El Señor Vicente relee su vida: Los niños abandonados

Francisco Javier Fernández ChentoVicente de PaúlLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Bernard Kock, C.M. · Traductor: Máximo Agustín, C.M.. · Año publicación original: 2008.
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París sufría también con otra plaga cruel: los niños abandonados. Uno al día de media, de tres a cuatrocientos al año… «La Couche», institución fundada en tiempos atrás por la ciudad, era inadaptada. Sentía presiones para hacer algo. El año de 1637 transcurrió reflexionando, y el 1º de enero de 1638 me arriesgaba a escribir a Luisa de Marillac: «Todas estuvieron de acuerdo, en la última asamblea, en que se os rogaría hacer una prueba con los niños expósitos»1. Pero en 1639 las Damas de la Caridad que aseguraban los recursos financieros formularon objeciones, en el plano moral como en el financiero. Muchas veces hube de calmar su resistencia a ocuparse de estos pequeños, que ellas se inclinaban a creer que estaban reprobados por Dios. El 12 de enero de 1640, les decía esto:

«Es debido a que el hombre fue maldecido de Dios a causa del pecado de Adán, porque Nuestro Señor se encarno y murió…»2 «Más aún, ellos son la imagen de Jesús abandonado él también: ‘Supuesto que nos lancemos con todo lo posible, será bueno honrar el abandono que hace el Padre eterno de su Hijo a la merced del mundo3’». A la objeción de orden financiero, «yo respondo dos cosas: una que hay que confiarse en el Buen Dios y hacer lo que se pueda; la otra, que no se ha emprendido hacer más que un ensayo y que, si la carga es insoportable, que la dejaremos»4.

Y las Damas continuaron su asistencia.

  1. S. V. I, 417.
  2. S. V. XIII, 775-776.
  3. S. V. XIII, 777.
  4. S. V. XIII, 784.

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