Después del corto periodo de tres o cuatro años de la fundación de la Casa Misión en Lanark, la segunda familia de San Vicente de Paúl, Hijas de la Caridad, lo hizo (1860). A semejanza de la de los Misioneros, tuvo su fundación un principio muy débil, pues sólo constaba de algunas hermanas, instaladas en una modesta casa cerca de la Iglesia y de las Escuelas donde pasaban a enseñar. Estas Escuelas eran ciertamente católicas, pero reconocidas por el Gobierno. Comprendían tres categorías: de muchachos, niñas y párvulos. Las hermanas emprendieron con mucho ánimo el trabajo y lo han continuado hasta nuestros días. No he visto las últimas notas del inspector, pero puede creerse que son semejantes a las de hace veinte años, llenas de elogios entusiastas. Confirman que en estas Escuelas se alcanzan los mejores resultados que pudieran esperarse según el programa. Puede uno figurarse cuánto bien resultará para el alma de estos jóvenes.
Bien pronto se ofreció otra nueva obra que llamó la atención y cuidados de las Hijas de la Caridad. No había en toda Escocia un solo Asilo de huérfanos para los católicos, y las hermanas tomaron por sí mismas el cargo de recoger los recursos necesarios para construir uno. Dos ventas de caridad y loterías suministraron once mil libras esterlinas (275.000 francos). Añadióse a esto dos dona. cienes notables, hechas por cuatro personas que jamás se olvidarán de la memoria de los miembros de la Congregación de la Misión. Estos son el Rvdo. Murdoth, Obispo de este distrito, y los Sres. Monteith, Hope Scott y Bowie; estos tres últimos convertidos hace poco al catolicismo, siendo de nación escoceses.
Deben notarse dos sucesos providenciales. He aquí el primero: Al principio, cuando se quiso empezar la construcción, se puso en venta una magnífica vivienda, que tenía la extensión de 5c) hectáreas, la cual se compró, según se decía, a un precio módico. He aquí, pues, situado un Asilo de huérfanos a un cuarto de hora de la Iglesia, donde se situó después de algunos cambios y aumentos.
El segundo suceso providencial le refiere el Sr. Namera: Llegó el tiempo oportuno para la empresa; entonces sucedió una era de libertad al fanatismo que había inspirado los consejos de parroquia y las instituciones de asistencia; los miembros de estos consejos empezaron a ocuparse de la religión de los niños católicos de su territorio.
Apenas se había abierto el Asilo, cuando se empezó a enviar niños y recursos necesarios para mantenerlos. Entonces fue cuando la institución fue provista de subvención de los fondos públicos, desapareciendo así el temor que había de no ser sostenida sino por una caridad pasajera.
Para la dirección del Asilo fue establecida una Comunidad nueva, independiente, y se le conoció desde entonces con el nombre de Smyllum Lanark. Pronto adquirió grandes proporciones, aunque ordenadamente, como lo exigía el creciente número de huérfanos: hoy puede contener quinientos. Están separados en dos clases, una para los niños y otra para las niñas. Al lado se encuentra también la clase de ciegos y la de sordo-mudos, cuya educación está también confiada a las Hermanas.
La institución es visitada con regularidad por los miembros que representan la diputación, compuesta de protestantes; no obstante ésto, de cuando en cuando dan un juicio tan lleno de elogios, que se encuentra dificultad en no volver a repetir lo ya dicho otras veces.
Insertamos aquí algunos de estos dictámenes, que son oficiales, excepto los dos primeros. El primero apareció en las publicaciones de la región, ilustrado con la vista del Asilo. El escritor parece protestante, aunque oculte su nombre, y el otro es de un ministro protestante.
Asilo de Huérfanos de Smyllum.—El Asilo católico de huérfanos, lo mismo que el parque Smyllum anejo, están situados al oeste de Lanark. Las magníficas construcciones y el terreno eran en un principio residencia y propiedad de sir Richard de Honegman Bar, Señor de Session.
