Yo sí os he amado

Hoy Cristo se te acerca y te dice: “Te amo. Porque te amor me hice hombre. Porque te amor acepté la voluntad del Padre. Porque te amo sufrí persecución, calumnias, traición, escupitajos, golpes y hasta una muerte ignominiosa en una cruz. Porque te amo resucité para que tú también resucites a la Vida Eterna”.

Porque te ama, hoy Cristo se te acerca y te dice: “¿Me amas tú? ¿Quieres que ambos vivamos y compartamos un mismo amor?

Sí, Cristo te necesita para llevar a plenitud su obra de salvación, para ir implantando en nuestro mundo el mandamiento del amor. Él te necesita para ir construyendo contigo una sociedad más justa, más solidaria, más fraterna y donde los valores del Evangelio se conviertan en leyes para todos los hombres. Por eso te suplica que hagas un esfuerzo por desterrar de tu corazón el odio y la mentira, el egoísmo y la hipocresía, la infidelidad y el deshonor, el robo y la injusticia, el ansia de poder, de gozar, de subir, de poseer a costa de lo que sea y de quien sea.

Por eso te pide que abras tu corazón a Dios y a los hombres, que sea el amor el motor que te mueva a vivir y a darte a los demás. Por eso Él ha querido necesitar de ti para que su palabra se haga vida en los corazones de los hombres y transforme sus vidas. Él necesita tu amor entregado a Dios y a los hombres en un mismo amor para que su muerte y su resurrección den el fruto deseado y todos nos reunamos un día, en la Casa de nuestro Padre Dios.

Él necesita tus manos para seguir abrazando, tus pies para seguir caminando, tu corazón para seguir amando, tu dolor para seguir redimiendo, tu vida para seguir viviendo, dándose y entregándose por la salvación de todos los hombres.

Cristo te necesita. Cristo te suplica. Cristo pide tu vida y tu amor. Él se ha acercado a ti, te ha llamado, te ha elegido, ha depositado su confianza en ti y te envía para que des frutos de amor. ¿Qué le respondes? De tu respuesta dependerá, en gran parte, el triunfo o el fracaso de Cristo.