillo, extasiados, y no pocas veces se oía decir que aquello parecía la Gloria.
„Justo es hacer mención del pianista del Colegio, D. Dionisio Díaz, y de D. Aniceto Begoña, Organista de Laredo, quienes contribuyeron no poco a la brillantez de la función, merced al buen gusto y precisión con que el primero al piano y el segundo al harmonium acompañaron a los cantantes. Ní tampoco olvidará nadie de los que asistimos, al niño Carlitos Basoa, alumno del Colegio, cuya hermosa voz de tiple y exquisito gusto mereciera generales alabanzas.
„La función de la mañana, en una palabra, resultó solemnísima. La de la tarde dio principio a las cuatro, con la exposición de S. D. M.; y rezada la estación y el santo Rosario predicó un sermón elocuentísimo el Rdo. P. Secundino Rodríguez, de la Congregación de la Misión. Con motivo de la gloria que se da a Dios con abrir al culto una nueva Iglesia, habló de la gloria de la Santa Iglesia Católica, y presentándola en la figura de la mujer vestida del Sol, con la Luna bajo sus pies y coronada de doce Estrellas, manifestó su gloria, haciéndola resaltar sobre las sectas, como única en su doctrina, en su propagación, en su magisterio, y deduciendo consecuencias sumamente prácticas, en particular en lo que se refiere a los errores modernos. Dirigió una hermosa plegaria a San Vicente de Paúl, pidiéndole para todos los oyentes la gracia de la obediencia y sumisión a las enseñanzas de la Iglesia, y la perseverancia en la fe y en la divina gracia.
„Al final dió la bendición con el Santísimo el Muy Reverendo P. Arnáiz.
„El Coro del Colegio cantó motetes alusivos al acto, y concluyó con un precioso himno a San Vicente de Paúl, del maestro Corral.
„Á estos piadosos cultos asistió numerosísima concurrencia. Satisfechos pueden estar los Padres Paúles de la brillantez extraordinaria con que han comenzado el solemne Triduo, realzado por la presencia de nuestro Rvmo. Prelado.
„El Ayuntamiento, por su parte, asociándose, como es justo, a un acontecimiento tan fausto para el pueblo a quien representa, ha tenido el buen acuerdo de erigir ante el nuevo Colegio un artístico arco de tela y ramaje exornado con faroles a la veneciana y banderolas.
„También la fachada del Colegio ha sido engalanada con banderas, y anoche fue iluminada con 200 faroles a la veneciana.
„De todas veras nos asociamos a la satisfacción de nuestro Excmo. Prelado, de los Padres de la Congregación y de todo el pueblo de Limpias por el fausto y trascendental suceso, que allí se celebra estos días.»
Hasta aquí La Atalaya, uno de cuyos redactores estuvo en la función y narra como testigo. La concurrencia, tanto por la mañana como por la tarde, fue extraordinaria, a pesar de ser día de trabajo, todo Limpias estuvo en movimiento y guardó fiesta como en los días más solemnes del año. A todos animaba el alegre y vibrante sonido de la nueva campana, donación de algunos buenos señores de la Villa, y el continuo disparo de cohetes y estruendosas bombas, pues el P. Rodríguez, con la gracia que para ello Dios le ha dado, abrió una suscripción, y pudo comprar hasta 60 docenas de cohetes y bombas de todas clases, que trajo de Orense, y con esto dicho está que eran de clase superior. También contribuyó a la animación y adorno de la fiesta la ascensión de varios globos de diversos tamaños y figuras que un hermano del P. Rodríguez hizo y trajo de Galicia.
Poca diferencia hubo entre el segundo día del Triduo y el tercero, tanto en lo relativo a la suntuosidad y grandeza del culto y funciones sagradas, como en los accidentes exteriores y asistencia de los fieles. Esto último, a pesar de la recia borrasca, que se desencadenó en la noche del 25 al 26, que puso intransitables los caminos, y en especial la subida al Colegio. Era de más mérito la asistencia, y muy edificante, por cierto, ver a las clases más acomodadas de esta noble, aristocrática y religiosa Villa despreciar la intemperie y lanzarse a aquel lodazal (que no otra cosa parecían los caminos), por el afán de honrar a San Vicente, en cuyo honor se celebraban aquellos solemnes cultos. Veamos lo que con mucha brevedad dice La Atalaya sobre la función del segundo día del Triduo:
«Continuó ayer con igual solemnidad que el día precedente el Triduo, con que hoy se pondrá digno coronamiento a la fiesta inaugural del Colegio de San Vicente de Paúl, de Limpias. A las diez próximamente de la mañana comenzó la solemne Misa, que celebró el Sr. Chantre de la Catedral de Sigüienza.