La propiedad pasó a manos de católicos, que la compraron barata hace medio siglo. Las construcciones han sido en diversas ocasiones mejoradas y aumentadas. Al presente hay en ellas algunos cientos de huérfanos. Las construcciones tal como están ahora son vastas y a propósito para el fin que se intenta. Los niños son bien instruídos y educados por unas Hermanas que se han sacrificado voluntariamente a ello. La fundación está regida admirablemente, honrando, no sólo a quien pertenece, sino también al país donde se encuentra. Los que salen de ella, ya sean mozos ó doncellas, conservan hacia ella mucho afecto y respeto, lo cual es ciertamente un homenaje tributado al valor del establecimiento.
Abril 7 de 1904.—He tenido el gran placer de visitar el Asilo y ver los niños. He experimentado suma complacencia al contemplar la dicha que gozan evidentemente aquellos niños y el trabajo verdaderamente evangélico que hacen las hermanas.—B. W. RANDOLPH, Director principal del Colegio de Teología.
Mayo II de 1904.—Nosotros, los firmantes, miembros del Consejo Parroquial de Cadder, hemos visitado hoy el Asilo de Smyllum, y tenemos el gusto de testificar la excelente dirección de esta institución. — VILLIAM DAVIDSON ET R. WOTTE, ALEJANDRO CAMPRELL, SANTIAGO MC. SELLAN, inspector, acompañados de las señoras MARY ET DAVIDSON, MARGARET, T. WHITE.
Junio 9 de I904.—Hemos visitado la institución durante treinta años, y cada año la encontramos con notables progresos y abundancia de vitalidad: Parece que, al presente, cada categoría ha llegado al mayor grado de perfección que le es posible. Los niños tienen un aspecto bello, y su fisonomía respira dicha y plena salud. Esta institución, creada para niños desgraciados, es una bendición para el distrito —SANTiAGO WILSON, SANTIAGO MAC DONALD.
Copia de la relación del inspector sobre las Escuelas de niños ciegos y sordo-mudos de Smyllum:
Junio 11 de 1994.—Quedé muy satisfecho en mi visita a la clase de niños ciegos y sordomudos. Estos niños están limpios, son atentos y obedientes. Trabajan con ardor y tienen sumo gusto en complacer a los que los dirigen. Se les instruye con mucho esmero y bondad, y con esto han conseguido admirables progresos. —R. HARVEY, H. M. I.
Entre tanto, las Hermanas de la casa fundada, que tenían el cargo de las Escuelas de la Parroquia, habían sido encargadas sucesivamente del patronato que se dedica a la educación de los niños y de ponerlos en familias, sistema que alguno. prefieren. Así es como los huérfanos escoceses encontraban la mejor garantía de una habitación cómoda y conveniente en esta región.
Hay otras cuatro casas de Hermanas, dirigidas por ellas, ocupándose de diversas obras de caridad sin encontrar la menor dificultad. Es pues, claro, que los católicos son hoy más que tolerados en la presbiteriana Escocia.
Aunque hayan aumentado poco los católicos convertidos, no creemos que siempre será lo mismo, como tenemos fundamento de esperarlo. Los sectarios se han amansado ya, son esperadas nuestras misiones por acá y allá por los mismos protestantes, y de tiempo en tiempo se anuncia alguna conversión; los papeles públicos anuncian las misiones y sus trabajos: Estas son ciertamente señales favorables para el porvenir.
Las predicaciones más eficaces que Dios nos exige, son primeramente la del ejemplo. La vida edificante de los Misioneros y dé las Hermanas, lo mismo que de otras Comunidades que hacen prodigios en la reforma del pueblo, removerán los obstáculos que todavía se oponen a las conversiones. Podemos pues, esperar, para un tiempo no muy lejano, una mies abundante, cuando sean abiertos los ojos de algunas personas que todavía están contra nosotros, para que miren bien las obras de los católicos extendidos por el país.
CARPENTER, C. M.
San José Blackrock, Dublin.
Anales 1909