Vida fraterna en común

Francisco Javier Fernández ChentoEspiritualidad vicencianaLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Flores-Orcajo · Año publicación original: 1985 · Fuente: CEME.
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«Mientras subía a la montaña fue llamando a los que él quiso y se reunieron con él. Designó a doce para que fueran sus compañeros y para enviarles a predicar con poder de expulsar demonios». (Mc. 7, 13.15).

«La Congregación de la Misión es una sociedad clerical de vida apostólica y de derecho pontificio. En ella, sus miembros tratan de alcanzar su propio fin apostólico según el patrimonio legado por San Vicente y sancionado por la Iglesia. Llevan una vida fraterna en común según un estilo propio y mediante la observancia de las Constituciones tienden a la perfección de la caridad». (C 3,1).

duccio296La vida fraterna en común nace al mismo tiempo que la Misión. No se concibe misión vicenciana sin la vida fraterna en común. De ahí que la vida en común fraterna sea un elemento esencial en la vida del apostolado de la Congregación de Misión.

1. «Nos asociamos a dicha obra para vivir en común».

Tanto en el contrato de fundación de la Congregación de la Misión, como en el acta de asociación de los primeros misioneros queda bien consignado el propósito de vivir juntos para evangelizar a los pobres. Es el elemento material de la vida comunitaria: «nos asociamos a dicha obra, para vivir juntos en forna de congregación, compañía o cofradía, y para trabajar por la salvación del pobre pueblo del campo, según dicha fundación, y tras la súplica que han hecho… con la promesa de observar dicha fundación y el reglamento particular, que sobre la misma hemos escrito, de obedecerme a mí y a mis sucesores, permaneciendo bajo mi dirección, gobierno y jurisdicción». (X 243).

Las Reglas Comunes insistirán más en concreto sobre este aspecto material de la vida fraterna en común:

«Se observará con exactitud el orden del día acostumbrado en la Congregación, lo mismo en casa que en las misiones, particularmente en lo que se refiere a las horas de levantarse y acostarse, de orar, de recitar el Oficio Divino y de comer». (RC X, 18).

2. «La caridad es el cielo de las comunidades».

El elemento material no basta, se requiere la fraternidad, el amor mutuo. San Vicente dijo que la «caridad es el cielo de las comunidades»:

«La caridad es el alma de las virtudes y el cielo de las comunidades. La casa de San Lázaro será un cielo si hay caridad; el cielo no es más que amor, unión, ca-ridad; la felicidad principal de la vida eterna consiste en amar… finalmente, no hay nada más deseable que vivir con los que uno ama y se siente amado». (XI 768).

La misma ley universal de la Iglesia insiste sobre la fraternidad, enraizada en la caridad, como elemento dinámico de la vida comunitaria:

«La vida fraterna propia de un Instituto, por la que todos los miembros se unen en Cristo como en una familia peculiar, debe organizarse de tal manera que sea para todos una ayuda mutua en el cumplimiento de la propia vocación personal. Por la comunión fraterna, enraizada y fundamentada en la caridad, los miembros han de ser ejemplo de la reconciliación universal en Cristo». (c. 602).

3. «La soledad nos hace suspirar por el trabajo y éste por la soledad».

Desde Abelly se viene repitiendo aquello de que el Misionero es «apóstol en el campo y cartujo en casa». Algo parecido escribió San Vicente a un Padre (II 183). Son dos momentos distintos de la vida del misionero. Ambos requieren actitudes distintas. De todas maneras, Id vida en común exige que entre todos se cree el ambiente propio de una vida fraterna en común para la misión:

«Nos esforzaremos con todo cuidado por crear las condiciones necesarias para el trabajo, el descanso, la oración y la convivencia fraterna; por eso emplearemos con discreción y prudencia los medios de comunicación y, salvando la exigencia del apostolado, reservaremos ION parte de la casa para la intimidad de la comunidad». (C 24, 4.1.

  • ¿Qué idea tengo de la vida fraterna en común en la Congregación de la Misión?
  • ¿Cuál es mi experiencia hasta este momento de la vida fraterna vivida en común en la Congregación? ¿Me siento satisfecho o frustrado? ¿Por qué lo uno o lo otro?

Oración:

«Oh divino Salvador, inspira la caridad en todos los corazones de quienes has llamado a formar parte de esta Congregación, porque solamente por este amor mutuo los fuertes sostendrán a los débiles y todos llevaremos a cabo Is obra que benignamente nos habéis confiado». (Cf. XI 769).

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