Vicente de Paúl, Carta 1359: A Juan Dehorgny

Francisco Javier Fernández ChentoEscritos de Vicente de PaúlLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Vicente de Paúl · Año publicación original: 1976 · Fuente: San Vicente de Paúl. Obras completas. Tomo IV. Correspondencia 4. Abril 1650 - Julio 1653. Trad. de A. Ortiz sobre la edición crítica de P. Coste. Salamanca : Sígueme, 1976. 610 p. ; 22 cm..
Tiempo de lectura estimado:

París, 29 de diciembre de 1650

Padre:

La gracia de Nuestro Señor sea siempre con nosotros.

No puedo manifestarle la alegría que la lectura de su última carta y el relato que de la misma he hecho a la compañía me han proporcionado al ver las gracias continuas que Nuestro Señor derrama continuamente sobre su misión de Génova . Le doy gracias a Dios por ello y le ruego que siga bendiciendo más y más a esa querida familia. ¡Ay, padre! ¡Cuánto bien ha hecho su presencia allí y qué profundos fundamentos de celo por la gloria de Dios ha puesto usted en las almas de su seminario!

¡Pero cómo, padre! ¡No han acabado aún de empezar y ya están en disposición de ser mártires! Le pido a Nuestro Señor que les anime cada vez más con su espíritu, de forma que quiera su divina [bondad] servirse de ellos como de levadura para hacer fermentar la masa del pan de su palabra para alimento de las pobres gentes del campo. Les abrazo a todos, postrado en espíritu a sus pies, pensando en mi indignidad, en la que la Providencia me ha elegido a mí, a pesar de no ser digno de desatar la correa de sus zapatos.

¡Dios mío, padre! Le he expuesto a la compañía con mucho ardor y cariño las ventajas de la devoción en aquellos que trabajan por la salvación de los pueblos, a imitación de esa persona de la que me habla, a la que Dios bendice tanto . ¡Viva la piedad! ¡Ojalá Nuestro Señor quiera dar a comprender esta verdad a la pequeña compañía!

El padre Alméras me escribe en casi todas sus cartas que es necesario enviar a Roma a una persona práctica, para servir en la Sagrada Congregación. Yo le digo que haga él lo que pueda con las personas que Nuestro Señor le ha dado. Si usted tiene alguna idea de que uno de los suyos pueda ir a ayudar a los de allá sin perjuicio de su familia, haga el favor de pensar en ello y de escribírmelo.

Hemos mandado a siete sacerdotes y a seis hermanos para que atiendan a los pobres de la Picardía y de Champaña, que se encuentran en una extrema necesidad espiritual y corporal; así lo habíamos hecho otras veces con los de Lorena. Y todo esto hace que andemos escasos de gente.

Ha venido a verme un primo suyo. Al principio parecía querer quedarse entre nosotros; pero, al ver el trabajo de nuestros hermanos y el de los criados, creyó que no podría soportar tanto esfuerzo y prefirió marcharse.

Acabo la presente, padre, encomendándome a sus oraciones ante la misericordia de Dios. Le suplico, padre, que siga rezando por mí, pues tengo mucha necesidad de ello. Soy, en el amor de Nuestro Señor, su muy humilde servidor.

VICENTE DEPAUL

indigno sacerdote de la Misión

Dirección: Al padre Dehorgny, sacerdote de la Misión, en Génova.

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