Vincentiana 1957-2009

Francisco Javier Fernández ChentoFormación VicencianaLeave a Comment

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Author: Julio Suescun Olcoz, C.M. · Year of first publication: 2010 · Source: Vincentiana, Enero-Marzo 2010.
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A requerimiento del Superior General, en comunicado del 12/03/2009, Julio Suescun Olcoz, C.M., Director de VINCEN­TIANA presenta en el Tiempo Fuerte del 22-26 de Junio de 2009, el siguiente estudio, redactado desde la revisión del material existente en el almacén de VINCENTIANA, en la Casa de la Curia, en Roma.

«El Consejo ha pedido a Julio que incluya esta relación documentada, en uno de los números de VINCENTIANA, dado su interés y valor histórico» (cf. la Circular del Superior General, 9 de Julio de 2009).

I. Evolución de Vincentiana

VINCENTIANA nace con la idea de servir como medio de trans­misión de las noticias de la congregación a todas sus provincias. Res­ponde al deseo formulado en la AG-1955, en el siguiente decreto: «Conficiatur Commentarium Congregationis latine exaratum, in quo edantur documenta et artículi de disciplina nostra, de historia et de ministeriis Congregationis nostrae, de vita spirituali et his similibus» (Sessio VII, Conventus Generalis XXXII, 30 Junii – 14 Julii, 1955).

1ª Etapa: 1957-1958 – Roma, Colegio Leoniano P. Annibale Bugnini

En enero de 1957, el P. A. Bugnini, desde el Leoniano, comienza la publicación de VINCENTIANA, que subtitula justamente «Nuntia Congregationis Missionis». En el número siguiente, febrero de 1957 se incluye una carta del Superior General P. Slatery, al P. Bugnini, en la que afirma que la publicación responde a los deseos de la última Asamblea General, hace votos por la prosperidad de VINCEN­TIANA y pide colaboradores para la empresa iniciada.

De ese año 1957 han llegado hasta nosotros 9 volúmenes,1 distri­buidos así: un volumen por cada uno de los meses de enero a junio inclusive (total 6), el volumen de agosto, marcado con el número 7, y que continúa la numeración de las páginas del n.6 (quiere decir que en julio no se publicó), el volumen correspondiente a Octubre, mar­cado con los números 9-10, pero siguiendo la serie de páginas del número 7 (lo que quiere decir que el número 8 no existió) y el volu­men de diciembre, marcado con los números 11-12. En total 9 volú­menes conteniendo 12 números o sus equivalentes.

La revista se configura con tres partes más o menos definidas. Hay una parte Oficial, que sólo aparecerá con tal nombre en el volu­men de Mayo 1957 y que contiene comunicados de la Santa Sede, una segunda parte que contiene noticias de la Curia General y otra tercera parte que contiene noticias de las provincias, generalmente agrupadas por continentes.

Parece que se quiere responder a los deseos manifestados en la Asamblea General de 1955, de tener un instrumento de comunica­ción menos voluminoso que los Anales de la Casa Madre de París, de carácter más periodístico, que llegue las misioneros con mayor frecuencia que la tradicional comunicación anual de noticias que se adjuntaba como segunda parte de la Carta del Superior General a primeros de año.

Los volúmenes aparecen sin encuadernar, en un formato igual al actual de VINCENTIANA, y contienen unas 10 pgs. Cada uno, sin que importe los números que abarquen.

Con estas mismas características se publican en 1958 tres volúme­nes, correspondientes a Enero, Febrero y Marzo, marcados con los números 1, 2 y 3 y que corresponderían a los volúmenes 10, 11 y 12.

Es importante notar que al final de 1957 aparece ya un primer índice de cuatro páginas sobre las 106 que componen la totalidad del año. Señal inequívoca que se pensaba en VINCENTIANA como archivo fácilmente accesible en todas las casas.

2ª Etapa: 1958-1963 – París, Casa Madre – P. Jean Gonthier

El volumen 13 de VINCENTIANA aparece marcado con los núme-ros 4.5.6.7 y tiene 16 páginas. Sin duda fue impreso en junio de 1958, con intención de que cubriera también hasta agosto, porque se anun-cian como próximos los aniversarios a celebrar en julio y agosto. Este volumen marca el inicio de una nueva etapa de VINCENTIANA, que ofrece algunas características dignas de nota:

