101. No quiere que le recomienden.
A propósito de esto, cierto día hablando de algun asunto de la Casa, y como le dijera, poco más o menos, estas palabras, que convenía ir a ver a nuetros jueces para recomendarles nuestro problema, me manifestó que veía en ello algún inconveniente, aún para la Compañía, diciendo que había que cumplir con la Providencia de Dios, y que él no creía que algunas recomendaciones consiguieran mucho, sobre todo ante ciertas personas, y que él tampoco tenía para nada en cuenta las recomendaciones que le hacían, cuando estuvo encargado de proveer beneficios, pero que miraba, si la cosa solicitada era justa y para mayor gloria de Dios; en cuyo caso, y en ninguna otra circunstancia, dijo que no sentía ningún miramiento ante cualquier recomendación que le hicieran.
102. Equidad en la distribución de los beneficios.
No conozco a ningún hijo ni a ningún padre de los Oficiales de la Casa, ya sea abogado o procurador, a quien haya concedido ningún beneficio, lo cual verosímilmente lo ha debido hacer por algún motivo de prudencia.
En nota: (excepto el Sr. Obispo de Cahors, hermano del Sr. Sevin, nuestro abogado, a quien procuró el obispado de Sarlat, porque lo juzgaba digno de él, seguro de su virtud, vida buena y capacidad).1
103. Deja el curato de Clichy.
No es desear obrar con prudencia querer, como ha dicho una persona de la Compañía, dejar y resignar un curato bien llevado, como era el de Clichy, de donde era párroco, para hacerse cargo de otro mal llevado y en desorden, con el fin de instalar en él el buen orden y salvar las almas de los habitantes?2
104. Prudencia al salir de San Lázaro en 1649.
Considero un gran acto de prudencia en el Señor Vicente haber salido de San Lázaro cuando la primera guerra de París, y, en segundo lugar, en el tiempo en que salió, ni más pronto ni más tarde.
He dicho que salió de San Lázaro, porque, como entonces estaba en posesión de un cargo junto al Rey, y era muy a propósito para seguir junto a Su Majestad, que tenía motivos para sospechar de que se mantuviera fiel a su servicio. Tampoco era conveniente que marchara con el Rey, cuando salió éste de París, suponiendo que conocía de antemano su salida, ni tampoco que se fuera el día siguiente por la mañana, ni dos o tres días más tarde, porque los Señores de la ciudad de París lo habrían tachado de ser del partido del Señor Cardenal de Mazarino, porque ése era el rumor que corría por aquellos días, y hubiéramos estado en gran peligro de que saquearan San Lázaro. Pero él permanece aquí varios días, incluso va a París, y se ve con los principales y con los jefes de la ciudad, y después se decide a ir a ver al Rey y a la Reina Madre en Saint-Germain, verosímilmente por hacer algún esfuerzo ante la Reina y ante el Señor Cardenal para conseguir pacificar la situación.
Así, además, obró prudentemente, y más, al ver que no hubiera podido ganar nada por ese lado, de haberse retirado de la Corte, como así hizo. Es cierto que han dicho que quería ser del número de algunas personas, que fueron exiliadas, pero eso no tiene visos de verdadero; al contrario, la Reina, al no verlo más, indagó dónde estaba.
Brevemente, es también un acto de prudencia que, después de haberse retirado de la Corte, no hubiera venido a París para no dar ningún pretexto a Su Majestad para disgustarse, y no volvió a la Corte seguramente por el temor, que tenía de que aquello promoviera el saqueo de la Casa de San Lázaro.3
105. Prudencia al excusar a los superiores.
Un sacerdote de la Congregación le escribió un día una carta. En ella le decía que el superior de la casa, donde él residía, era demasiado rústico para aquel lugar. El Señor Vicente le envió una respuesta muy prudente y admirable. Ahí va, entre otras cosas, lo que le escribe. En primer lugar, le refiere muchas cosas buenas de las que había hecho dicho superior; y después, metiéndose consigo mismo, le dice: «Y a mí, Señor, cómo me sufren, si resulta que estoy hasta este mismo momento en el cargo que ostento, a mí que soy el más rústico y el más ridículo y el más tonto de los hombres entre las personas de condición a las cuales no sabría decir dos palabras seguidas, sin que vieran que no tengo ni inteligencia, ni juicio, sino lo que es peor, no tengo ninguna virtud, que se aproxime a la personalidad de que se trata».4
- El Sr. Vicente procura el obispado de Sarlat a Nicolás Sevin.
21 de septiembre de 1647, Alano de Solminihac. «De Sarlat nos indican que el asunto del Sr. Sevin sobre este obispado estaba ya terminado y que se deberán expedir los documentos el 20 del corriente; me alegro mucho de ello». (111.238/218).
