Así pues, más vale obrar como me indica, señorita, y retrasar las cosas para no dejar nada al azar. Si de ahora, hasta que yo vuelva, encuentra alguna persona de confianza, hágalo; si no, espere. Nuestro Señor proveerá, sobre todo si quiere estar al pie de la cruz, en donde se encuentra al presente y que es el mejor lugar donde puede uno estar en el mundo. Quiéralo así, señorita, y no tema. No nos olvide en sus oraciones y yo cuidaré de encomendarla a nuestras buenas gentes del campo.
Dirección: A la señorita Le Gras.