  1. Una carta del P. Slatery justifica el retraso en la salida de VIN-CENTIANA por el cambio de dirección de la misma. El P. Joanne Gonthier, que reside en la Casa Madre de París, sustituye al P. Bugnini que debido a sus múltiples ocupaciones, ha presen-tado su dimisión al P. Slatery.
  2. VINCENTIANA no saldrá ya desde el Leoniano, en Roma, sino desde la Casa Madre, en París.
  3. El subtítulo de VINCENTIANA ya no será más «Nuntia Congre-gationis Missionis», sino «Commentarium Congregationis Mis-sionis «, más en conformidad con la letra del decreto de la Asamblea General, antes citado.
  4. La revista tiene dos partes: Parte Oficial, que comprende los Documentos de la Santa Sede referentes a la C.M. y los actos de Régimen de la Congregación, y una Parte No-Oficial, así llamada por primera vez en este volumen 13, que contiene las noticias de las provincias, da cuenta de algunos libros escritos por los misio-neros y pide que se envíen a la Cada Madre los que en adelante se escriban para poder formar una Biblioteca de los Nuestros. Es el primer apunte de VINCENTIANA hacia una sección de estudios.
  5. El número de páginas aumenta a 16 por número. En algunos se incluyen fotografías de casas o de algunos misioneros distingui-dos, pero el número de páginas se mantiene en 16.
  6. A partir del volumen 14, 1958, se reproducen en las contraporta-das de los números, siempre en papel, aunque de un color dife-rente a las páginas del interior, los títulos de todas las noticias publicadas en la etapa anterior (volúmenes 1-12).
  7. El año 1958 se completa con un volumen más, el 15. Con él son tres los volúmenes publicados desde París, que unidos a los tres ya publicados por el P. Bugnini, desde Roma, forman un total de 6 volúmenes para 1958.
  8. En el volumen 17, el segundo de 1959, se inicia por primera vez una Sección titulada Studia Vicentiana. Ciertamente estos se reducen cuando más, a un artículo o dos, de dos páginas, con temas como el lugar que nos corresponde a los Misioneros y a las Hijas de la Caridad en la Iglesia o si nos hemos de llamar vicen­tinos o vicencianos. Pero a partir de este volumen 17, la revista tendrá ya tres secciones: Acta Vincentiana, que incluirá documen­tos de la Santa Sede y del Régimen de la Congregación, Studia Vincentiana y Nuntia Vincentiana. En este volumen aparece por primera vez el nombre del Director de VINCENTIANA, en la con­traportada del volumen: «Director: JEAN GONTHIER».
  9. A partir de volumen 16 el «Comentarium «, que es VINCEN­TIANA, viene diciéndose «mensuale». Uno apenas logra alcanzar cuál sea la intención del director al designarlo así. Para el año 1959 los volúmenes publicados son siete, del 16 al 22 ambos inclusive, lo que no corresponde a una frecuencia mensual. Y así más o menos en los años sucesivos
  10. Para el tricentenario de la muerte de San Vicente y de Santa Luisa, VINCENTIANA se viste de gala, y los volúmenes 21-22, todavía en 1959, y los volúmenes 23-28 ambos inclusive, ya en 1960, se adornan con cubiertas a todo color, con cuadros referen­tes a los fundadores. Crece ligeramente el número de páginas de cada volumen, más por gracia de las fotografías que se incluyen que por la letra del contenido, si bien la sección de estudios, regularmente reducida a un estudio se extiende, a veces, un po­quito. A lo largo de 1960 se publican 6 volúmenes, que con los dos del año anterior, con portadas a todo color, suman un total de 8 volúmenes que de algún modo recuerdan que estamos en el tricentenario.
  11. Con idénticas características, pero ya sin cubiertas a todo color, aunque sí con una cartulina más consistente que el papel de las páginas interiores, se siguen editando los volúmenes 29-39, un to­tal de once, que cubren los dos años 1961-1962, para un «Comen­tarium « que ya en el número 36, año 1962, dejó de decirse «men­suale «. Y aquí acaba la época del P. Jean GONTHIER que ha llenado 560 páginas en seis años.

3ª Etapa: 1964-1973 – Roma, Curia en el Leoniano P. Angelo Coppo

Es la época del P. A. Coppo. abarca desde le primer número de 1964 hasta el número 4-5, 1973 en que se presenta el P. Emilio Cid. Caracterizan esta época los siguientes datos:

  1. VINCENTIANA vuelve a editarse en Roma, en la Curia General, situada entonces en el Colegio Leoniano, Via Pompeo Magno 21.
  2. VINCENTIANA sale ordenadamente en meses alternos, como se indica en su portada. Se presenta en volúmenes encuadernados en cartulina blanca, como siguirá haciéndose hasta 1994 en que la cubierta cambia de color. Sólo a partir de 1998 aparecerá con una fotografía en color. Cada Volumen consta de unas 30 páginas por término medio, unas 170/180 al año.
  3. El primer número, Enero/Febrero 1964, está dedicado a la XXXIII Asamblea General. No ofrece otra novedad que el ma­yor número de fotografías, debido sin duda a la audiencia que Pablo VI concedió a los asambleistas, lo que hace subir el número de páginas a 44.
  4. Hasta 1967 se incluye, como un número, la Carta Anual del Supe­rior General, con las dos partes tradicionales, una primera doctrinal-exhortativa y una segunda con noticias sobre el estado de la C.M. en las distintas provincias.
  5. Hay que señalar que se desarrolla notablemente la parte de noti­cias, escritas por corresponsales propios del lugar y casi siempre en su lengua propia, dejando el latín, la lengua en que había nacido VINCENTIANA, para las comunicaciones oficiales.
  6. El desarrollo de las noticias se hace a costa de la supresión de los pequeños amagos de estudio que venían apareciendo en la época anterior. Bien es verdad que en esta época se producen comuni­caciones oficiales de gran calado, tanto por parte de la Iglesia como de la Congregación, que tienen por lo general, cabida en VINCENTIANA. Es la época de la última sesión del Concilio y de la Asamblea General del 1968-1969. VINCENTIANA se configura en esta época, sobre todo como un archivo de documentos oficia­les y un NOTICIERO sobre la C.M. en las provincias, escrito ordi­nariamente en la lengua del corresponsal que envía la noticia.
  7. El P. Angelo Coppo muere en Roma, el 9 de Agosto de 1973.

