Introducción
Hace algo más de 2 años me invitaron a hacer parte de una mesa redonda en la Universidad católica Boliviana en La Paz, Bolivia. (La razón era simplemente que el sacerdote encargado se había ausentado y el asunto cayó sobre mí). El tema era la comunicación como factor de fortalecimiento de la democracia, para el cambio social y la educación en valores, organizado por el Departamento de Ciencias de la Comunicación Social. En aquel entonces yo tenía algo de creatividad y me permití reemplazar el clásico paradigma de la comunicación,
por otro, así la figura llegaba a ser:
En el mundo de la espiritualidad, ser un Emisor es, antes que todo, ser un testigo de lo que pretende comunicar y transmitir. Sino sería un simple educador y transmisor de información recibida de libros y aprendidas de memoria. Aquí reside la diferencia entre comunicar y comunicarse que llega a ser no sólo una transmisión de lo que se piensa, sino también lo que somos y sentimos.
Comunicar algo es también ayudar y hacer que este algo llegue a su destino. Un destino que irá más allá de la razón. Un destino que apunta al alma donde se halla la verdad, donde se esconden los intereses y donde esperan satisfacción las necesidades más profundas e íntimas. Y del alma un camino de vuelta hacia la misma razón para alumbrarla y purificarla.
En pocas palabras, la transmisión de toda información que se quiere ofrecer –si se la considera importante- tiene que seguir este mismo camino. Tiene que ser, de alguna forma atractiva, que responda a las necesidades e intereses del oyente, de forma creativa y poco repetitiva. Hace falta señalar que las necesidades varían según la edad, el proceso y la experiencia que vive la persona.
Así que si mi comunicación espera un cambio conductual externo debería apuntar a un mecanismo que toque lo interior, lo central y lo esencial de la vida presente de su oyente. No hay que olvidar que si se espera de esta persona que sea un agente multiplicador o, como llamamos comúnmente testigo, hay que asegurarle un acompañamiento para el cumplimiento de esta tarea. No basta decir a dónde hay que ir sino hay que proporcionarle herramientas y darle las instrucciones suficientes, sólo que la forma de caminar es propia a cada individuo.
Una vez se tiene claro el mensaje que se quiere transmitir, las necesidades e interés de los propios oyentes y por última la meta a la cual se quiere llegar, cada educador o responsable debe planificar sus estrategias y canales a través de los cuales quiere empezar la transmisión y la formación.
Recapitulamos:
Emisor: Testigo: conocimiento + experiencia de Dios + liderazgo.
Mensaje: Liberador: necesidades + intereses, acompañando a la madurez.
Receptor: Despertar: buscador de la verdad + detector de Dios.
Canal: creativo, concreto, barato y flexible.
Tipos de comunicación
- Verbal
Es la que se da mediante la palabra oral o escrita, expresada en fonemas o en signos gráficos.
- Corporal o gestual
Las personas expresivas no sólo hablan con palabras, sino también con el cuerpo, con los gestos: forma de mirar, de dar la mano, de acariciar, de besar… etc. Este tipo es muy importante y tal vez más significativo que la propia palabra.
- Simbólica
Los símbolos son formas materiales que expresan realidades espirituales o abstractas. Las producciones artísticas: literatura, pintura, escultura, música, cine… etc. usan símbolos para expresar ideas o sentimientos. Muchas veces parece difícil de descifrar, pero es muy significativa.
- A través de la imagen
Es transmitir ideas o sentimientos utilizando el mundo de la imagen: televisión, revistas, fotos, etc. Es lo que predomina en el mundo considerado como adelantado actual, y los niños y jóvenes son los más entrenados para su lectura.
- Virtual
Se da a través de aparatos electrónicos tal como el internet, la pantalla móvil, etc.
Las personas que trabajamos con niños, jóvenes y adultos debemos saber leer estos diferentes lenguajes si queremos que se dé entre nosotros y el grupo una verdadera comunicación.
Condiciones del diálogo (interpersonal)
Para comunicarse hay que crear un ambiente de diálogo que implica a ambas partes en todas sus dimensiones. Es un acto existencial, que sin embargo requiere de unas condiciones:
- Crear un clima apropiado en el que se pueda hablar en libertad.
- Lograr la empatía (Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro)
- Ponerme en el lugar del otro/a
- Situarme frente al otro/a en relación de horizontalidad
- Evitar la situación de maestro, consejero
- Saber escuchar pacientemente, respetuosamente
- Escuchar activamente: atención, escucha, reconocimiento
- No juzgar a la persona con la que dialogo
- Escuchar no sólo con el oído, sino con el corazón
- Conocer mis mediaciones y las del otro/a
- Tratar de sentir con él/ella
- Estar abiertos a la experiencia del otro/a
- Evitar dar consejos que no se han pedido.
Además tiene que superar algunas barreras:
- Físicas: son elementos externos que interfieren la transmisión de los mensajes, por ejemplo los ruidos.
- Fisiológicas: son las limitaciones biológicas como la ceguera, sordera, el hambre, etc. que impiden que la comunicación sea eficiente.
- Psicológicas: son las heridas que cada persona lleva desde su historia personal y se manifiestan en las personas (dentro de sus grupos) en la timidez, el miedo, la inseguridad y la baja autoestima. Al ponerse en actitud de superioridad (amenazando, juzgando, sermoneando, etc.) el educador construye barreras entre él y su grupo, imposibles de superar.