„El Coro, más nutrido aún que el día anterior, interpretó de manera irreprochable la solemne é inspirada Misa de Gloria, a tres voces, del maestro Bordesse.
„El sermón, pronunciado por el dignísimo Rector del Seminario de Corban, D. Mariano Gómez, fue muy notable por su lógica; en breves pero elocuentes frases demostró por cuántos títulos debía felicitarse esta provincia al ver alzarse en su seno un nuevo Colegio y un nuevo templo consagrados al cultivo de las virtudes cristianas y de la verdadera ciencia. Probó también con irrefutable argumentación la grandeza de la Iglesia Católica, por la existencia de un tabernáculo, un confesonario y un púlpito. Dirigió a los alumnos una patética exhortación para que uniesen la ciencia con la virtud, sin la cual aquélla es vana. El discurso, en suma, fue elocuentísimo.
„Por la tarde, después del rosario, se cantaron con gran solemnidad las Vísperas del maestro Asioli, a tres voces. Pronunció después una inspirada plática el Rdo. P. Ángel Martínez, que empezó por reconocerse el más obligado a dar gracias a Dios por la realización de la hermosa y grandiosa obra cuya inauguración se, celebra con estos solemnes cultos.
„Probó después que el alma cristiana es templo del Espíritu Santo, argumentando con testimonios de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres, de la tradición y de la Liturgia, y deduciendo lógicamente de ello el deber del respeto mutuo, ó sea de la caridad, y la necesidad del culto externo. Terminó con una sentidísima acción de gracias que conmovió profundamente a todo el auditorio.
„Hízose luego la reserva con toda solemnidad, terminando con esto los piadosos cultos, a los cuales ha asistido, como el día anterior, numerosa concurrencia.»
En la mañana del segundo día del Triduo tuvimos el placer de dar un apretado abrazo a dos queridos compañeros del Colegio de Murguía, los Sres. Moreda Ángel y Romero. ¡Cuánta era el ansia con que les esperábamos! ¡Y cuán grande fue el gozo que experimentamos al verlos; pues, efecto de varios contratiempos había sido muy difícil su venida y casi no contábamos con ellos! Pudo, por fin, el señor Moreda disfrutar de su obra con todo el entusiasmo que a nosotros animaba, pues él por espacio de cinco años había trabajado para cimentar esta Fundación y consideraba como cosa propia cuanto a este Colegio atañía.
Cuanto al Sr. Romero, nos ayudó sobremanera y contribuyó con su canto al mayor esplendor de las funciones religiosas.
He llegado ya en mi relato a la fiesta principal, al tercero y último día del Triduo. Para pintar con vivos colores y describir los sucesos de este día con la animación y vida que tuvieron, fuera necesario haber escrito estos acontecimientos, como Ercilla su Araucana, a raíz de los sucesos y con la excitación é impresiones del momento que dejan en el ánimo. Escrita esta relación unos meses después de las fiestas de inauguración, carecerá, por necesidad, de tales condiciones, pues yo por mi parte me confieso incapaz de hacer con lucimiento y como se merece tal descripción. Confío en la benevolencia de los lectores de los ANALES, y así me atrevo a referir, aunque sea con estilo lacio y sencillo, las funciones del tercer día del Triduo.
A las diez de la mañana del 27 de Enero de 1901, fecha memorable para esta Casa y para esta Villa, se dio principio a la más solemne función religiosa que jamás se había visto en estos contornos. Nuestro amado y venerable Prelado, Excmo. é Ilmo. Sr. D. Vicente Santiago Sánchez de Castro, que había asistido con la piedad y fervor que le distinguen a todas las funciones del Triduo, se dignó celebrar en este solemne día Misa Pontifical. El Altar, adornado con profusión de luces y flores, presentaba hermosísimo aspecto, y cuando por las ventanas lograba entrar algún rayo del sol (era día nebuloso) parecía una ascua de oro. En el amplio Presbiterio se veía gran número de Sacerdotes, asistentes unos a la Misa Pontifical y por ende revestidos de capas, y otros de pura representación. Distinguíanse entre todos por su venerada ancianidad, alta representación y modestia clerical, el Sr. Arcipreste de Bilbao, D. Pedro Castañares, tan estimado de Padres y Hermanas, que todos le consideramos como un hermano querido. Entre los asistentes, dignos son de mención el M. I. Sr. Chantre de Sigüenza, Don Francisco Paja, que ejercía de Presbítero asistente; Don Eleuterio Díez Herce, Beneficiado de la Catedral de Santander, y D. Abelardo Solano, Arcipreste de Ampuero, ejercían de Diáconos de honor y Ministrantes. Ofició de primer Maestro de Ceremonias el que lo es de la Catedral de Santander D. Eduardo Aja y Pellón, y de segundo el Padre Vicente, de la Congregación de la Misión.