4ª Etapa: 1973-1979 – P. Emilio Cid († 14/02/1980)

Desde el número 6 de 1973 figura como «Director ac Sponsor» el P. Giuseppe Tamagnone, y sólo en el último numero de 1974 se dice que todo lo referente a la redacción y administración de VIN­CENTIANA debe dirigirse a Emilio Cid que tiene el cargo de principal redactor.

Ya en el número 4-5, 1973 se presenta el P. Emilio Cid, diciendo que no tiene todavía ningún plan elaborado, sino unas cuantas ideas muy rudimentarias para orientarme en mi nueva tarea. Y estas ideas «rudimentarias» pueden catalogarse así:

  1. Comienza el P. Cid solicitando que se le envíen los Boletines pro-vinciales, confesando su voluntad de hacer circular las noticias que parezcan más interesantes para toda la familia vicenciana. Se acentúa de nuevo el carácter informativo de VINCENTIANA.
  2. Se intenta que la información oficial ocupe un mínimo de espacio. Podrá contener los documentos oficiales de la Curia, los documen-tos de la Santa Sede con especial interés para nosotros, los nom-bramientos, la necrología con notas de los misioneros que vayan falleciendo. Los demás documentos de la Santa Sede, se pueden tener antes y mejor en las revistas especializadas en esta infor-mación.
  3. La parte más importante estará dedicada a la información y al diálogo interno así como a los estudios vicencianos. El P. General intenta, dice el P. Cid, que este boletín, a parte de la información oficial, sea un instrumento de diálogo y de reflexión de toda la Congregación. Espero que cualquier cohermano de cualquier parte del mundo y de cualquier mentalidad se sienta con libertad para exponer sus puntos de vista en las páginas de VINCENTIANA.
  4. Los números que dirigió el P. Emilio Cid marchan por estas rutas. Ya el primer volumen, ns. 4-5 de 1973, todo él se polariza en torno al problema de las vocaciones y de la formación de los nues-tros. Puede considerarse como un anticipo de la práctica posterior de agrupar la mayor parte de las colaboraciones en dossiers. Pero tan importante como esto, es que el P. Cid se manifiesta fiel a la preocupación por el diálogo, por la participación de todos en la información que hace circular VINCENTIANA. Y así, en este volu-men aparece información sobre cómo está la formación en muchas de nuestras provincias.
  5. Y fiel a esta preocupación por el diálogo e intercambio de parece-res, en el segundo número, el P. Cid lanza una pregunta compro-metedora a los diez componentes de la Comisión Preparatoria de la Asamblea General de 1980, GEPAG-80: ¿Cuáles son a tu pare-cer los cinco problemas más graves con los que hoy se enfrenta la Congregación? Respondieron 8 de los diez preguntados. Aparecen organizadas sus respuestas. El P. Cid termina con un comentario que concluye así: Nuestro problema no está en el orden de los prin-cipios, que los conocemos; todos necesitamos una conversión per-sonal, todos podemos contribuir a la creación del nuevo espíritu vicenciano; necesitamos urgentemente resolver el problema de las vocaciones para que no se rompa la continuidad; necesitamos pro-gramas de acción y medios prácticos para realizarlos.
  6. El método se va aplicando, en números sucesivos, a distintos temas: La Comunicación en la C.M. (n. 3, 1974); la evaluación de las Declaraciones de la Asamblea General; la revisión de las pro­vincias (ocupan varios números); las misiones populares (n. 5, 1975 y ns. 1-2, 1976). No hay problema de traducciones. Cada uno escribe en la lengua que sabe. Unas veces se incluyen pequeños sumarios en las otras lenguas, incluido el latín; otras veces los títulos van en latín o en una de las lenguas vernáculas y el cuerpo del párrafo en otra lengua…
  7. La función de archivo de la revista, obligó al P. Cid a dedicar los tres últimos números de 1974 a la Asamblea General y sus docu­mentos: n° 4 Los trabajos de la Comisión preparatoria; n° 5 Decla­raciones de la AG 74, Texto de las Constituciones y Estatutos aprobado por la AG del 68 y revisado por la AG 74, Reglas Comu­nes de la C.M.; y n° 6 Crónica y comentarios de la AG 74. Como nota curiosa, en la contracubierta del n° 5 (Declaraciones, Consti­tuciones y Reglas Comunes) se dice: De este número se imprimie­ron 2.000 ejemplares, de los que 1.000 quedan en el depósito de VINCENCIANA a disposición de los misioneros que los deseen al precio de 1.500 liras.
  8. En General, podemos decir que en esta etapa crece la preocupa­ción por la reflexión y el diálogo. La participación, no siempre respondió a la programación del director. No me resisto a dejar de copiar este comentario del P. José Oriol Baylac, sucesor del P. Cid. Comentaban juntos, pocos días antes de morir el P. Cid, un cuaderno que éste último había escrito para su sucesor. El P. Baylac asegura que le escuchaba embelesado: métete en la cabeza que VINCENTIANA no es un informativo para suministrar noticias frescas, sino para dejar constancia de las oficiales de la Congregación y de aquellas de tipo general, que puedan estimular a los cohermanos; para informarse rápidamente existen otros canales: circulares, boletines provinciales de varios tipos… Pero y los corres­ponsales, pregunté: ¡Dios te ampare! Recién llegado aquí hice el recorrido; según las contestaciones que me llegaron de las provin­cias, todo iría a pedir de boca; la realidad fue otra; tendrás que echar mano de otros recursos. Y ¿los artículos de fondo? Con estos, ojo y tino. Los que quisieras, te constara sudores conseguirlos, si los con­sigues; y no te faltarán algunos que no podrás publicar; te encon­trarás en situaciones poco confortables.
  9. La Revista ha adquirido ya un volumen de al menos 100 pgs. por número simple, que ya no disminuirá.

