Tal día como hoy: 21 de julio

Francisco Javier Fernández ChentoEfemérides VicencianasLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Benito Martínez, C.M. · Fuente: Enciclopedia Vicenciana.
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1657. Consejo de la Compañía de las Hijas de la Caridad en el que se delibera sobre el modo de remediar las penas que las hermanas de Cars están sufriendo en relación con su dirección espiritual y la forma de llevar el servicio de los pobres y la instrucción de los niños, ya que difieren mucho de lo ordinario. Vicente de Paúl da como razones para retirar a las hermanas: que tienen dificultades para cambiarlas con la frecuencia acostumbrada en la Compañía; que el párroco del lugar quiere que las hermanas confiesen solo cada ocho días, lo que va en contra de la costumbre de aumentar las confesiones y comuniones cuando hay fiestas y durante el adviento y la cuaresma; además dicho párroco dice que es inútil confesar los pecados ya perdonados en una confesión bien hecha y que, al ser los pecados de las hermanas veniales, no hay que confesarse tan a menudo; otra razón es que el párroco ha querido que se azotase a una de las colegialas en su presencia. Más adelante se dice que los Padres del Oratorio del barrio de Santiago, a los que está ligado el párroco, quieren obligar a las hermanas a obedecerle solo a él y pretenden entrar en las habitaciones de estas y permanecer en ellas lo que les plazca, y, como algunas hermanas se han atenido fuertemente a las máximas de la Compañía, les han hecho tal violencia que ha trascendido en las calles. Se decide retirar a las hermanas. Luisa de Marillac comunicará por escrito la decisión al párroco y a la Sra. de Herse, que estuvo en el origen del envío de las hermanas.

1658. Conferencia de Vicente de Paúl a las Hijas de la Caridad sobre la fidelidad a las reglas, en la que expone el último artículo de las mismas, el 43, que dice así: «Darán gran importancia a todos estos reglamentos y del conjunto de todas las loables costumbres que han observado hasta ahora, considerando todo esto como medios dados por Dios para perfeccionarse mejor y salvarse más fácilmente. Por ello les tendrán afecto y se aplicarán a ponerlas bien en práctica». Vicente, tras dar razones para observar las reglas, comenta el caso en que dos reglas se combaten y pone el ejemplo de la que pide la oración matinal con la que pide atender a los pobres enfermos. Vicente dice que, si en algún caso hay que optar por una de las dos, tal como ya se les ha enseñado, hay que atender a los enfermos, lo que es dejar a Dios por Dios. No obstante insiste en que hay que observar todas las reglas.

1659. En París, se fulminan las bulas acordadas por el papa Urbano VIII aprobando la unión del priorato de San Lázaro a la Congregación de la Misión. Las bulas estaban preparadas desde hacía veinticuatro años; pero los oponentes impedían su expedición. Tras dos intervenciones del P. Edmundo Jolly, el papa Alejandro VII ha hecho oídos sordos a todas las intrigas y los documentos han llegado por fin a París.

1785. En París, el encargado de los asuntos de la Santa Sede ante el gobierno del rey Luis XVI, el abad Pieratchi, envía una nota al ministro de estado Sr. Vergenne en la que le comunica el deseo de la Propaganda de restablecer las misiones en Madagascar. Añade que esta congregación romana ha elegido para ello al P. Gabriel Durocher, sacerdote de la Congregación de la Misión, que está en la isla desde 1777, con poderes dados por Roma como prefecto apostólico y el título de vicario general del Arzobispo de París para Madagascar. El gobierno no dará una respuesta satisfactoria hasta el mes de noviembre. Tres años después, dos paúles, los padres Ponchier y Halnat, saldrán hacia Madagascar, pero la Revolución impedirá que los misioneros retomen la evangelización de los malgaches.

1925. En la Casa Madre de la Congregación de la Misión, las fiestas del tercer centenario de la pequeña Compañía alcanzan hoy su culminación. Iniciadas el 19 de julio, ese día, debía oficiar el Cardenal Gaetano Bisleti, prefecto de la Congregación de las Universidades y los Estudios, pero, por un impedimento, fue sustituido por el Arzobispo de Argel, Mons. Augusto Fernando Leynaud, actuando como orador el Arzobispo de Albi, Mons. Pedro Celestino Cézerac. El 20 de julio la misa fue cantada por el superior general, P. Francisco Verdier. La comida tiene lugar en Gentilly y, como en Caná, el vino falta a causa de lo accidentado que ha sido su transporte. Por la tarde, en la capilla de la Casa Madre, el asistente del superior general P. León Emilio Cazot pronuncia un bello discurso de acción de gracias por los trescientos años de la Congregación. Hoy, 21 de julio, oficia el Arzobispo de París, Cardenal Luis Ernesto Dubois; una veintena de obispos y una decena de prelados asisten para mostrar su simpatía por la obra de san Vicente; el Soberano Pontífice ha enviado un telegrama con sus deseos y bendiciones. Por la tarde, el Arzobispo de Rennes, el Cardenal Alexis Armando Charost, pronuncia un discurso que es una obra maestra de la elocuencia.

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