La Iglesia estaba de bote en bote; resultaba incapaz para contener con desahogo a la multitud de fieles que acudieron, quienes estaban casi apiñados, pues, a causa del tiempo desapacible, no se pudo abrir el pórtico, dónde caben unas trescientas personas. Concurrieron gentes de Bilbao, Santander, Castro-Urdiales, Laredo, Santoña, Ampuero, Colindres, Udalla, Guriezo, Gibaja, Angustina y de otros muchos pueblos de menos importancia.
El Coro interpretó con perfección y maestría la grandiosa y preciosísima Misa, del maestro García, llamada de los Bojos. Para su ejecución formaban el coro cinco bajos, entre ellos el de la Catedral de Santander, cuya formidable y sonora voz casi apagaba a las otras cuatro, cinco tiples, cuatro tenores y dos contraltos, y además pequeña orquesta y un harmonium superior. La afiligranada ejecución y buen gusto con que se cantaron, entre otras cosas, el Qui-tollis, Incarnatus y Crucifivus, llenó a los asistentes de la unción y piedad religiosa de que están saturados dichos trozos de tan incomparable Misa. El P. Romero cantó el Incarnatus con tal sentimiento y delicadeza que nos parecía un ángel del Cielo.
Ocupó la cátedra sagrada el Sr. Lectoral de Santander, D. Alejo Díez Herce, quien con entusiasmo y fervor felicitó a los habitantes de Limpias por ver levantado, en medio de aquella Villa, un centro cristiano de enseñanza, y felicitó a los Padres del Colegio porque, al fin de tantos trabajos y angustias, habían terminado felizmente este centro de enseñanza.
Habló luego de la obligación que las esposas tienen de obedecer a sus maridos, y ensalzó la dignidad del hombre sobre la mujer, por ser más inmediatamente creado por Dios.
Expuso en breves conceptos la necesidad que hay de aumentar los centros católicos de enseñanza, para contrarrestar los bríos con que la impiedad se va introduciendo en las inteligencias y corazones de los niños, y concluyó elogiando al Sr. Obispo por haber honrado al Colegio de Limpias asistiendo personalmente a todas las funciones del Triduo y celebrando de Pontifical. El discurso del Sr. Lectoral fue, en suma, elocuentísimo y profundo, revelándose en él los muchos conocimientos é ilustración del orador sagrado. La parte religiosa de la mañana se terminó a las doce y media.
A la una comenzó el banquete con que obsequiamos a nuestros invitados. Constaba de ochenta cubiertos, y pudimos salir airosos de los muchos apuros, compromisos y dificultades que en tales ocasiones suele haber, ya en el servicio, ya en el orden, que es difícil se guarde en tales actos, por la ayuda valiosa que nos prestaron cuatro pinches de la fonda Europa, una de las principales de Santander, quienes con calma, orden, limpieza y exactitud sirvieron el convite y dejaron a todos sumamente complacidos. Según oí a muchos caballeros, y después publicaron los periódicos, fue el banquete espléndido bajo todos los aspectos. Estuvo presidido por el Sr. Obispo. Aunque éste se retiró de la mesa al comenzar los postres, los demás comensales continuaron en el amplio refectorio del Colegio hasta la función de la tarde.
Dio ésta principio a las cuatro de la misma con el Santo Rosario, subiendo luego a la cátedra sagrada el Excelentísimo Sr. Obispo, quien con sencillez y elocuencia encantadoras desarrolló el pensamiento del Apóstol de las gentes non habernos hic manentem civitatem sed futuram inquirimus, exhortando a todos a despreciar las cosas de esta vida, como morada pasajera de desterrados, y a buscar en todas las cosas la morada eterna, que es la gloria.
