Antoine Fabri (1652-1723)

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Author: Desconocido · Translator: Máximo Agustín, C.M.. · Year of first publication: 1903 · Source: Notices IV.
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  El Sr. Bonnet, superior general, al anunciar a comienzos de 1715 la pérdida que había tenido la provincia de Polonia en la persona del Sr. Kownacki, visitador, se felicitaba por las hermosas cualidades que poseía su sucesor. » Le hemos sustituido, decía él por el Sr. Antoine Fabri, sacerdote italiano, que está en Polonia desde hace más de treinta años, muy estimado dentro y fuera de la Congregación, hombre prudente, capaz y perfectamente en estado de dirigir bien esta provincia y hacer florecer en ella la paz, la unión, la regla y el espíritu de la Congregación. «.

El Sr. Antoine Fabri había nacido en Ripi, diócesis de Veroli, en los Estados pontificios, el 17 de  enero de 1652. Entró en el seminario de Roma en e671, y apenas terminar sus estudios y recibir el sacerdocio, fue enviado a Polonia en 1676.

Como estaba muy lleno  del espíritu de san Vicente, le dieron la dirección del seminario interno, una vez inaugurado en 1678, y cumplió este cargo por largos años con una solicitud admirable; fue él quien formó en las virtudes de su estado a jóvenes misioneros que, más tarde, cumplieron funciones muy importantes,  y entre otros, al Sr. Kownacki, a quien debía reemplazar en el cargo de visitador.

No llegó a tener tantos éxitos sino porque formaba a sus seminaristas tanto por sus ejemplos como por sus palabras.  Las virtudes que brillaban  en él y las hermosas cualidades que tenía para dirigir a los demás hicieron que se le encargara sucesivamente de varios superioratos. Las casas de Przemysl y de Sambor, de Culm, de Stradom-lès-Cracovie, de Vilna, recibieron la edificación que difundía por todas partes y de la prudencia de su dirección.

Era superior de Vilna cuando llegó la muerte  del Sr. Kownacki, a quien sucedió.

Tenía tanto celo por las misiones y por la salvación de las almas que trabajó sin descanso hasta una extrema vejez. Se distinguía igualmente por un gran celo en el ornato de la casa del Señor y tenía una solicitud particular por inspirársele a los demás. Estaba lleno de amor a su vocación y se hacía el modelo de todos por su fidelidad a las reglas, bien comunes, bien particulares. Edificaba sobre todo por su exactitud en todos los ejercicios; y en las conferencias y las repeticiones de oración, su fervor se traicionaba a menudo por una gran abundancia de lágrimas, lo que enternecía mucho a los que le oían hablar.

El objeto continuo de sus esfuerzos era la práctica de la abnegación de su voluntad y de su propio juicio, y el ejercicio más extenso de la mortificación hasta en su última enfermedad, de manera que su vida entera fue un modelo completo de las virtudes y de la piedad que debe tener un misionero. Por la gravedad de su exterior y la suavidad de sus palabras, atraía a él todos los corazones.

Con los recursos que consiguió en Varsovia, construyó toda la parte de la casa de Santa Cruz que da la ciudad, enriqueció también la iglesia con dos campanas, dos nuevos altares y dos sillas de coro ; por último se le deben muchas mejoras. Bajo su dirección, la provincia entera prosperaba, como nos lo dice el Sr. Bonnet en varias circulares:

«La guerra, escribe él en 1716, y las miserias siguen siendo grandes en Polonia.  Nestras casas sufren mucho en lo temporal;  «La provincia de Polonia, dice también el 1º de enero de 1719, tiene por visitador al Sr. Fabri, sacerdote italiano de origen, pero exento del vicio de la nacionalidad, por el don de Dios «. Y el 26 de diciembre del mismo año: » El Visitador de Polonia dirige su provincia con bendición. Los seminaristas y los estudiantes allí siguen siendo un gran número; se proponen nuevas fundaciones que el Sr. Fabri no acepta sino cuando tiene la proporción de sujetos aptos para llenarlas «.

Tales son los elogios que el Sr. Bonnet daba cada año a la dirección del Sr. Fabri que vio, durante los ocho años que fue visitador, formarse seis establecimientos nuevos en su provincia: Mlawa, Plock , Lublin, Gnesen, Siematycz y Wloclawek.

En la misma época también, un nuevo establecimiento de las Hijas de la Caridad fue creado en Biala, pequeña ciudad situada en las fronteras de Lituania. El príncipe Charles-Stanislas  Radziwill fundó allí un pequeño hospital para enfermos y huérfanos de ambos sexos, a él llamó a las Hijas de la Caridad. Este establecimiento, fundado en 1716, existe aún hoy (1863).

Después de pasar una vida llena de días y de méritos, después de dar el ejemplo de todas las virtudes y trabajar con mucho éxito por la salvación de las almas, el Sr. Fabri llegó a la edad de setenta y tres años de los que los cincuenta y seis los había pasado en la Congregación. El 31 de diciembre de 1723, fiesta del apóstol santo Tomás, celebró la misa, loe hacía siempre, aun estando enfermo; recitó también todo el oficio del día y los maitines del siguiente; pero se sintió luego presa de violentos dolores. Enseguida hizo su confesión general, pidió perdón a todos sus cohermanos, encomendó su alma al Creador, y a las once de la noche, se durmió en el Señor. Había sido visitador nueve años menos algunos días; reposa en medio de sus hermanos en la iglesia Santa Cruz.  – Mémoires de la Congrégation de la Mission ; Pologne.

 

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