Si es justo que el que plantó el árbol tenga la satisfacción de verle dar fruto, también es justo que participe usted de las bendiciones que Dios ha derramado en abundancia sobre nuestros pequeños trabajos. Puedo asegurarle que en las misiones que llevamos hechas desde Joigny no creo que haya dejado nadie de hacer su confesión general; es una maravilla ver cómo se ha impresionado este pueblo; las cosas han llegado hasta el extremo de que me he visto obligado a hablarles solamente durante los primeros días de los motivos que excitan a la penitencia, debido a la gran ternura de sus corazones, pues tenía miedo de que esto hiciera daño a su imaginación.
Vicente de Paúl, Carta 1277: Un Sacerdote De La Misión A San Vicente
