Señor:
Estuve en su casa para tener la dicha de verle y poder hablarle de la pensión de mi sobrino Mateo Pluyette, becario de su colegio, pero el santo ejercicio en que está ocupado me ha quitado ese bien de poder saludarle. Me he atrevido a escribirle estas palabras por medio del hombre de mi confianza, muy conocido en el colegio del cardenal, para rogarle que me haga saber lo que se le debe al pequeño, que está en el colegio de Senlis. Se le deberían dos cuartos para san Juan, a no ser que haya enviado alguna cosa a Dionisio a cuenta de la Navidad; procuraré hacérselo ver para san Remigio, a fin de que se quede en París u obtenga de usted el permiso para que permanezca en Senlis, lo cual se hará, según yo creo, según su conciencia. Le envío el recibo de mi propia mano, sin especificar la suma, y el resto para san Remigio, del que recibiré otro recibo del pequeño; esperándolo así, quedo siempre de usted, señor, muy humilde servidor,
G. PLUYETTE
Fontenay, 3 de julio de 1629.