París, 31 de enero de 1640
Señorita:
¡La gracia de nuestro Señor sea siempre con nosotros!
La que me ha escrito usted por mano ajena, que ayer me entregaron, y en la que me habla de la diarrea que ha sufrido, me ha causado una preocupación no pequeña por su enfermedad. ¡Bendita sea la voluntad de Dios! Espero de su bondad que le devolverá la salud; haré redoblar las oraciones por esa finalidad. Pero ¡qué es lo que me dice de volver por el río! ¡Jesús! ¡Que no se le ocurra!
Le ruego que ordene hacer una camilla y que alquile o, mejor dicho, que compre dos buenos caballos, pues aquí pagaremos lo que cuesten, para que pueda usted regresar de esa manera. Yo así lo hice en cierta ocasión, y el aire me favoreció tanto que en tres días me restablecí hasta el punto de poder tomar la carroza de la difunta esposa del señor general, según creo. El padre Grandnom ha escrito con este fin, como verá usted por su carta, a un hombre de elevada posición de Angers.
El señor du Fresne me ha dicho por sí mismo, sin que yo le hablara, que es conveniente que me envíe usted un recibo de dos mil libras que tiene él para usted, junto con unas palabras para él, en las que le indique que ponga dicha suma en nuestras manos o en las de quien usted crea mejor.
Su hijo se ofreció ayer a ir a buscarla a Angers; pero no lo he creído necesario; dígame qué es lo que usted piensa.
Las hermanas siguen muy bien. Ana la mayor me ha dicho que María se muestra muy cumplidora. ¡Cuánta necesidad tenemos de que venga usted para resolver los asuntos! Espero de la bondad de Dios que la devolverá con buena salud. En nombre de Dios, señorita, haga todo cuanto pueda para ello y esté lo más alegre posible
Doy gracias a Dios de que vaya mejorando nuestra querida hermana Isabel, y agradezco muy humildemente a nuestra querida madre superiora de la Visitación de Santa María los recuerdos que me envía Celebraré la santa misa por ella y por toda su santa comunidad.
Adiós, señorita. Le ruego expresamente que cuide de su salud. Soy, en el amor de nuestro Señor, su muy humilde y obediente servidor.
VICENTE DEPAUL
Hace algún tiempo que recibí las dos cartas que acompaño.
Dirección: A la señorita Le Gras, directora de las Hijas de la Caridad del hospital de Angers, en Angers.