Jon 3,1-5.10/Sal 24/1 Cor 7,29-31/Mc 1,14-20
El reino de Dios está cerca.
Hoy celebramos la fiesta de la conversión de San Pablo, el gran apóstol de los gentiles, fundador de comunidades, sembrador incansable del Evangelio.
También un día como hoy nació una bella obra en la Iglesia. San Vicente de Paúl, de visita en una aldea campesina (Foleville) es golpeado por una triste realidad: los pobres campesinos no sólo viven y mueren en la pobreza y el abandono social, también viven y mueren abandonados por la acción de la Iglesia, cuyos sacerdotes se concentran en las cómodas ciudades. Aprovechando que está en la aldea, convoca a los pobladores y ofrece un sermón invitándolos a acercarse al sacramento de la reconciliación y enseñándoles cómo hacerla.
Es tal la cantidad de gente que acude a confesarse, que tiene que llamar a otros sacerdotes para que lo ayuden. Ahí nace la idea de formar una comunidad de sacerdotes y hermanos que vayan de aldea en aldea, llevando la Palabra y la esperanza, llevando el anuncio y la prueba del amor de Dios por sus hijos más pequeños.
Así nacen los Misioneros Vicentinos (Congregación de la Misión) un día como hoy de 1617.