5ª Etapa: 1980-1989 – P. José Oriol Baylac

El P. Cid muere el 14 de Febrero de 1980. Le sucede, ya en el primer número de este año, el P. José Oriol Baylac, catalán de la provincia de Perú. Son nueve años los que aguanta el P. Baylac con el peso de VINCENTIANA sobre su responsabilidad. Es una época que se caracteriza por:

  1. Una mayor atención y extensión de las noticias provenientes de las provincias, redactadas en la lengua del redactor de las mismas.
  2. Una profusión de tablas y estudios estadísticos, mayormente obra del mismo P. José Oriol Baylac, sobre los distintos oficios de la Curia General, sobre los visitadores de la C.M., sobre los ministe­rios etc.
  3. En 1982 se publican sólo tres volúmenes de dos números cada uno, ocupando uno de estos volúmenes de dos números, los índi­ces de los volúmenes XVIII al XXIV. El total de páginas del año es de 288. Y en los años siguientes, los acontecimientos de la C.M. proporcionan material suficiente.
  4. Frente a una aparente mayor pobreza de artículos de estudio en los números ordinarios, destacan en este tiempo los números especiales dedicados a documentos oficiales, meses de estudio y acontecimientos de relieve en la C.M. El Coloquio sobre el Cristo de San Vicente, organizado por el SIEV en 1986 y dos de los meses vicencianos preparados por el SIEV pertenecen a este periodo. Asimismo se publica la Ratio Formationis Seminarii Interni. La Asamblea de 1986, con su Documentum Laboris, Cele­bración y Documentos de la Asamblea, así como la celebración del 350 aniversario de la fundación de las Hijas de la Caridad, dan material para otros tantos números muy valiosos.
  5. En VINCENTIANA, Año 1988, N. 1, en la Sección de Estudios, el Director P. José Oriol Baylac, C.M., publica un artículo titulado «VINCENTIANA cumple 31 años al servicio de la C.M.». El artí­culo relata minuciosamente los pormenores previos al nacimiento de VINCENTIANA, describe con meticulosidad hasta los más mínimos detalles de los cambios que ha tenido en su historia hasta 1988 y valora la tarea de los cinco directores que ha tenido en ese tiempo, con particular atención a su tiempo de dirección y a la del P. Cid, que él ha conocido personalmente. Puede leerse para confirmación y complemento de lo que aquí se dice.
  6. El índice de VINCENTIANA publicado por el P. John de los Ríos en 1993 y que abarca los años de 1981-1990, casi coincidentes con el tiempo de dirección del P. José Oriol Baylac, ofrece una buena sistematización de los estudios y documentos publicados en ese tiempo y que constituyen un cuerpo de doctrina vicenciana muy considerable. No menos de 300 artículos se contabilizan en la sec­ción de estudios, en el citado índice.
  7. A esta etapa pertenece el nacimiento de NUNTIA C.M. como noti­ciero informativo. En carta dirigida a los Visitadores, el 11 de Febrero de 1982, Fiesta de N’.S’. de Lourdes, el Superior Ge­neral, P. McCullen, presenta NUNTIA como una Hoja Informal, que espera poder enviar a los Visitadores algunas veces al año, con el ruego de que cada Visitador haga copias para todas las comunidades de su provincia. Es una práctica informativa que el P. McCullen dice retomar del mismo San Vicente que en sus car­tas a algunos misioneros incluía noticias que había recibido de otros y así procuraba que toda la Congregación estuviera intere­sada por los trabajos de todos.
  8. En la actualidad, NUNTIA — Boletín de Noticias desde la Curia General de la C.M. — se envía mensualmente, y desde 2006 única­mente por correo electrónico, a todas las provincias y viceprovin­cias, así como a todos los miembros de la Curia General, y a cuantos interesados lo solicitan personalmente. Se envía desde la Curia, ya desde sus orígenes, en las tres lenguas oficiales, pero nos consta que hoy, en algunas provincias, se traduce NUNTIA a la lengua propia de los misioneros de la provincia: italiano, polaco, eslovaco… Desde Mayo de 2007 se viene colgando, en las tres len­guas, también en http://cmglobal.org

