38. De tiempo en tiempo, especialmente en las grandes solemnidades, la vista de mi abyección con el recuerdo de mis faltas e infidelidades a Dios me hace temer el acercarme a la Sagrada Comunión; unas veces por un sentimiento de desagrado de que un Dios tan bueno venga a lugar tan miserable; otras, por temer que mi gran temeridad me atraiga de la justicia de Dios algún castigo ejemplar en la recepción del Santísimo Sacramento. Hallándome el día de Todos los Santos sumida en la verdadera consideración de mi vileza, me pareció que a mi alma se le daba a entender que su Dios quería venir a mí no como a un lugar de recreo o alquilado, sino como a su propia heredad o lugar que le pertenece enteramente; y que por lo tanto, no podía yo negarle la entrada, sino que siendo tierra viva, debía recibirle con gozo como a su soberano dueño, por simple aquiescencia y con el deseo de que mi corazón fuese el trono de su majestad. Con los discípulos, deseo escuchar los preceptos del 1. En la festividad de Todos los Santos. se lee, como es sabido. el Evangelio de las Bienaventuranzas.santo Evangelio del día 1.
Luisa de Marillac, Pensamiento 013: Temor y consuelo experimentados con relación a la Sagrada Comunión:







