Señorita:
La gracia de Nuestro Señor sea siempre con nosotros.
Estas líneas son para tres fines: para darle los buenos días, para agradecer a usted ese frontal tan hermoso y elegante que nos ha enviado, que ayer creí me arrebataba el corazón de placer, al ver el suyo allí metido, y verlo de pronto al entrar en la capilla, sin saber que estuviera allí; y este placer me duró ayer y hoy todavía con una ternura inexplicable, que produce en mí muchos pensamientos que, con la gracia de Dios, podría expresarlos, aunque me contento con decir que ruego a Dios embellezca su alma con su perfecto y divino amor, mientras que usted embellece así su casa con un frontal tan hermoso.
El tercer fin es la petición que le hago de que no vaya hoy a los pobres, y así honrará el no-hacer del Hijo de Dios y el de san José, el cual, a pesar de tener el poder del cielo y de la tierra bajo su guía y su poder, quiso sin embargo parecer impotente. Envíe allá a la señora Richard. Quizá Dios le comunique allí alguna gracia de la que tiene necesidad, y a usted la de algún grado de humildad, de compasión de los enfermos o de conocimiento de usted misma, con la impotencia que tiene de tender a lo que su fervor hace pretender.
En fin, ganará con ello si lo hace, porque Nuestro Señor así lo quiere, en cuyo amor y en el de su santa Madre y de san José, soy su muy humilde servidor,
VICENTE DEPAUL







