25º Domingo de T.O. y Solemnidad de San Vicente de Paúl (reflexión de Rosalino Dizon Reyes)

Ross Reyes DizonHomilías y reflexiones, Año ALeave a Comment

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Abandonar los caminos y planes del mundo

Jesús nos enseña a abandonar los caminos y planes del mundo.  Sustituyéndolos por los de Dios, nos hacemos necios ante el mundo, pero sabios ante Dios.

Abandonar a los necesitados es buena indicación de que se están siguiendo los caminos y planes del mundo.  Y nos da a entender la parábola del rico necio que conforme a éstos vive el hombre rico.

El rico es necio según Dios, pero no según el mundo.  El mundo toma por sabios a los acomodados que se encierran en sí mismos.  Preocupados solo de sus riquezas y su bienestar, van acumulando bienes y dándose buena vida.  Por eso, no saben calcular sus años y les falta un corazón sensato.

Por su parte, rehúsa abandonar a los parados el propietario del evangelio de hoy.  Sale él cinco veces a contratar jornaleros para su viña, lo que indica que se trata de una gran cosecha.  Pero queda claro también que ella no lo ha dejado ensimismado e indiferente, sino abierto y atento a los desafortunados.

Y no solo no quiere abandonar el propietario a ningún desocupado.  Igual les trata además a los jornaleros de la última hora que a los de la primera hora.  Éstos seguramente han trabajado más que aquéllos, pero le preocupa más la necesidad de los jornaleros que el trabajo hecho.  Por eso, recibe cada jornalero lo que cada dí­a necesita él, junto con su familia, para vivir.

No, el dueño de la viña no puede abandonar a los jornaleros, privados ellos de un sueldo digno.  No los quiere trabajando, como lo hacen muchos hoy día, pero sin que puedan remediar ellos todavía sus necesidades básicas.

Indudablemente, representa el propietario los caminos y los planes del bondadoso y generoso Dios.  Y a Dios le importa que todos llevemos una vida digna del Evangelio cristiano del reino de Dios.  A ella se refiere el denario en el que se ajusta Dios con sus colaboradores.

Dios no nos quiere abandonar sin que gocemos de esa vida.

La vida digna de la Buena Nueva es vida de plena comunión con Dios y con los demás.  Nos preparamos para tal convivencia comportándonos según las bienaventuranzas, no ajustándonos al mundo ni aspirando a grandezas.  Y la apresuramos al ponernos en camino de la enseñanza:  «El que quiera ser primero, sea esclavo de todos».  Además, se nos da una prenda de ella, de la gloria futura, cuando ya nadie pasa hambre o sed entre nosotros.

Señor Jesús, no nos dejes abandonar a ningún necesitado.  Que sean hermosos sobre los montes nuestros pies, haciendo lo que tú.  Así nosotros iremos de la tierra al cielo (SV.ES XI:324).

24 Septiembre 2017
25º Domingo de T.O. (A)
Is 55, 6-9; Fil 1, 20c-24. 27a; Mt 20, 1-16a

27 Septiembre 2017
Solemnidad de san Vicente de Paúl
Is 52, 7-10; 1 Cor 1, 26 – 2, 2; Mt 5, 1-12a

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