Presentó luego a la Sagrada Familia como perfecto modelo a quien debemos imitar: a San José, como dechado de los padres de familia, a María, de las madres, y a Jesús, niño, de los hijos. Terminó exhortando a todos a aprovecharse del cúmulo de beneficios divinos que con la apertura del Templo y Colegio iba a derramar el Señor sobre Limpias y pueblos comarcanos. Fue, en suma, la oración del Sr. Obispo elocuentísima como todas las suyas, llena de unción evangélica é imposible de extractar en tan compendiosa reseña.
Acto continuo se cantó con primor el gran Te Deum de D. Víctor R. Díaz, según estaba anunciado, y se terminó con la bendición por el Sr. Obispo con el Santísimo.
Con esto se dio digno remate a las fiestas religiosas de la inauguración. Mas aún no se había concluido todo. Por iniciativa de nuestro apreciado Superior, Sr. Martínez, habíamos preparado una velada lírico-literaria para obsequiar y hacer pasar un rato de solaz a las familias de los alumnos, a los bienhechores del Colegio y, en fin, a cuantas personas importantes nos habían honrado con su asistencia. De la Iglesia fueron pasando los invitados con prospecto al salón de actos. Creo que caben en él con holgura unas quinientas personas; pero como gustan mucho a las gentes nuestros actos y representaciones, venían con los invitados parientes y amigos y resultaba estrecho el local; se acomodaron como pudieron, por pasillos, ventanas y patios, unas ochocientas personas.
La velada lírico-literaria comenzó a las cinco y media de la tarde.
Cantóse en primer término, según estaba anunciado, el brillante himno a San Vicente de Paúl Con entusiasmo y ardor ferviente, del maestro Corral, por el Coro del Colegio.
El segundo número del programa fue un discurso histórico sobre la Reconquista española. El alumno del Colegio D. Tomás Úrculo Díez pronunció este discurso con voz clara y entonación acomodada a los diversos pasajes que hubo de narrar de la perdición de España en Guadalete, conquista por Muza y Tarik, y con entusiasmo creciente narró la tan memorable y gloriosa victoria de Covadonga.
El tercer número lo constituyó la poesía Cantabria, recitada con gusto y delicadeza por su autor, nuestro poeta el Sr. Atienza. Los montañeses, tan amantes de sus glorias y terruño como sus aborígenes los cántabros, aplaudieron con delirio la hermosa producción del Sr. Atienza.
El cuarto número consistió en una audición del gramófono, propiedad de los Sres. Gándara, quienes tuvieron la amabilidad de ofrecerlo para dar mayor amenidad al acto. Agradó mucho al público por la claridad de los sonidos y potencia de emisión de la voz impresionada en los discos.
Después, el alumno D. Ramón Calzada Rascón recitó con excelente entonación la poesía lírica titulada El siglo decimonono, hablase publicado en La Atalaya, gustando por su oportunidad.
El número siguiente fue la Memoria sobre la fundación y progresos del Colegio de San Vicente de Paúl, que compuso y pronunció el Sr. Sierra. Gustó por la precisión y exactitud de sus numerosos datos, desconocidos de muchos y que sorprendieron a los más, al ver el trabajo que suponía por nuestra parte, la cantidad invertida en dicha construcción, pues ignoraban que nos ha tocado poner más de las dos terceras partes de las cantidades invertidas. Hubo frases de gratitud y alabanza para los Excmos. Sres. Don Manuel de Eguilior, D. Gaspar de Zunzunegui y General Lombera; para D. Domingo Medrano, Sr. Alvarado y algunos otros señores que fueron los que más contribuyeron para costear el edificio; para el Arquitecto, Sr. de la Torriente, y contratista, D. Pedro Carrera.
La poesía Gratitud, que recitó otro Sr. Profesor, fue muy aplaudida y encantó por la delicadeza de los sentimientos en que estaba inspirada y bellas imágenes Ti, contenía.
El Superior del Colegio, Sr. Martínez, leyó un discurse, muy bien pensado y escrito, sobre la importancia de la educación moral y religiosa, al par que literaria, en nuestros días.
Terminado el discurso, se cantó una pieza dramática en un acto, del maestro Chapí, Música clásica. El niño Baria llamó muchísimo la atención por su fresca y hermosa voz de tiple, por su arte en el canto, por su gracia en la acción y por lo bien que en todo desempeñó su papel.
