A propósito del nombramiento del P. Vicente Bokalic, el Visitador de la Provincia de Argentina, P. Juan Carlos Gatti escribe:
«El bien general por encima del bien particular»
Más que nunca he estado pensando en este principio conocido por todos y ya formulado por Aristóteles en la ética nicomaquea. Los conflictos entre los intereses particulares y los generales no es algo ajeno y desconocido por nosotros; sin embargo a la hora de aceptar los perjuicios particulares que puede acarrear la consecución del bien general, resulta tarea harto difícil.
Es desde la fe y entendiendo que el bien de la Iglesia está por encima del bien de la Congregación que he podido aceptar con serenidad la novedad recibida. Y que ahora comparto con ustedes, aunque muchos ya deben estar al tanto:
En el día de hoy ha sido publicada la noticia en AICA de que el P. Vicente Bokalic será promovido al orden episcopal. Será en la misma Arquidiocesis de Buenos Aires, en la zona centro donde realizará su pastoreo como obispo auxiliar. Por los conversado con el P. Vicente, la fecha de ordenación podría ser el sábado 29 de mayo (Lugar a confirmar pero en la misma Capital Federal). Ciertamente resulta una alegría y reconocimiento a la vigencia de nuestro carisma en la Iglesia. Claro está que acompañamos a nuestro hermano no solo con nuestra oración sino con el apoyo a su tarea. Algunos egoísmos personales surgen en mì y hacen que me pregunte: ¿Cómo haré para cubrir los espacios pastorales que se generan con la partida de nuestro hermano?….
Pero el árbol no debe tapar el bosque, debemos ser capaces de trascender lo particular. Tiene que ser una alegría para nosotros que un hermano quien comparte el mismo espíritu y el misma carisma haya sido elegido para el orden episcopal. ¿No es está noticia acaso una esperanza para los pobres? ¿La incorporación del Carisma Vicentino en la Iglesia particular de Argentina, no es un signo de vigencia y actualidad carismático? ¿La elección de un cohermano nuestro no dice algo de nuestra inserción y compromiso eclesial?
No hay duda alguna que estamos ante una hermosa noticia. A pesar de que esto significará para la pequeña compañía un enorme sacrificio y recorte de fuerza apostólica. Estamos ante la paradoja evangélica de Mt 8, 35: El que quiera ganar su vida la perderá y el quiera perderla la ganará.
Hermanos alegrémonos por este hecho eclesial y a pesar de que para nosotros signifique «pérdida» no dudemos que el Señor ha de transformar esto en ganancia.
Gracias Vicente por tu tiempo, por tu trabajo y entrega. El amor a los pobres nos mantendrán siempre unidos. Creo que mas que nunca debemos acompañar a nuestro hermano en la consagración episcopal, esperemos puedan unirse a esta celebración.
Juan Carlos Gatti