6ª Etapa: 1989-1994 – P. John de los Ríos

Comienza su oficio el P. John de los Ríos el 11 de Agosto de 1989 y termina, en 1994, con la publicación de los índices correspondien­tes a los años 1981-1990. En la presentación de estos índices queda clara la idea de revista que ha venido presidiendo los años de trabajo del P. John de los Ríos.

  1. Como Revista de «archivo» casi más que de lectura, porque tiene unos condicionamientos internos, dice, que no le permiten salir cuando otros Boletines o Revistas ya le han sacado la delantera en noticias, necesita índices muy completos de sus contenidos.
  2. En los índices quizá lo que menos interese, sigue diciendo, sean los nombramientos y confirmaciones, que por lo demás pueden ser encontrados en los catálogos y otros archivos de la Curia. Por eso no accedí a la sugerencia del P. Baylac de que trabajara sobre todo los nombres de los cohermanos, en la convicción de que estos datos son incompletos y además inútiles.
  3. Así pues, según su testimonio, él organiza sus índices conforme a las secciones que ya son familiares a los lectores de la revista: Acta Sanctæ Sedis, Studia, Spiritualitas, Vitae Congregationis, In Memo-riam, Bibliographica, con las modificaciones que le impone el tra-bajo de indexación.

7ª Etapa: 1994 – Transición – P. Emeric Amyot D’Inville

El primer volumen de 1994, número doble, de 104 pgs. se abre con una nota de agradecimiento al P. John de los Ríos, firmada por la Redacción, la misma que le ha venido asistiendo en su labor y que ahora, presidida por el P. Emeric Amyot D’Inville, Secretario Gene-ral, se compromete «acogiendo la invitación del Superior General y su Consejo, a proseguir la Sección de VINCENTIANA, en la parte oficial de la publicación de Documentos y la de los Estudios y Noticias de mayor interés internacional».

  1. VINCENTIANA, sigue diciendo, que se publica en meses alternos. En este año sólo se publican cuatro volúmenes, dos de ellos dobles, con un total de 460 páginas. Cambia el color de las cartu-linas, que ya no serán blancas, para cubrir las páginas escritas.
  2. Se sigue fielmente la clasificación del trabajo conforme a las sec-ciones ya expuestas por el P. John de los Ríos en su Índice 1981- 1990: Curia, Statistica, Studia, Spiritualitas, Vita Congregationis, In Memoriam, Bibliographica.
  3. Los artículos aparecen cada uno en la lengua original en que fue-ron escritos.
  4. Desde el número 2 de este año 1994, VINCENTIANA, que se venía imprimiendo en Arti Grafiche F.lli Palombi, Roma, Via dei Grac-chi 183, comienza a imprimirse en la Tipografia Ugo Detti, Roma, Via Girolamo Savonarola 1. Es el actual impresor.
  5. Desde 1.990 en que termina el Índice del P. John de los Ríos, hasta la llegada de VINCENTIANA en tres lenguas, se publican 59 artículos sobre temas que se refieren a la historia, vida y misión de la Congregación. A esta época pertenecen también los siguientes números especiales:
    1. XXXVIII Asamblea General 1992 (4-5/1992).
    2. Mes Vicenciano 1993: «Nouvelle Evangelisation, Hommes Nouveau, Communautés renouvelles» (4-5/1993).
    3. Documento emanado del Consejo General: «Hermanos para la Misión» (2/1991).

