Luisa de Marillac, Carta 0381: A mi querida Sor Juliana Loret

Francisco Javier Fernández ChentoEscritos de Luisa de MarillacLeave a Comment

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Autor: Luisa de Marillac .
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Hija de la Caridad, sierva de los Pobres enfermos

Chars

Hoy 11 de septiembre (1651)1

Mi querida hermana:

Creía haberle comunicado con toda claridad que el señor Vicente me había dicho tenía usted que dejar de tocar (la campana) para sus ejercicios, por varias razones que serían muy largas de exponer y que no es necesario, sobre todo a usted que sabe lo que es la obediencia. Su caridad dice que podía usted tomar cualquier pretexto para excusarse, además del de que no es costumbre el hacerlo en ninguno de los lugares donde están las Hermanas (y usted sabe lo importante que es no innovar nada en las Comunidades). Tiene usted otra razón verdadera, y es ésta también la opinión del señor Vicente, a saber: que si no es usted, porque no puede quedarse ahí mucho tiempo, serán otras Hermanas las que por necesidad dejarán de hacerlo, ya que hay un hospital de enfermos en el lugar. Y en las aldeas es imposible que dos Hermanas se encuentren juntas para hacer los ejercicios, y que una sola pueda estar siempre con regularidad, también es muy difícil; pero aunque así fuera, dígame usted para qué tocaría la Hermana si no llamaba a nadie. ¿No es esto «tocar la trompeta» sobre su acción, siendo así que Nuestro Señor nos enseña a hacerla en secreto cuando se trata sólo de nuestro interés particular?

Le agradezco, querida Hermana, la fruta que nos ha enviado pero ya que nos promete más, le ruego que rodee el cesto con paja y la ponga también entre la fruta, porque ha llegado muy golpeada. No nos ha dicho si el pastel lo ha hecho usted; si es así, es usted una gran repostera; nuestras enfermas se lo agradecerían de muy buen grado si pudieran escribirle, como también la fruta.

Le ruego, querida Hermana, dé usted gracias a Dios con nosotras por habernos concedido la gracia de devolver la salud al señor Vicente, que ha estado muy mal con una fiebre continua, y sigan rezando para que su curación sea completa, porque las fiebres de este año reinciden varias veces. Suplico a la bondad de Dios le aumente sus gracias y que a Sor Genoveva le dé un gran deseo de su perfección, y soy en el amor de Jesús Crucificado, mis queridas Hermanas, su muy humilde hermana y servidora.

  1. C. 381 Rc 3 It 324 Carta autógrafa

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