Nicolás Sevin, 1613, (9 de noviembre de 1678, París). Propuesto para Sarlat el 30 de septiembre de 1647; aceptado el 18 de mayo de 1648. Consagrado en París el 26 de julio de 1648 en San Luis por Enrique de Béthune (Burdeos), Francisco de Caulet (Pamiers), Francisco Perrochel (Boulogne). Coadjutor de Cahors el 19 de marzo de 1656-24 de setiembre de 1657: obispo de Cahors el 31 de diciembre de 1659; muerto en París el 9 de noviembre de 1678.
- Resignación del curato de Clichy, bien llevada.
Vicente de Paúl tomó posesión del curato de Clichy el 2 de mayo de 1612. No resignó este curato a su vicario hasta 1625 o 1626. Juan Souillard, nuevo párroco de Clichy, entregó en 1630, 27 de julio, la suma de 400 libras tornesas, con cuatro años de retraso (XIII.85/ X.97). Vicente de Paúl fue nombrado para el curato de Buenens y Chátillon-les-Dombes el 29 de julio de 1617 (XIII.54/X.59). Juan Lourdelot había resignado este curato el 19 de abril (XIII.40/X.59). Vicente de Paúl tomó posesión el 1 de agosto (XIII.43/X.50). Presenta la dimisión el 31 de enero (XIII.53/X.58). El 10 de julio de 1618, Luis Girardes nombrado párroco de Chátillon-Buenens (P. Collet,1.84-85) y toma posesión el 18 de julio de 1618.
La parroquia de Chátillon contaba en 1614 (Procés verbal de la visite pastorale fi 264) 900 comulgantes y en 1654,1500 (Procés verbal fg 286). Cf. Cordenod (Felipe). Las visitas pastorales en Dombes en 1614 y en 1654, cf. Bulletin de la Societé Gorini, 1906, p.29.
- Salida de San Lázaro en 1649.—La Corte abandona París el 6 de enero de 1649 (Collet, 1.476).
—Resolución de hacer guardar San Lázaro por cuatro hombres (Registre de 11-16tel-de-Ville de París, 1.119).
Vicente abandona París el 14 de enero. Es reconocido en Clichy (Collet, 1.468-469). Atraviesa en Neuilly el Sena desbordado; llega a Saint-Germain-en-Laye. (111.402/368).
—Rumores de que Vicente de Paúl ha sido desterrado.
—13 de febrero de 1644.
El Padre Vicente está en la pendiente de la desgracia y se afirma que ha sido confinado en Troyes de Champaña por haber querido comprometer demasiado al Consejo de Conciencia; Bellinghem ha contribuído (a ese rumor) por haber dicho anteayer a la Reina que venía a despedirse del Cardenal dejándolo con el humor más negro, que jamás le había visto, y dijo que el motivo era que su conciencia no estaba de acuerdo con la del Padre Vicente». (Fol.75).
«El Padre Vicente no está todavía en la Corte, pero es de mal augurio que se rían de él ante la Reina. (fi 76).
—27 de febrero de 1644 (f= 70), raspado pero legible.
«El Padre Vicente no está todavía fuera del Conseo de Conciencia, pero no es de buen augurio para él que le alaben ante la Reina».
—12 de marzo.
El Padre Vicente no es tan poco influyente que no haya logrado impedir la donación (del obispado de Comminges) hecha al hijo del Sr. de la Rochefoucauld por recomendación del Sr. Cardenal Mazarino, solicitándolo para el Sr. Olier, párroco de San Sulpico. Tiene todavía tanta influencia, que a pesar de que los médicos habían mandado que la Reina hiciera cuaresma blanca, ella la hace con austeridad. (fi 116).
—19 de marzo de 1646. El obispado de Comminges ha sido concedido al abad de Praslin; así podrá llevar como recompensa el bastón de mariscal al Sr. de Praslin (1 120).
—28 de abril de 1646.
Los Señores del Clero cerrarán pronto la Asamblea. Han llegado hasta las cuatro Misiones, y están resueltos a no pasar más adelante. El Padre Vicente ha hablado bien a la Reina contra las impiedades del Caballero de Roclore (Roquelaure). Se esperan las informaciones de Toulouse; sus crímenes, aunque se habla de su captura, han destacado demasiado como para no dar ejemplo (Archives des affaires étrangéres. Francia, 885 f2 105 V2).
- (III.578/535). El superior es seguramente el Sr. Watebled: nacido en 1630, el 29 de agosto en Tully-Some; sacerdote en 1654 (V.69/67, IV 2).