Bendición de la nueva iglesia parroquial de la Divina Pastora, de Andújar (1967)

Mitxel OlabuénagaHistoria de la Congregación de la Misión, Historia de la Congregación de la Misión en EspañaLeave a Comment

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Author: Calzado · Source: Anales españoles, 1967.
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Parroquia-Divina-PastoraANDUJAR.—La tarde del viernes constituyó una inolvidable efemérides para la populosa barriada de la Plaza de Toros y cuan­tos han quedado encuadrados en la nueva parroquia recientemen­te creada en torno a la antigua iglesia de la Divina Pastora, en la que se han realizado importantes obras de consolidación, en­sanche y embellecimiento, con arreglo a las más recientes instruc­ciones litúrgicas emanadas del Concilio Vaticano II. El retablo, de sencilla traza, con mampostería de pizarra, da albergue a una inspirada imagen de la titular, obra del escultor don Antonio González Orea, de gran tamaño y líneas que ponen de relieve la espe­cial unción con que el artista viene tratando el tema religioso. Al igual, el sagrario de la capilla del Sacramento —que ocupa ahora la anterior sacristía—, de hierro noble, también diseñado por el señor González Orea, ubicado sobre dos fustes de viejas columnas; la pila bautismal y la capilla penitencial. Todo acorde con unas normas llenas de auténtico sentido apostólico. Luego, la cal, sin concesiones al ornamiento superfluo, ha dado luminosidad al con­junto y prólogo de recogimiento el amplio porche de la entrada.

Tras un febril trabajo en los últimos días, la obra quedó lista para que el Prelado la bendijera, acto que constituyó un señalado acontecimiento, y que se desarrolló entre auténtico calor popular.

El doctor Romero Menjíbar, que llegó algo después de las siete y media, fue recibido por el Alcalde de la ciudad, señor Rodríguez Alvarez; Arcipreste don Pablo Palomino Martínez; Superior de los PP. Paúles, R. P. Lupiáñez, con toda la Comunidad; Cura Ecóno­mo de la nueva Parroquia, P. Miguel Romón Vita ; Párroco de San Miguel, don Rafael Espejo Camacho, y otras representaciones, así como la Hermandad de la Divina Pastora, con banderas e insig­nias. Atrio y templo estaban totalmente abarrotados de fieles, que recibieron al Sr. Obispo con una estruendosa y prolongada ova­ción. El Prelado, bajo palio, penetró en la iglesia, mientras la «schola cantorum» del Seminario Menor Vicenciano interpretaba un salmo. Se dirigió a la capilla sacramental para orar unos mo­mentos, y, acto seguido, el Prelado ocupó su sitial en el presbiterio. El P. Romón Vita, visiblemente emocionado, pronunció unas pa­labras, expresando el júbilo de la feligresía ante el acto que se celebraba, dando las gracias a cuantos tan generosamente han contribuido a las obras, incluso con aportación de trabajo perso­nal, gratitud que hizo extensiva al desprendimiento del escultor señor González Orea, así como al Párroco de San Miguel, que tan­to le ha ayudado. De una manera especial destacó la satisfacción que a todos producía la presencia del Pastor de la diócesis. A continuación, el Prelado, revestido de pontifical, bendijo la nueva imagen de la Divina Pastora y el resto de las obras. Terminado este acto, el doctor Romero Menjíbar pronunció una bella alocu­ción, de gran fondo doctrinal. «Una nueva Parroquia se ha creado en Andújar, encomendada a los PP. Paúles, con amplias perspec­tivas de coordinación pastoral. Así, sacerdotes, religiosos y fieles trabajarán en esta querida ciudad, unidos en la común tarea apostólica. La Parroquia es una familia de Dios, cuyo padre es­piritual, por delegación del Obispo, es el Párroco. Debéis todos te­ner conciencia de que formáis parte de esta familia de Dios y lanzaras a la vida cristiana con un sentido fraternal, con concien­cia y responsabilidad y con el testimonio de la conducta y de los hechos. Yo saludo y doy mi bendición a todas estas familias, agra­deciendo cuanto habéis hecho hasta ahora, así como a los PP. Paú­les la colaboración que prestan al encargarse de la Parroquia. Es necesario que nuestra religión se convierta en vivencia dinámi­ca y misionera para llevar el mensaje de Cristo a los demás, y espero que sirváis de acicate a todas las Parroquias de Andújar y de estímulo a los habitantes de la ciudad. Quiero que Andújar se lance a la gran empresa de un apostolado nuevo, en la gran aven­tura posconciliar. Ya sabéis que es necesario ir al mundo, para que el mundo venga a Dios. Me agrada ver que Andújar está en pie, con un sentido de superación. La Iglesia espera mucho de este Andújar de San Eufrasio y de la Virgen de la Cabeza.» Se­guidamente el Prelado impartió su bendición a los fieles, siendo despedido con las mismas muestras de entusiasmo y cariño que  a su llegada.—CALZADO.

(De JAEN, 10-X-67.)

 

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