[i]E. 83 (A. 65) El [ii]espíritu simulador 1. pp.788-789
2. Pensamientos preparados para la Conferencia del mismo día (SVP, X, 75; Conf. esp., n. 1278 y s).(2 de febrero de 1655) 2
227. La interpretación del espíritu simulador nos ofrece un motivo para ponernos en guardia contra él, pues nos da a entender que se trata de un demonio oculto o encerrado en el alma que puede causarnos mucho mayos daño que la posesión de los espíritus malignos en el cuerpo, ya que primero se refiere a la vida eterna y lo otro a la vida (temporal) solamente.
Otra razón es que si obramos por este espíritu simulador, es en el modo apagar la luz que Nuestro Señor ha venido a encender en las almas.
Otra razón es que las personas que obran con este espíritu encubierto son muy molestas y desagradables para las que viven con ellas, y corren un peligro de que el espíritu de orgullo tome gran ascendiente en su imaginación de forma que, por haberse querido encubrir a los demás, por motivo suyo, desconocido, lleguen a encubrirse de tal manera a sus propios ojos que ya no puedan darse a conocer, y esto les impida recibir las advertencias que necesitan.
2º
228. Aunque hay temperamentos físicos o corporales que pueden estar inclinados naturalmente a no abrirse ni explicarse a los demás, no obstante creo que son más bien las pasiones las que atraen esa tentación, sobre todo orgullo que nos incita a no decir tal o cual cosa por miedo a que se saquen consecuencias o porque se crea que por haber caído alguna vez en una falta se sospechará siempre de una; esto hace un gran daño al alma y le da motivos para dejarse ir a muchos defectos. Las personas que tienen este defecto de no manifestarse con libertad a sus superiores, cuando tienen una aflicción de espíritu o alguna necesidad, o cuando tienen la comunicación con ellos, están en peligro de mentir o de disimular, lo que podría acabar en costumbre que se arraigara de tal forma que llegara a sorprenderlas aún en la confesión.
Como este espíritu encubierto procede del espíritu maligno, puede encerrar a las personas que lo tienen en tal aprieto que lleguen a sentir desprecio por las advertencias de sus Superiores y no hagan cuenta ya siquiera de comunicarles sus penas, por creerles interesados o influenciados por otros. Esto hará que vayan a buscar ayuda o consuelo donde no deben y donde los que reciben son nefastos y han llevado a más de una a la perdición.
Las que poco a poco vayan cayendo en esta práctica del espíritu simulador, al no poder guardar para ellas solas sus penas ni las cosas que saben de otros, se ven a menudo en el peligro de abrirse equivocadamente a cualquier persona, lo que les trae un grave perjuicio para su adelanto espiritual, les hace ofender a Dios y hacer que las que les escuchan cometan la misma falta.
3º
229. Como este espíritu es muy peligroso y a veces pasa desapercibido, tenemos que pedir con frecuencia a Nuestro Señor luz para descubrirlo si es que está en nosotros.
Todas tenemos que temer y desconfiar si no lo tendremos en parte, y deshacernos de él, es necesario que tan pronto como sintamos
cualquier dificultad y repugnancia para decirla, acudamos al Espíritu Santo (pedirle fortaleza, y venciéndonos a nosotras mismas, manifestarla por amor de Dios.
Si alguna se siente inclinada a buscar consuelo en otra persona para desahogarse, debe desconfiar, como también si sintiera repugnancia en que sus Superiores supiesen lo que ella quiere decir o hasta pensar, debe temer, y,..
[i]E. 83. Rc 5 A 65 Original autógrafo.
[ii]1. Hemos adoptado la expresión «espíritu simulador» como en Conf. es. A lo largo del texto se ha empleado también «encerrado» o «encubierto» de otras versiones. Todas ellas traducen el original: «esprit caché».