Vincentiana18ª Etapa: 1995-2009 – VINCENTIANA Bimensual, en tres lenguas

  1. En el primer número de VINCENTIANA, en 1.995 aparece un Prólogo, firmado por su director, P. Amyot d’Inville, del que des­tacamos:
    1. Con el «trilingüismo» de la revista, se pretende llegar directa­mente al 70% de los misioneros. Dificultades prácticas que se juzgan insuperables, sobre todo el aumento del costo econó­mico, han impedido ampliar el número de lenguas. Se ad­vierte que si un artículo viene escrito en otra lengua distinta de las tres oficiales, se incluirá una copia del mismo, en la lengua original, con los números de la revista que se enviarán al país en que se hable dicho idioma. No consta que esto se haya cumplido. Y no deja de ser extraño que un autor, diga­mos italiano, tenga que leer su artículo en VINCENTIANA, traducido a una lengua que no es la suya.
    2. Se apunta hacia un contenido que se quiere «más cercano a la vida de la congregación», «un alimento intelectual y espiritual que sea verdaderamente útil a los cohermanos». Pero la única novedad que encontramos en las secciones, que se anuncian casi idénticas a las que ya conocen los lectores, es la referente al «dossier» «es decir una cuestión importante de nuestra vida y misión que será abordada bajo diversos aspectos en varios artículos».
    3. El Consejo de redacción de la revista continua integrado por tres misioneros de la Curia: el Director, P. Amyot d’Inville, Secretario General, José Ignacio Fernández H. de Mendoza, y Thomas Davitt, Archivero de la Curia. De este último se dice que «da su orientación a la revista, decide los artículos que se han de pedir, o la publicación de los que llegan directamente a la Curia y los textos a traducir». Es pues, el verdadero direc­tor ejecutivo.
  2. Durante los 14 años que lleva esta experiencia del «trilingüismo» han desfilado cinco directores: Amyot d’Inville (Thomas Davitt) (1.995-1.999), José Mª Nieto Varas (1.999-2.000), Orlando Escobar (2.001-2.004), Alfredo Becerra (2.005-2.006), Julio Suescun (2.007- 2.009). Teniendo en cuenta que en los 38 años anteriores sólo habían desfilado seis directores, resulta que en los años de «tri­lingüismo», los directores duran menos de la mitad de tiempo; una media de 3 años frente a una media de 6,3 años de la época anterior.
  3. Los títulos de los dossiers muestran un amplio campo de la his­toria, de la vida y de la acción de la Congregación de la Misión.
      • 1.995-1.999:
        1. La C.M. en la hora del Sínodo Africano (1/1.995)
        2. La C.M. en los países de la Europa excomunista (2/1.995)
        3. La C.M. y el Islam (3/1.995)
        4. El Laicado Vicenciano (4-5/1.995)
        5. Servir espiritual y corporalmente a los pobres (6/1.995)
        6. Juan Gabriel Perboyre (2/1.996)
        7. La Misión ad Gentes (3/1.996)
        8. La Canonización de Juan Gabriel Perboyre (6/1.996)
        9. Formadores del clero (1/1.997)
        10. La Formación de los nuestros (2/1.997)
        11. Federico Ozanam (3/1.997)
        12. La Beatificación de Federico Ozanam (6/1.997)
        13. Ecos de la Familia Vicenciana (1/1.998)
        14. Seis proyectos comunes de la Familia Vicenciana (2/1.998)
        15. Misión en América Latina (3/1.998)
        16. Perspectivas vicencianas en Asia (6/1.998)
        17. Los Mártires de la Familia Vicenciana en el siglo XX (1/1999)
      • 1.999-.2000:
        1. Asociar grupos y personas con la Congregación (1/1.999)
        2. Los desafíos que nos lanza la Asamblea General del ’98 (2/1.999)
        3. El Gran Jubileo del 2.000 (3/1.999)
        4. Evangelizar Europa (1/2.000)
        5. El reto de la formación (2/2.000)
        6. San Vicente sacerdote (3/2.000)
        7. San Justino de Jacobis (4/2.000)
      • 2.001-2.004:
        1. San Francisco Regis Clet (1/2.001)
        2. La C.M. en los Estados Unidos (3/2.001)
        3. El Obispo, servidor del Evangelio de Jesucristo para la espe­ranza del mundo (6/2.001)
        4. Experiencias del carisma de la C.M. hoy (2/2.002)
        5. Encuentro de Visitadores. Animación de las Comunidades Locales (3/2.002)
        6. San Juan Gabriel Perboyre (5/2.002)
        7. Encuentro de Ecónomos Provinciales (1/2.003)
        8. El Beato Marco Antonio Durando (2/2.003)
        9. Las Conferencias de Visitadores de la C.M. (3/2.003)
        10. Santuarios y Misión Vicenciana (4/2.003)
        11. Guillaume Pouget (1/2.004)
        12. Experiencias de apostolado entre los pobres (2/2.004)
        13. «Nuevas Misiones» de la C.M. (3/2.004)
        14. Algunos cohermanos «menos conocidos» (I) (6/2.004)
      • 2.005-2.006:
        1. Una reflexión vicentina sobre la Eucaristía (1/2.005)
        2. La Formación Permanente Vicentina (2/2.005)
        3. Ecos de la Asamblea General 2004 (3/2.005)
        4. Las cinco virtudes vicentinas hoy (4-6/2.005)
        5. La Carta Encíclica «Deus Caritas est» y el Carisma Vicen­tino» (1-2/2.006)
        6. Directorio del Director Provincial de las Hijas de la Caridad (3/2.006)
        7. La Familia Vicenciana (4/2.004)
        8. Algunos cohermanos menos conocidos (II) 5/2.006)
      • 2.007-2.008:
        1. Apoyar la Fidelidad de los Misioneros en toda ocasión (1-2/2007)
        2. La Formación Continua del Misionero, hoy (México 2007) (3/2.007)
        3. Inculturación del Carisma Vicenciano en el Mundo (4/2.007)
        4. Las Misiones Vicencianas (5/2.007)
        5. La Gran Familia Vicenciana (6/2.007)
        6. Solidaridad Vicenciana (1-2/2.008)
        7. Pervivencia de las Reglas Comunes (3/2.008)
        8. Caridad Política (4/2.008)
        9. Doctrina Social (5/2.009)
        10. Frutos de la Misión (6/2.008)
      • 2.009:
        1. Colloquium del SIEV (Para Jóvenes Investigadores Vicen­cianos) (1-2/2009)
        2. Pablo de Tarso – Vicente de Paúl en el Bimilenario del naci­miento de Pablo (3/2009)
        3. Autoridad y Obediencia (4/2009)
        4. Vicente de Paúl – Luisa de Marillac, 350 Aniversario de su muerte (5/2009)
        5. La Asociación de la Medalla Milagrosa. Centenario de su Aprobación. Pontificia (6/2009)
  4. En esta etapa (1995 hasta 2009) se han publicado también más de 50 estudios referentes a la vida, espiritualidad y misión de la C.M. fuera del dossier del número correspondiente. El P. Amyot d’Inville publicó en un suplemento al n. 6/1998, el Índice General de los años 1991-1998. A partir de 1.999 se publica, en el último número de cada año, el Índice General del Año.
  5. También en esta etapa se han publicado 13 Números Especiales que normalmente han ocupado dos números de la revista y con-siguientemente tienen un mayor número de páginas:
    1. La Familia Vicenciana. Suplemento al n. 6/1.995
    2. Instructión sobre la Estabilidad, Castidad, Pobreza y Obe-diencia en la C.M. (1/1.996)
    3. Reunión de los Visitadores. Salamanca (4-5/1.996)
    4. Mes Vicenciano. La Misión Popular (4-5/1.997)
    5. XXXIX Asamblea General (4-5/1.998)
    6. Los Mártires de la Familia Vicenciana en el siglo XX (1/1.999)
    7. Nuestro Apostolado en el Mundo Musulmán (4-5/1.999)
    8. La Nuevas Constituciones. 20 Años de Vida (4-5/2.000)
    9. Mes Vicenciano. Directores de las Hijas de la Caridad (4-5/2.001)
    10. Ratio Missionum (1/2.001)
    11. Mes Vicenciano. Asesores y Asesoras de la Familia Vicen-ciana (4-5/2.002)
    12. Guía del Superior Local (4/2.003)
    13. XL Asamblea General (4-5/2.004)

