Hija de la Caridad, sierva de los Pobres enfermos
Bernay
Hoy, último día de agosto (1655)1
Mi querida Hermana:2
Contesto a Sor Bárbara acerca de las camisetas que pide usted; tan pronto como tengamos sus medidas, se las mandaremos.
Alabo a Dios con todo mi corazón por los buenos deseos que su bondad sigue inspirándole. Cuando su corazón se sienta impulsado a hacer más de lo que tiene por costumbre hacer, enséñele a humillarse, diciéndole: hagamos bien lo que nos está permitido, seamos fieles a nuestras reglas, tanto interior como exteriormente y tendremos la seguridad de que Nuestro Señor estará contento de nosotras. A veces nos parece que quisiéramos hacer duras penitencias, devociones extraordinarias, y no nos damos cuenta de que nuestro enemigo se está complaciendo en ver cómo nuestro espíritu se entretiene en vanos deseos mientras deja escapar las ocasiones de practicar las virtudes ordinarias, que se nos presentan en todo momento; y así perdemos las gracias que van unidas a esas virtudes con el pretexto de. practicar otras más grandes, que no entran en los designios de Dios el darnos.
Es a mí, querida hermana, a quien conviene esta lección y le ruego pida usted a Nuestro Señor sea yo capaz de aprenderla, al mismo tiempo que me cree en su santo amor, querida hermana, su muy humilde hermana y servidora.