- Semánticas: se dan cuando se ignoran las diferentes significaciones que tienen las palabras, según quien las diga, en qué momento, circunstancia o lugar.
- Ideológicas: solemos rechazar a quienes la piensan de manera diferente que nosotros. Es difícil ser objetivos y ver el lado positivo de quien piensa diferente.
- Culturales: son las que nos vienen de las diferencias culturales existentes entre personas con distintos modos de ser y de relacionarse. Estas barrearas se agudizan cuando se empieza a considerar unas culturas superiores o inferiores a otras.
Para vencer las barreras comunicacionales hay que tomar en cuenta las mediaciones que influyen en toda persona, a saber: los genes, el ambiente familiar, la educación escolar, el medio ambiente, los medios de comunicación masivos, la religión, la ideología, los rasgos de la personalidad (en la medida de lo posible), la cultura, etc. Todas estas mediaciones y otras configuran el comportamiento humano y condicionan la comunicación.
Comunicación grupal
Grupo: es un conjunto reducido de personas relacionadas entre sí en torno a un objetivo común, liderizado por una persona, en el que sus miembros tienen una función o rol que cumplir.
El grupo es un lugar privilegiado para el desarrollo personal (psico-espiritual) y social porque en él cada persona se enriquece con las experiencias y vivencias de los demás e incluso con los desaciertos. Se potencia la creatividad personal y del conjunto y se animan en la acción.
Comunicación en el grupo
- Comunicación unidireccional:
- Comunicación bidireccional:
- Comunicación interdireccional o pluridireccional:
Barreras de la comunicación grupal
Las principales barreras podrían ser:
- Las diferencias culturales, ideológicas, religiosas, sociales de los miembros del grupo
- Los juicios de valor que se emiten respecto al jefe o a los miembros del grupo
- Las diferencias temperamentales
- Las diferencias en el uso del lenguaje
- Cerrazón frente al cambio
- Sospecha de los otros
- La baja autoestima u otras dificultades psicológicas
- Problemas en la autovaloración
- Diferentes ritmos de actuación
Posibles soluciones:
- Estar convencidos de ser uno más en el grupo, no soy el grupo, y su marcha no depende exclusivamente de mi persona, sino de todo el conjunto
- Tener conciencia de que somos diferentes y trabajar por aceptar las diferencias, desde el conocimiento, el reconocimiento y la valoración mutuos
- Saber que no sólo existe un punto de vista y que el otro puede también tener la razón
- Ser conscientes de que todos los miembros del grupo nos necesitamos y nos enriquecemos mutuamente.
Clases de grupos:
Técnicas o dinámicas comunicacionales
Consideraciones previas
- Debe estar claro el objetivo que queremos lograr con el uso de determinadas técnicas
- Debemos conocer el número de personas con las que vamos a trabajar para elegir la técnica adecuada
- Debemos conocer el lugar donde se aplica la técnica, si es abierto o cerrado, pequeño o grande, etc.
- Hay que tener en cuenta el tiempo que se dispone para cada dinámica. Evitar cortar dinámicas por falta de tiempo
- Tener los recursos técnicos y el material necesario preparados con anticipación (proyectora, televisor, radio-grabadora, papelógrafos, lápices, etc.)
- Las técnicas se consideran como apoyo al tema que se quiere desarrollar y nunca como tapa-huecos para llenar el tiempo
- Hay que evitar su uso excesivo porque esto llevaría a cansar al grupo y se pierden así los objetivos propuestos
- Las técnicas tienen que estar relacionadas con el tema a tratar.
Pasos a seguir en la aplicación de las técnicas
- El animador tiene que conocer bien la técnica que quiere aplicar al grupo
- Explicar de manera clara los pasos de la técnica
- Irlos ejecutando, dándoles el tiempo preciso para cada paso
- Al finalizar, evaluar la aplicación de la técnica, preferentemente desde los sentimientos de los participantes. Se deben hacer preguntas sencillas: ¿Cómo te has sentido?, ¿has logrado comunicarte con libertad?, ¿cómo has percibido el grupo?, etc.
Las sesiones
Los objetivos de las primeras sesiones
- Romper el hielo
- Conocer al otro
- Detectar las necesidades
Los objetivos de las siguientes sesiones
- Trabajar las necesidades detectadas
- Desarrollar los temas preestablecidos
Fuentes de dinámicas
- Libros/guía
- Internet
- Talleres
- Amigos
- Creatividad
- Otros
La Creatividad
Es nuestra principal fuente. Es la más práctica y barata. Parte del material que se dispone y del mundo que se vive y experimenta. Parte desde el responsable del grupo para desembocar en la creatividad de los miembros. Acaso no es San Vicente el que dice que la caridad es infinitamente inventiva.
Cuando se ama y se vive apasionadamente su liderazgo en el grupo se le dedica tiempo, se buscan formas, se inventan dinámicas para transmitir esta pasión que arde dentro; una pasión que desborda los límites de la fragilidad y de la ignorancia; una pasión que respeta la alteridad y la empuja a la experiencia del encuentro; una pasión que nace sólo porque hemos sido testigos de una Resurrección en nuestra propia vida que nos llevó más allá de un simple liderazgo con conocimiento humano y técnico del manejo de un grupo. Es un liderazgo de una persona libre que inicia a los demás a la libertad.