II. Algunas anotaciones al hilo de esta exposición

  1. VINCENTIANA ha resultado, sin duda, el instrumento colectivo más serio y ordenado, para la reflexión y estudio en la Congrega-ción de la Misión, a lo largo de toda su Historia.
  2. La función de archivo se ha mantenido hasta hoy, si bien se observa que muchas cosas a las que se les prestaba atención meti-culosa, poco a poco se van dejando para otros útiles de archivo que se revelan más eficaces y rápidos. Por ejemplo lo que se refiere a nombramientos y notas necrológicas o biográficas en general, de los individuos. Éstas notas se guardan en una base de datos informatizada, en la Secretaría General de la C.M. o en los Boletines de las respectivas provincias.
  3. La misión de noticiario, en la misma medida en que se han desa­rrollado otros medios de comunicación, también en la Congrega­ción, ha ido perdiendo interés. La aparición de NUNTIA, en 1982 demuestra que VINCENTIANA no tenía la movilidad suficiente de un vehículo veloz para la transmisión noticias de interés común a toda la Congregación.
  4. La idea de escribir en cada número un dossier, integrado por varios artículos sobre un mismo tema, sin desaparecer la sección de estudios varios, que en los primeros años de la etapa en que nace la idea se observa con toda precisión, se va desdibujando poco a poco. Aun cuando a veces se mantiene el título, da la impresión de que los distintos directores van agrupando los artí­culos, en torno sí a un título, pero sin una distinción clara entre lo que responde al dossier, normalmente señalado en el título, y los artículos de estudio. Así en los cuatro primeros años se publican 17 dossier y 26 estudios fuera de dossier; mientras que en los nue­ve años siguientes, más del doble de tiempo, se publican 39 dos­sier y sólo 24 estudios fuera de dossier.
  5. Esta práctica del dossier tiene la ventaja de poder programar los números con mucho tiempo, pero tiene el inconveniente de que estando ocupadas prácticamente todas las páginas con los artícu­los encargados, no queda espacio para las colaboraciones espon­táneas, que pueden ver retrasada su publicación o incluso elimi­nada, a no ser que se dejaran disponibles unas páginas que tal vez no llegaran a llenarse. Se puede haber ido creando la idea (y más la práctica) de que en VINCENTIANA sólo escriben aquellos a quienes se les ha pedido hacerlo.
  6. El «trilingüismo» ciertamente ha multiplicado el trabajo. ¿Ha mul­tiplicado igualmente los lectores? Carecemos de un instrumento científico que nos demuestre que nos hemos acercado al 70% de los misioneros a los que se pretendía llegar directamente. Sí sabe­mos, como hemos notado antes, que los directores duran menos en su cargo.
  7. No se puede decir que el «trilingüismo» haya enriquecido la par­ticipación, ni en número, ni en calidad de los escritores. Quizá la mayor altura de la participación haya que situarla en los años de «aggiornamento» postconciliar y en torno a los números especia­les, centrados en los acontecimientos más salientes en la vida de la Congregación o en las sesiones de estudio vicenciano.
  8. Tampoco se puede afirmar a la ligera que el contenido sea cercano a la vida de la Congregación ni un alimento intelectual y espiritual que sea verdaderamente útil a los cohermanos, más que el de las épocas anteriores, como se apuntaba en el prólogo del primer número de esta etapa.