También fueron muy aplaudidos los alumnos D. Tomás Úrculo Díez, que hizo un cesante «de cuerpo entero», y D. Ramón Calzada Rascón, quien trabajó con primor en su papel de D. Tadeo, bajo de Capilla. El número tercero, dúo de tiple y bajo, fue frenéticamente aplaudido y tuvieron que repetirlo.
Esta divertida función agradó lo indecible y fue satisfactorio y ameno remate de fiestas tan solemnes. Terminó la velada a las nueve y media de la noche. Cuando el público salía, se le hizo una estruendosa y brillante despedida. Una verdadera lluvia de bombas y voladores de mil clases y colores iluminaron por casi un cuarto de hora, en medio de una obscura noche, a cuantos tenían que salir del Colegio para sus casas.
«Así—dice un periódico de provincia—dio fin el Triduo de inauguración del Colegio de Limpias. Que Dios premie los trabajos de cuantos han contribuido a su construcción, y que la Montaña agradezca y sepa corresponder al beneficio que le proporcionan los Rdos. Padres Paúles con haber dotado a uno de sus más pintorescos pueblos de tan suntuoso Colegio.»
«Las fiestas, en suma —dice otro diario, —con que han celebrado la inauguración de la Iglesia y Colegio los Reverendos Padres Paúles, han sido dignas del establecimiento de este centro, que tantos beneficios ha de reportar al vecindario de Limpias y tan excelentes frutos ha de dar en cuanto se refiere a la educación de la juventud.»
«Enviamos — dice otro periódico— a los Padres Paúles nuestra cordial felicitación por la brillantez de la fiesta, y al propio tiempo les significamos nuestra satisfacción por la loable idea de dotar a la parte oriental de la Montaña de un centro de enseñanza y de un hermoso edificio que ha venido a engrandecer la Villa de Limpias, y donde las familias pueden encontrar un cómodo, higiénico, pintoresco y económico albergue para dar educación a sus hijos bajo la moral y cristiana tutela y compendiosa instrucción de los dignos hijos de San Vicente de Paúl.»
Dios sea por siempre loado, y San Vicente, nuestro Santo Fundador y Patrón de este Colegio, cada vez más conocido y venerado en la tierra.
Esperamos que, a pesar de los obstáculos sin cuento que ahora se oponen al progreso de los Colegios de Religiosos, San Vicente no permitirá que este Colegio, construido y puesto bajo su protección poderosa, se derrumbe y venga a fracasar ya en su nacimiento.
Recuerdo que en diversas ocasiones, cuando más arreciaba la furia de la tempestad antirreligiosa; cuando primero el Sr. García Alix y después el Sr. Conde de Romanones, por decretos que si no se han fraguado en las Logias merecen serlo, echaban a tierra todos nuestros derechos de enseñanza privada con facultad de examinar con voz y voto, y otras lindezas por el estilo; cuando veíamos el estado deplorable a que quedábamos reducidos y lo que todavía quedaba en perspectiva, decíamos algunas veces al Superior que habíamos hecho buena partida, pues al terminar la preciosa jaula nos iban a dejar sin pájaros; que tendríamos que convertir el Colegio en Casa-Misión si esto seguía así algunos años, y qué sé yo cuántas cosas más; el, con la fe singular que siempre le ha animado, nos decía que eso era imposible, que Dios y San Vicente no pueden permitir tal cosa; pues habiendo sido de su agrado el que se hayan vencido hasta ahora obstáculos al parecer insuperables, no nos ha de dejar ahora en el charco y a la ventura. Malo, muy malo está el horizonte, apenas si se ve un rayo de luz y de esperanza. Dios sobre todo; en Él confiamos; ya hemos experimentado este año su protección, pues este es el Colegio que mejor ha librado, y salido en la provincia. Acudimos é imploramos el auxilio de la oración de todos los Misioneros y Hermanas de la Caridad. Se nos hace guerra a muerte por medio de inicuas leyes, y si Dios no lo remedia, los centros religiosos de enseñanza pronto vendrán todos a perecer. Todos estamos interesados y perjudicados, pues el daño que se hace a una parte, por pequeña que sea, de este santo cuerpo, a todos se hace. Acudamos, por consiguiente, todos a poner remedio, y hagamos fuerza a Dios, como otro Moisés, para que confunda los planes de los impíos, que, al alejar a los jóvenes de los centros religiosos, no pretenden otra cosa que la perversión de la juventud y crear una generación atea.