Señorita:
La gracia de Nuestro Señor sea siempre con nosotros.
Sirvan estas pocas líneas para agradecerle el haber aceptado en su casa a esa buena joven y el envío de las doce camisas, así como para decirle [que voy a] marcharme, para volver luego dentro de ocho días, con el favor de Dios, y que entonces hablaremos de todo, aunque digo de antemano a su corazón que alabo a Dios por haberla librado del excesivo apego que tenía al pequeño y de haberle hecho entrar en razón con lo que [ahora] no hay peligro; así que usted actuará [según] su inclinación y darle la sotana . Quiera Dios que esto sea para su gloria y para la salvación de las almas y que El dé a usted parte en la santa tranquilidad de su espíritu, quedando, en su amor, su más humilde servidor,
VICENTE DEPAUL
Dirección: A la señorita Le Gras, en París.