III. Situación actual

  1. VINCENCIANA publica seis números al año, en cinco volúmenes, con un total de 500 páginas anuales aproximadamente. Se im­prime en tres lenguas: 430 ejemplares en español, 370 en inglés y 330 en francés.
  2. VINCENTIANA sigue conservando su función de archivo, en lo que se refiere a los documentos emanados de la Curia para la Congregación de la Misión. Se ha transferido a NUNTIA, ya desde hace años, la publicación de lo referente a nombramientos y necrología, porque este boletín se publica con más frecuencia que VINCENTIANA.
  3. La sección de estudios se mantiene tanto en el dossier bimensual como en los estudios que le acompañan, si los hay. Se da prefe­rencia a los acontecimientos de la Compañía que tienen repercu­sión universal: Asambleas, Reunión de Visitadores, sesiones de estudio… A fin de año, se publica una relación bibliográfica de todos los estudios que se han hecho en la Congregación, y que han llegado al conocimiento de la Curia.
  4. La función de noticiero, prácticamente ha desaparecido. El dis­tanciamiento en la publicación de los números, no permite com­petir con otros medios de comunicación más rápidos, ya en uso en la Congregación. Esto se hacía ya notar, como se ha dicho, en los tiempos del P. Cid y más, del P. John de los Ríos.
  5. VINCENTIANA hoy no responde a la necesidad para la que nació, ni es necesario que lo haga. Para la información y el intercambio de noticias hoy disponemos de medios más rápidos y eficaces. VINCENTIANA ha venido a ser prácticamente una revista de estu­dios vicencianos. Este carácter, que no estaba claramente en el origen, lo ha venido adquiriendo a lo largo de su historia.
  6. La publicación de VINCENTIANA ha supuesto en el pasado año de 2008, último ejercicio completado, incluidos los gastos de envío, un total de USD 54.587,74 (€ 37.294,87) Si es mucho o poco, habrá de juzgarse desde la valoración que se haga de su utilidad.
  7. Las suscripciones de VINCENTIANA se distribuyen así:
    1. Pago Automático = 726
    2. Individuales = 107 (Padres, Hermanas, Laicos)
    3. Gratuitas = 65
  8. Aunque no es fácil encontrar escritores de estudios, el capítulo de las dificultades está sobre todo en las traducciones. Suponen siempre repetidos mensajes y vivir muchas veces en la zozobra de qué habrá sucedido con los mensajes enviados y si se podrá dis­poner de las traducciones a tiempo.
  9. Han desaparecido muchos de los escritores vicencianos que ali­mentaban VINCENTIANA. Y casi podríamos decir otro tanto de los traductores que hacían este servicio. Los que quedan, dispo­nen más de buena voluntad que de tiempo. No hemos llegado a entender, en la práctica, que éste sea un servicio, como otros muchos, a través del cual, en la obediencia, se contribuye al fin de la Congregación.

IV. En adelante

El Informe precedente fue acompañado de una serie de sugeren­cias del Director de VINCENTIANA y del Consejo de Redacción. Recibidas y agradecidas las mismas, el Superior General con su Con­sejo determinó:

  1. Mantener VINCENTIANA como una forma de estimular la refle­xión sobre el carisma vicenciano.
  2. Preparar números especiales que afecten a toda la Congregación de la Misión o a alguna de las Conferencias de Visitadores.
  3. Cambiar la frecuencia de VINCENTIANA de seis a cuatro nú­meros al año. Habrá de ajustarse el precio de la suscripción al costo real.
  4. VINCENTIANA se publicará en las tres lenguas oficiales de la C.M. Se anima a los posibles traductores en su prestación para este trabajo.
  5. Además de la edición impresa, VINCENTIANA seguirá publicán­dose en INTERNET.

(Cf. la Circular del Superior General, 9 de Julio de 2009)

  1. Damos el nombre de volumen al conjunto de páginas grapadas juntas, aún sin encuadernar, en las que se incluyen uno o varios números de la naciente publicación.

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