Introducción
Canto:
Oh María, sin pecado concebida,
ruega por nosotros que recurrimos a ti.
Saludo:
Hermanos: Llenaos del Espíritu, recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor, dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo (Ef 5, 19- 2 0).
Monición introductoria:
Demos gracias a la Virgen Milagrosa por encontrarnos reunidos para expresarle nuestra devoción, y llenemos nuestro espíritu de filial alegría. Dispongamos el corazón para acoger la Palabra de su Hijo y la voluntad para darle generosa respuesta. La celebración de hoy tiene carácter de introducción. Dios nuestro Señor es un Padre providente que vela por nosotros y nos ofrece medios de salvación que nos ayudan en nuestro camino cristiano. La Medalla Milagrosa es indudablemente uno de ellos.
Lectura ambiental:
Monición: Santa Catalina Labouré nos refiere sencillamente las gracias extraordinarias que el Señor le concedió y que la prepararon para ser digno instrumento de las manifestaciones de la Virgen Milagrosa al mundo.
Lectura de los escritos de Santa Catalina Labouré:
Llegué al Seminario el 21 de abril de 1830, que era el miércoles antes de la traslación de las reliquias de San Vicente de Paúl, feliz y contenta por haber llegado a este gran día de fiesta, me parecía que no tocaba la tierra.
Pedía a San Vicente todas las gracias que me eran necesarias, y también para las dos familias y para Francia entera. Me parecía que ellas tenían la mayor necesidad. En fin, pedía a San Vicente que me enseñara lo que era necesario que yo pidiera con una fe viva. Y todas las veces que volvía de San Lázaro (donde había visitado la. urna de San Vicente), tenía tanta tristeza, que me parecía encontrar en la comunidad a San Vicente, o al menos su corazón, que se me aparecía todas las veces que yo regresaba de San Lázaro. Sentía el dulce consuelo de verlo bajo la caja donde estaban expuestas algunas pequeñas reliquias de San Vicente. Se me apareció tres veces distintas, tres días seguidos…
Y después fui favorecida con otra gran gracia, la de ver a nuestro Señor en el Santísimo Sacramento, que lo vi todo el tiempo de mi Seminario, exceptuadas las veces en que dudaba (es decir, en que me resistía); entonces, la vez siguiente ya no veía nada, porque quería profundizar y dudaba de este misterio y creía equivocarme.
El día de la Santísima Trinidad, nuestro Señor se me apareció como un Rey con la Cruz sobre su pecho en el Santísimo Sacramento, fue durante la santa Misa en el momento del Evangelio, y me pareció que la Cruz se deslizaba a los pies de nuestro Señor, y me pareció que nuestro Señor era despojado de todos sus ornamentos, todos caídos por tierra. Ahí fue cuando tuve los pensamientos más sombríos y más tristes…
Oración: Señor Jesús, que elegiste el seno virginal de María como digna morada; haz que, protegidos por su ayuda materna, nos entreguemos alegres a la celebración de su fiesta. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Liturgia de la Palabra
Primera lectura:
Monición: La lectura que sigue se refiere a la Sabiduría esencial de Dios y al Verbo encarnado. Pero la Iglesia la aplica a la Virgen María, en quien el Padre pensó desde toda la eternidad, predestinándola para Madre del Verbo e instrumento de nuestra salvación.
Lectura del Libro de los Proverbios, 8, 22-35
Salmo responsorial,
salmo 22 (cantado o proclamado):
EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA.
— El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
— Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
— Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume y mi copa rebosa.
— Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
Aclamación antes del Evangelio:
ALELUYA, ALELUYA. El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. ALELUYA, ALELUYA.
Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según San Lucas, 1, 26-38
Homilía (orientaciones):
- Providencia de Dios en la historia.
- Instrumentos de salvación: Jesucristo sobre todo, María (también sus manifestaciones), Santa Catalina Labouré…
- María en la historia de la salvación (cf. LG).
- Presentación de Santa Catalina Labouré.
- Circunstancias históricas, sociales, religiosas… del tiempo de las apariciones:
- el mundo está en plena época revolucionaria
- los católicos están atemorizados
- la doble familia de la vidente (Hijas de la Caridad y Congregación de la Misión) pasan por un momento extremadamente difícil…
- Finalidad de las apariciones de la Medalla (mensaje de oración, catecismo mariano, antídoto contra el racionalismo ambiente y el materialismo que estaba a punto de invadir al mundo, resaltar la Inmaculada Concepción de María…).
- El «fiat» de Jesús, de María, de Santa Catalina… de nosotros.
Oración
Oración personal:
Monición: Oremos en silencio. Supliquemos a la Santísima Virgen que interceda por nosotros. Pidámosle las gracias de aprovechar estas celebraciones en su honor. Encomendémosle nuestras intenciones más queridas, la gracia que más necesitamos…
Oración en silencio…
Oración universal:
Monición: En presencia del Señor, vamos a proclamar las grandezas de la Virgen Milagrosa y a pedirle que interceda por nosotros. Después de cada invocación responderemos «Ruega por nosotros».
Preces:
- Virgen de inmaculada pureza
- Virgen de belleza sin par
- Virgen llena de gracia
- Virgen que intercede por el mundo
- Virgen entronizada sobre el globo terrestre
- Virgen vencedora de la serpiente
- Virgen Madre unida a Cristo
- Virgen del corazón traspasado
- Virgen de las doce estrellas
- Virgen Madre de la Iglesia
- Virgen de la especial protección
- Virgen de la Santa Medalla
- Virgen Milagrosa
Oremos: Señor nuestro Jesucristo, que te dignaste regalar a Santa Catalina Labouré con la admirable manifestación de tu Inmaculada Madre: concédenos que, venerando piadosamente a tu Santísima Madre a ejemplo de Santa Catalina, consigamos los gozos de la boda eterna. Que vives y reinas con Dios Padre, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos Amén.
Oh María, sin pecado concebida… Padre nuestro…
Conclusión
Monición final:
(El objeto de esta monición es relacionar la celebración con la vida. El que preside, atendiendo a las circunstancias y lenguaje de la comunidad, la animará brevísimamente a hacer verdad lo que la Palabra le ha enseñado y ella ha pedido en la oración).
Bendición:
- El Señor que, en su providencia amorosa, quiso salvar al género humano por el fruto bendito del seno de la Virgen María, os colme de sus bendiciones. Amén.
- Que os acompañe siempre la protección de la Virgen, por quien habéis recibido al autor de la vida. Amén.
- Y a todos vosotros, reunidos para celebrar con devoción estas fiestas de María, el Señor os conceda la alegría del Espíritu y los bienes de su reino Amén.
Canto final.