Un año más os presentamos la semana vocacional con este slogan tan conocido como sugerente:
Te llamo a ti. ¡Sígueme!
El mural nos invita a iniciar el camino. Un camino ya andado por quienes nos han precedido, tal y como lo vemos siguiendo las huellas; un camino conocido, pero que cada cual lo hace de forma individual y personalizada, pero nunca en soledad, sino en compañía, la Comunidad camina a nuestro lado.
El horizonte que se vislumbra en esta andadura son los pobres, las miserias que esperan algo de nosotros, las necesidades que nos invitan a despertar y desarrollar nuestra creatividad, porque como decía San Vicente: «El amor es creativo hasta el infinito».
Dar un paso hacia adelante, caminar, es iniciar una andadura de vida que puede cambiar el rumbo de lo que vamos haciendo hasta ahora.
Caminar es descubrir flaquezas, inseguridades, miedos… pero a la vez despertar a una riqueza interior insospechada en la rutina del cotidiano vivir.
Caminar es despertar a lo nuevo, atreverse a mirar más allá, con las gafas de la fe.
Caminar es apostar por el cambio, romper con las ataduras de lo fácil, de la comodidad, del individualismo.
Caminar es vivir con la esperanza de quien nunca se para, de quien vive en búsqueda permanente hasta encontrarse con quien es el motor y razón de vida: Cristo el Señor.
Cristo te invita, nos invita a cada uno de nosotros a dar siempre un paso hacia adelante, sea cual fuere el estado en que nos encontremos. Atrevámonos a responder: ¿Qué quieres de mí Señor? ¿A qué me llamas? ¿Qué tengo yo que pueda ofrecerte? Probablemente su respuesta nos sorprenda. Atrévete a escucharle y ¡SÍGUELE!
