93. La suavidad experimentada en medio del gran dolor, sin advertir que fuera por amor de Dios (me dio) el deseo de aprovecharme bien de esta enfermedad, pero reconociendo mi impotencia, me acordé del sufrimiento de alguna otra persona, y así, uniendo mi intención a la suya, ofrecí ambos sufrimientos a Dios, con el pensamiento de hallarme en la Cruz con Nuestro Señor.
El día de San Bernardo, después de la Comunión, sintiendo dolor de conocer y amar tan poco a Dios, lo que era causa de que mi espíritu se llenara tanto de todo lo que no es Dios, experimenté fuertemente en el espíritu el deseo de ocuparlo sólo en El, siendo éste el único medio para vaciarlo de otros objetos, y permanecí en ese deseo con la intención de instruirme sobre los medios.







